Opel, que es una de las marcas mejor vendidas en Europa, gozó de gran presencia en nuestro continente hasta hace algunos años. En Estados Unidos sus productos eran vendidos bajo el emblema de Saturn, pero no fueron tan bien recibidos como en México y algunos países de Latinoamérica, donde fueron tan exitosos, que ciertos modelos se siguen fabricando en Brasil; incluso, en México, hasta hace un par de años se seguía produciendo uno de sus modelos más representativos: El Chevy (Opel Corsa de 2° generación)
Desde que Chevrolet dejó de vender los modelos de Opel en México, y tras la desaparición de Saturn como consecuencia de la crisis económica, General Motors decidió alejar a Opel de América y a considerar ponerla en venta. Meses después recapacitó y, en lugar de venderla, pensó que sería buena idea ofrecer algunos de sus modelos como parte de la familia Buick... ¿De verdad fue lo mejor?
El papel incorrecto
¿Te puedes imaginar a Willem Dafoe actuando el papel de "buen chico"? Quizá sí (porque lo ha hecho), pero seguro te costará más trabajo que si hubiera nombrado a un actor al que siempre se le otorga el papel de "buen hombre". Lo mismo sucede con Buick, quien nos tenía acostumbrados a modelos de corte muy americano y conservador, cuando, de repente, comenzó a vender los productos europeos y juveniles de Opel.
El primer modelo en cruzar el Atlántico con el emblema de Buick fue el Regal, es decir, el Opel Insignia. Con la llegada de este modelo, Buick hizo oficial su cambio de imagen hacia algo más fresco y de un mercado más amplio. Posteriormente, el Opel Astra Sedan y el Opel Mokka hicieron lo propio y pisaron territorio de Estados Unidos bajo el nombre de Verano y Encore, respectivamente.
A pesar de todo, este cambio de planes en la estrategia de Buick no ha causado descontento pues, aunque los modelos fueron desarrollados para Europa y los estadounidenses no son muy fanáticos de este tipo de autos, la gama actual ofrece sedanes y camionetas similares a los Buick de hace unos años. Sin embargo, esta realidad puede cambiar gracias a la radical afirmación que Dan Akerson, CEO de General Motors, hizo hace unos días; confirmó su deseo de lanzar los Opel Adam y Cascada en Estados Unidos... sí, leíste bien, Akerson quiere un Buick de 3.7 metros.
¿Cuál es el problema?
Introducir un modelo nuevo a un mercado no es tan fácil como suena. En primer lugar, se debe de tomar en cuenta el gusto del cliente en esos países; en segundo lugar, deben evaluarse los costos que implicaría hacerle las modificaciones necesarias a un auto para ponerlo a la venta en mercados diferentes al que fue ideado; también debe tomarse en cuenta si hay un espacio razonable en la gama de productos para poder ofrecerlo.
Centrándonos en el caso del Opel Adam y del Cascada, la tarea es un tanto complicada. El convertible no tendría grandes problemas pues no es otra cosa más que la versión descapotable del Astra, y la presencia del Buick Verano en Estados Unidos le facilitaría la llegada al Opel Cascada. Contrariamente, el Opel Adam tiene poco que ver con el mercado estadounidense, pues a este país le sigue costando trabajo pensar que un auto pequeño es bueno y funcional; además, si Buick lo vendiera, habría un choque entre la fama conservadora de la marca y el estilo "chic" del Adam.
Opel en América: ¿Una marca premium?
Con todo lo anterior podrás notar que Opel tiene todas las intenciones de regresar a América. La duda que surge entonces es: si ya se están trayendo prácticamente toda su gama de productos, ¿por qué no traer mejor a la marca entera? La respuesta es sencilla: Si traer un auto representa una tarea complicada, traer una marca completa puede ser un dolor de cabeza, sobre todo si proviene de Europa.
A los norteamericanos les sigue costando trabajo digerir ideologías europeas, esta es una de las razones por las cuales Peugeot o Renault no se venden en Estados Unidos. Buick, al ofrecer los modelos de Opel, busca posicionarlos como autos premium, aunque en Europa sean el equivalente a un Volkswagen, un Fiat o un Ford; las clave de esta estrategia es sólo ofrecer vehículos equipados y potentes, dejando fuera la corriente minimalista que hoy en día se vive en Europa y causando una buena impresión en América.
El único país de nuestro continente que goza de la presencia de Opel es Chile. Sólo el tiempo dirá si Buick verdaderamente puede ocupar el lugar de la firma alemana en Norteamérica, incluyendo México. Los sedanes y las camionetas que deseen introducir al mercado, seguramente no le darán problemas al fabricante norteamericano, pues bastan algunas modificaciones para dejarlos al gusto de los estadounidenses; pero al no contar con el cobijo de una marca de ventas en masa, como Chevrolet, vender vehículos "para mortales" será una labor complicada, ¿o crees que General Motors podrá vender con éxito autos como el Adam, el Corsa o la Meriva en el portafolio de Buick?