Cuando se haba de un auto unicornio es porque es un ejemplar más raro que el ver a un conductor amable y respetuoso de las leyes de tránsito en las calles de la Ciudad de México. Esto mismo sucede con el Porsche 911 (901) Cabriolet de 1964.
Pensaras que un Porsche 911 Cabriolet no es algo raro, sin embargo, en esa época, la primera generación de este auto mítico, si lo era, pues solo la versión coupé y targa, que llegó más tarde, existían.
Este unicornio, nació como un encargo de prototipo a la empresa de carrocerías alemana Karmann, misma compañía encargada de la creación de carrocerías cabriolet de modelos previos al 911 (901). Karmann entregó este prototipo, mismo que se quedó dos años en la fabrica de Porsche.
A pesar de contar con este prototipo, Porsche decidió apostar por la versión targa, relegando el lanzamiento del primer 911 Cabriolet casi por 20 años, durante el periodo de vida de la segunda generación del deportivo.
Sus cambios se dieron solamente en el aspecto estético, pues mecánicamente usaba el motor Boxer de seis cilindros, 2 litros y 130 hp, que portaban los demás 901. En 1966 fue adquirido y se mantuvo con ese mismo dueño hasta el año 2000, cuando su propietario lo vendió para hacerse de otro Porsche completamente nuevo.
Su segundo dueño lo ha tenido desde entonces y afortunadamente, durante toda su existencia ha recibido cuidados más que apropiados, por lo que su valor se ha disparado al conservarse con todas sus piezas originales. Su dueño actual, ha decidido ponerlo a la venta en la subasta de RM Sotheby's que se celebrará en París. Se estima que pueda alcanzar hasta el millón de euros en la subasta.
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