Hyundai Tucson, a prueba: ¿Es capaz de seguirle el paso a lo nuevo del segmento?
En menos de un año ya hemos vivido el lanzamiento de nueve SUV compactos en México; algunos de nueva generación, otros simplemente renovados. Se trata de uno de los mercados más jugosos del país, no sólo en términos de variedad, también de ventas. El segmento se mueve muy de prisa, ¿el Hyundai Tucson es capaz de seguirle el paso?
Mirando modelos que llevan casi una década —o más— sin mayores cambios, los casi dos años que el Hyundai Tucson lleva en el mercado son muy pocos, pero la competencia se ha complicado en los últimos meses, dejando la oferta de los coreanos en una posición difícil. Lo hemos conducido durante una semana para averiguar en qué medida consigue defender su posición.
Un SUV que enamora por los ojos
Hyundai ya no es lo que era, y eso es bueno. Los coreanos están apostando mucho por el diseño y el Tucson es la prueba. No estamos afirmando que sea un SUV que le guste a todos, pero sí que hay un interés de la firma coreana por crear productos atractivos e interesantes, lejos de la sencillez con la que trabajaban hace 10 años.
Con sus 4.47 metros de largo, el Hyundai Tucson se presenta como un SUV compacto de dimensiones promedio. Sus formas son robustas, de clara inspiración SUV y con nervaduras bien definidas que, en combinación con unos rines de 19 pulgadas, consiguen un frente dotado de personalidad y una trasera incluso de tintes deportivos.
El Tucson no es propiamente un todoterreno, pero buena parte de las defensas y de las salpicaderas están compuestas por plástico negro, lo que evita arañazos al circular por caminos sin pavimentar —e incluso en ciudad. No cuenta con bloqueo de diferencial ni tracción integral para lidiar con obstáculos difíciles, pero al menos en terracería sencilla, la altura respecto al piso —que es evidente a simple vista— le ayudará a salir bien librado.
El interior es cómodo, pero hay un importante margen de mejora
Como tal, el Hyundai Tucson es un SUV mucho más orientado a trayectos urbanos y viajes ocasionales por carretera, siempre bajo la premisa del confort. El interior justamente está diseñado para eso, con asientos cómodos y un nivel de equipamiento que bien puede catalogarse como su principal argumento.
Hay tres combinaciones de color a elegir para el interior. La más peculiar es la de nuestra unidad de prueba, acabados negros con vestiduras rojas.
Es poco lo que echamos de menos en la versión más equipada. Tenemos aire acondicionado automático de doble zona, asientos delanteros de ajuste eléctrico, llave inteligente, sistema de navegación, faros de LED con alumbrado en curva —aunque las altas son de halógeno—, freno de mano eléctrico, cámara de reversa, sensores de proximidad, monitoreo de punto ciego, alerta de tráfico cruzado trasero, techo panorámico, control de velocidad crucero y un sistema de infotenimiento con pantalla de 8 pulgadas. Eso sí, no estaría mal un segundo puerto USB, alguna toma de corriente para los asientos traseros y un sistema de infotenimiento con CarPlay. Bocinas de mejor calidad se agradecerían también.
El punto de mejora al interior del Hyundai Tucson se encuentra en la calidad. Los materiales parecen adecuados a primera vista, pero al tocar, por ejemplo, el que recubre la parte superior del tablero, encontraremos que se ve mejor de lo que se siente; es un plástico duro que acusa ahorro de costos. No goza de la misma sensación de calidad que tanto nos sorprendió en el Elantra.
El equipamiento es muy completo, pero la calidad (sobre todo ensambles) puede mejorar.
Los ensambles tampoco nos dejaron tan buen sabor de boca. Con más de 17,0000 kilómetros —en las duras manos de la prensa— en el odómetro, este Hyundai Tucson ya delataba la falta de ajustes en algunas zonas del tablero, aunque la mayor parte de los ruidos provienen del techo panorámico, que hace clics y clacks con el mismo movimiento de la camioneta. Al abrirlo, además, genera tronidos; en una ocasión, al cerrarlo, incluso se trabó.
En el polo opuesto, el Tucson brilla por lo espacioso de su interior. La banca trasera goza de buen lugar para rodillas y cabeza; el asiento central no sufre tanto gracias a un túnel bastante bajo. Es uno de los SUV más amplios de su categoría. La cajuela no es excesivamente voluminosa, pero cumple para el día día y viajes ocasionales; cuenta con apertura manos libres para facilitar la carga de objetos pesados, aunque el acceso alto.
El motor de 2.0 litros no es su mejor aliado, pero cumple
A nuestro parecer, mecánicamente hablando, el Tucson se queda corto. Todas las versiones disponibles en México son impulsadas por un motor atomsférico de 2.0 litros de 155 hp y 143 lb-pie lb-pie de par, suficiente para las situaciones cotidianas, pero lento en rebases e incorporaciones. En ocasiones parece costarle trabajo cargar con el mismo peso de la camioneta —1,540 kg—, lo que no sólo castiga las aceleraciones, también el consumo. A pesar de que la transmisión hace correctamente su trabajo, en ciudad no pudimos conseguir más de 8.7 km/l.
El motor de 2.0 litros le queda algo apretado, lo que penaliza tanto aceleraciones como consumo.
El chasís tiene mucho potencial, lo hemos comprobado con su hermano, el KIA Sportage, pero en el Tucson la puesta a punto es excesivamente blanda. Es cómodo, sí, pero la suavidad excesiva se traduce en una notoria inclinación de la carrocería, que en combinación con una dirección demasiado asistida y de tacto artificial, da como resultado un manejo poco preciso. Si algo hemos aprendido de la última ola de SUV es que una dirección asistida no tiene que sentirse tan anestesiada y que una suspensión cómoda no debe ser siempre tan blanda.
Quizá sea momento de que Hyundai pruebe suerte con una suspensión ligeramente más rígida y, sobre todo, con el motor turbo de 1.6 litros disponible en Estados Unidos. Genera 175 hp y 195 lb-pie, con lo que aliviaría notoriamente las prestaciones y, sobre todo, los consumos.
El Hyundai Tucson es un SUV competente, pero la competencia avanza más rápido
Como mencionamos al principio, el segmento de los SUV ha cambiado mucho en los últimos 12 meses. Por los 454,100 pesos que cuesta el Hyundai Tucson encontramos un KIA Sportage igual de equipado, pero con motor más potente; un Honda CR-V con un brillante motor turbo de 1.5 litros, un Mazda CX-5 de acabados cuasipremium e incluso un Volkswagen Tiguan más ágil, refinado y espacioso.
El Tucson no es malo, pero tiene el potencial de ser mejor. Ante los renovados o nuevos Koleos, Escape, CR-V, CX-5, Equinox, Tiguan, Ateca, 3008 y X-Trail, la firma coreana debe reimpulsar su producto más allá de las promesas del diseño, el equipamiento y la garantía. En la gama hay lugar para colocar una versión más equipada y con una configuración mecánica más interesante.
7.9
A favor
- El equipamiento es muy completo.
- Su andar es muy cómodo.
- Ofrece 5 años de garantía.
En contra
- El tacto de la dirección es muy artificial.
- La suspensión es muy blanda y hay mucho body-roll.
- El motor le queda apretado.
- El consumo no va acorde con las prestaciones.
Ficha técnica del Hyundai Tucson
Versiones probadas | Limited Tech Navi | ||
---|---|---|---|
Motor | 4 cilindros | Suspensión delantera | Independiente tipo McPherson |
Cilindrada | 1,999 cm³ | Suspensión trasera | Independiente Multilink |
Potencia máxima (hp @ rpm) | 155 hp @ 6,200 rpm | Longitud | 4,475 mm |
Par máximo (lb-pie @ rpm) | 143 lb-pie @ 4,800 rpm | Cajuela | 488 litros |
Transmisión | Automática de 6 vels. | Consumo urbano | 8.7 km/l |
Tracción | Delantera | Consumo en carretera' | 18.6 km/l |
Frenos | Discos / Discos | Consumo combinado' | 14.6 km/l |
Peso | 1,540 kg | Capacidad del tanque | 62 litros |
Velocidad máxima | N.D. | Emisiones de CO2'' | 194 g/km |
Aceleración 0 - 96 km/h | N.D. | Precio | $454,100 |
' Cifras publicadas por el fabricante '' Cifras publicadas por el Portal de Indicadores de Eficiencia Energética y Emisiones Vehiculares
Precios del Hyundai Tucson 2017 en México
- GLS — $366,100
- GLS Premium — $384,100
- Limited — $409,100
- Limited Tech Navi — $454,100