Porsche Cayman GTS, lo manejamos y de nuevo nos hemos enamorado de otro Porsche. Prueba (parte 1)
El cosquilleo en las manos y esas malditas / benditas mariposas en el estómago que todo entusiasta y conocedor de los autos siente cuando un deportivo alemán biplaza, con motor colocado en posición central y tracción trasera está próximo a conducirse es algo que nunca, y por pocas o muchas veces que se haga en la vida, dejará de sentirse. En esta ocasión, el causante de dichas sensaciones ha sido ni más ni menos que el Porsche Cayman GTS del cual aquí tenemos nuestra prueba de manejo.
Desde su nacimiento, y para ponernos en contexto, el Cayman ha ofrecido en términos técnicos lo que todo auto deportivo debe tener: motor central y tracción trasera. Así de sencillo e incluso hasta retador para su hermano mayor, el mítico y vanagloriado 911 que cuenta con el motor colocado detrás del eje trasero, característica que lo hace único para no perder su esencia de medio siglo de historia pero visto desde otro punto de vista, le resta esa perfección mecánica que un deportivo debe tener... cuestión de posturas. Ahora sí, dejando a un lado las comparaciones, súbanse con nosotros a conocer este grandioso juguete alemán.
Viviendo actualmente su segunda generación, el Cayman ha tomado las siglas GTS que ya han sido utilizadas anteriormente por Cayenne, Panamera y 911, tocándole turno de ostentarlas en este modelo 2015 tanto al Boxster como al Cayman. ¿GTS? Históricamente, son siglas que se utilizaron desde 1963 en el modelo 904 Carrera GTS, un auto de carreras que igualmente podía circular por las calles; actualmente, siglas que apartan a los autos de la marca de sus versiones "normales" y son la antesala de los grandes exponentes con apellidos GT2, GT3, GT4, Turbo, Turbo S, GT3RS, etc.
El atractivo exterior que ya conocemos con acentos extras que lo hacen único
Recibimos la unidad de pruebas y desde la primera observación exterior nos dimos cuenta que no era un Cayman normal, el color blanco de su carrocería dejaba ver de forma sugerente los detalles en color negro que lo hacen diferente del Cayman normal y del Cayman S. El frente tiene unas tomas de aire más grandes y los faros delanteros están oscurecidos en el interior; en su vista lateral encontramos rines de 20 pulgadas en color negro calzando enormes llantas traseras 285/35 y un par de anagramas con las siglas GTS en la parte inferior de las puertas; detrás tenemos calaveras oscurecidas, un difusor de aire con diseño único y salida de escape doble situada al centro y en color negro y el nombre Cayman GTS colocado debajo del medallón.
Cayman GTS: La perfección que conocemos pero con detalles extras
Hablando de Porsche es sabido que materiales, calidad de ensamble y ergonomía son garantizados. Esta versión además de lo normal incluye detalles que nos muestran que se trata de un auto único, sus molduras de entrada cuentan con la leyenda Cayman GTS y las cabeceras con las siglas GTS bordadas en color rojo de la misma manera que los asientos, puertas, tablero, consola y cinturones de seguridad.
La cabina es perfecta para dos personas, detrás de los asientos deportivos del conductor y pasajero hay un pequeño espacio entres éstos y el motor donde podemos alojar pequeños maletines si los asientos no están colocados en su posición más trasera. El confort de los asientos y la visibilidad hacia todos los ángulos es buena menos hacia el trasero dado el ángulo en el que está colocado el medallón y los anchos postes que bajan hacia la parte trasera del vehículo.
Encontrar la posición ideal de manejo es cosa sencilla y el confort es mucho mejor de lo esperado y no es porque se trate de un auto que roba suspiros sino porque Porsche desarrolla autos deportivos que puedan conducirse de manera cómoda en el día a día y que igualmente se puedan utilizar dentro de un circuito a toda velocidad durante un fin de semana.
Una vez sentados en el asiento del conductor, observando, tocando y oliendo la cabina, colocamos el asiento en la posición correcta de manejo, abrochamos el cinturón de seguridad y nos disponemos a arrancar el auto de la manera tradicional.
Con una llave y la ranura para encender el motor colocada en la parte izquierda del volante, damos vuelta y encendemos los rabiosos 340 HP que ofrece este 6 cilindros bóxer de 3.4 litros, nos recibe un sonido del motor que es escuchado detrás de nuestras espaldas y que aumenta el ritmo cardíaco incitándonos a colocar la palanca en Drive, abrir los escapes, escoger el tipo de manejo Sport Plus y buscar caminos sin tráfico... Y sí, eso hicimos y lo contamos en la segunda parte de esta prueba.
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