Manejamos la Acura MDX 2017, ¿qué tal se mueven dos toneladas de lujo en pista?
Cae la noche del 20 de junio. Llega a la redacción una invitación de Acura para un evento en el Autódromo de Amozoc, en Puebla. "¿Será acaso que manejaremos en NSX?", preguntó la parte más entusiasta que vive en mí. "No", respondió la Acura MDX que nos esperaba en la puerta el día del evento. ¿Conducir en pista un SUV que carga dos toneladas de lujo? Esto tengo que verlo.
Como siempre, antes de ponerle las manos encima, debíamos conocerla en una explicación teórica. La nueva generación de Acura MDX llega a México con un nuevo rostro, dosis extra de tecnología y, lo más importante, para mostrarnos el nuevo ADN de la división de lujo de Honda, que como podrás imaginar, tiene al NSX —y la filosofía deportiva— como pilar central.
Una nueva identidad, construida sobre valores del pasado
Cuando eres Acura y llevas una estrecha relación con Honda, vale mucho la pena hacer énfasis en palabras como confianza, experiencia y tradición. ¿El reto? Empalmarlas con innovación, tecnología y actualidad. Todo eso se construye, en parte, desde el diseño exterior.
La Acura MDX 2017 nos indica el rumbo que la firma japonesa seguirá en los próximos años. Aunque conserva rasgos del pasado, como faros afilados e iluminación Jewel Eye, encontramos tomas de aire de mayores dimensiones y una nueva parrilla pentagonal tipo diamante, con el logo de la marca justo al centro. Elegante y discreta, justo como le gusta a su cliente objetivo.
En medidas, la camioneta no es para nada pequeña. Mide 4.98 metros de largo, y es capaz de acomodar hasta a siete pasajeros. Si sumamos un motor V6, tracción integral y un montón de equipamiento a la ecuación, tendremos como resultado una Acura MDX que ronda los 1,950 kilos, que promete viajes placenteros y, ante todo, seguros.
Los insertos son de madera genuina, proveniente de la zona tropical de África.
De hecho es ahí, en la línea de la seguridad, donde Acura quiere plantarle cara a Volvo. En la única versión disponible de MDX en México encontraremos alerta de colisión con frenado automático —evita o, en el peor de los casos, mitiga el accidente—, asistente de permanencia en el carril, alerta de punto ciego y control de velocidad crucero adaptativo. Todo esto, sumado al confort de una pantalla de 9 pulgadas en la segunda fila, un sistema de infotenimiento bastante completo, freno de mano eléctrico y cuatro puertos USB —entre muchos otros juguetes—, da como resultado un producto que, al menos por equipamiento, será capaz de hacerle ruido a Volvo XC90, sobre todo si consideramos que la MDX se ubicará aún debajo de donde comienza su rival sueca.
Bueno, a lo que venimos: a manejarla
Hagamos a un lado todo lo que no tiene que ver entre la conexión humano-máquina. A simple vista, la Acura MDX tiene toda la pinta de ser un SUV orientado al 100% al confort... y en realidad lo es. Aunque queramos ver un poquito del ADN del Acura NSX en la MDX, es complicado cuando tu esquema de suspensiones se rige por la comodidad, tus asistencias por la protección y tu motor... bueno, el motor sí es tema aparte.
La respuesta del motor es buena, pero lo mejor, sin duda, es el sonido que produce. Un poco de alegría para los entusiastas.
Bajo el cofre, Acura MDX lleva un V6 de 3.5 litros de 290 hp y 267 lb-pie de par. Es verdad que la cifra parece apenas justa para un SUV de su tamaño, pero a la hora de acelerar a fondo, la respuesta es muy buena, en gran medida debido al funcionamiento de la transmisión automática de nueve velocidades. Lo mejor, en realidad, es el sonido que produce: un poquito de alegría para quien gusta de la conducción deportiva.
En nuestro contacto en pista, nos encontramos con un SUV de motor alegre, pero intenciones muy diferentes. El sistema de tracción integral distribuye la entrega de par a la rueda que más lo necesite y ayuda a su paso por curva, pero no para despertar interés en los amantes de la velocidad, sino para mantener siempre el control. Tratándose de un vehículo para siete pasajeros, lo entendemos perfectamente.
La dirección es suave y hasta cierto punto precisa. La suspensión, suave y más refinada que en la Honda Pilot, inclina al pasar por curvas, pero nunca transmite nerviosismo ni falta de control. Justo al momento en que las cosas parecen empezar a irse de las manos, el control de estabilidad entra en acción. Protector, como debe ser en un vehículo de lujo de casi dos toneladas.
Un SUV premium bien equipado, rápido, pero no muy deportivo
Acura pide $819,900 a cambio de una MDX en México. ¿Qué tenemos a cambio? Un SUV que acomoda bien a siete pasajeros, los mantiene entretenidos en viajes largos, acelera con cierta alegría y promete un nivel de confort bastante elevado en cualquier terreno al que se enfrente.
Visto desde la perspectiva del lujo, tiene suficientes argumentos para convencer a quien mira hacia Audi Q7, BMW X5 o Mercedes-Benz GLS, cuyos modelos más equipados comienzan, precisamente, donde comienza MDX... incluso más arriba. Si lo que se busca, en cambio, es manejo y deportividad, las alemanas aún muestran su dominio sobre los japoneses, al menos en este segmento. Los suecos de Volvo poco a poco se abren camino, y aunque podrían representar un riesgo para MDX, la confiabilidad y durabilidad de Honda son argumentos firmes para darle el sí a MDX.