Toyota Tundra 1794 Edition, a prueba: una pick-up que celebra el orgullo texano
Conozco a mucha gente que se ha tatuado su fecha de nacimiento o la de sus padres. Para entender a la Toyota Tundra 1794 Edition no hace falta más que adaptar esta misma idea al mundo de los autos. Su edición especial celebra el año en que se fundó el JLC Ranch, lugar de Texas donde hoy se encuentra la fábrica responsable de la producción de esta pick-up.
Emblemas, acabados especiales y una dosis extra de comodidades visten al colosal vehículo de trabajo de la firma japonesa, que con 5.81 metros de largo y un enorme V8 de 5.2 litros logra mimetizarse entre la fauna local de pick-ups de tamaño completo en Texas, EE. UU., y con la frontera tan cerca, da un salto, llega a México y se ha pasado por nuestro garaje.
Fanática del color café
La Toyota Tundra es de los productos más longevos de la firma japonesa en América. Su segunda generación, que es la actual, ha estado en el mercado desde 2007 y basa su supervivencia en actualizaciones relativamente continuas. Su renovación más profunda llegó en 2014, cuando se modificó el diseño de la cabina, recibió nuevos pincelazos en el exterior y ajustó algunos elementos mecánicos.
Así, con más de una década de existencia, la Toyota Tundra 2018 puede lucir tan llamativa como las pick-ups de última generación de las firmas estadounidenses. La introducción de la edición especial 1794 trae elementos distintivos al exterior, como emblemas conmemorativos y la carrocería pintada en color café.
De hecho, este color es el protagonista de la edición especial y queda claro al echar un vistazo a la cabina. Deja un poco de lado su naturaleza utilitaria para ganar puntos en materia de refinamiento gracias al uso de cuero café a lo largo y ancho de todo el habitáculo. Asientos, descansabrazos, paneles de puertas e incluso algunas partes del tablero van revestidas con este material.
En general, el cuero café y los insertos de madera realzan mucho la sensación de calidad al interior, sin embargo, la selección del resto de los materiales no es la más afortunada: hay mucho plástico rígido y botones que lucen anticuados. El sistema de infotenimiento luce gráficos un tanto obsoletos y, a pesar de su funcionamiento intachable, la pantalla no ofrece la resolución ideal para un vehículo modelo 2018 que roza el millón de pesos.
El equipamiento le da alma de SUV a la pick-up
Es rara la ocasión en que una pick-up se convierte en un vehículo de capricho. La mayor parte del tiempo, llegan a mano de sus consumidores para cumplir con las tareas de un vehículo de trabajo. En este caso, el enfoque utilitario queda muy bien resuelto con una batea para llevar 704 kg de carga y capacidad de remolcar hasta 3,990 kg.
Su lado amable, heredado del mundo de las pick-ups, llega al hablar de equipamiento. Encontraremos climatizador automático de doble zona, quemacocos, asientos delanteros de ajuste eléctrico con soporte lumbar y calefacción, faros de LED, espejo retrovisor electrocromático, sistema de sonido JBL con 8 bocinas y 4 tweeters, navegación y columna de la dirección con memoria y ajuste eléctrico.
En términos de confort, cumple; la materia de tecnología aún queda pendiente. No lleva la versión más moderna del infotenimiento de la casa, no ofrece llave inteligente —de hecho su diseño es idéntico al de Yaris, sin manera de plegar la llave— y carece de cualquier asistencia más allá de control de estabilidad. Por cierto, cuenta con ocho bolsas de aire.
Larga vida a los motores V8
La colosal pick-up de Toyota mantiene viva la llama de los motores V8. Con 5.7 litros de cilindrada, su bloque de 32 válvulas es capaz de desarrollar 381 hp y 401 lb-pie, controladas a través de una transmisión automática secuencial de seis velocidades, responsable de distribuir el poder entre las cuatro ruedas.
La aceleración no es rápida, pero sí brutal. La cantidad de par disponible incluso a bajas revoluciones "avienta la lámina" con facilidad, a pesar de cargar con 2,561 kg en vacío. Es lógico que vaya sobrada de torque para poder soportar el peso de los pasajeros y de lo que el dueño decida colocar en la batea.
Con un promedio de consumo de 5.8 km/l, en tren motor no es el más eficiente. Quizá ayudaría la introducción de una transmisión de más marchas, sin embargo, considerando el peso, el diseño y la potencia del vehículo, el rendimiento nos parece lógico. Cuenta además con capacidades todoterreno a través de un sistema de tracción integral con modos 4H y 4L con su propia palanca para ajustarlo.
Por sus dimensiones, no es el vehículo ideal para entornos urbanos, sin embargo, la calidad de marcha es sobresaliente para una pick-up tan orientada al trabajo y que aún mantiene una suspensión trasera con eje rígido. No es muy saltona, aunque la altura de la carrocería y la suavidad de la suspensión crean una sensación de lancheo a altas velocidades. Es fácil aprender a dosificar el acelerador, calcular espacios y llevarla a donde queremos.
Una japonesa que pelea en las grandes ligas
Si algo saben hacer las marcas estadounidenses, son pick-ups grandes. La Toyota Tundra sigue trabajando para hacerse un hueco en un segmento donde la mayoría de los consumidores caen en manos de Ford Lobo, Chevrolet Cheyenne o RAM 1500, tres vehículos que además estrenaron generación recientemente o recibieron una modificación importante.
Con etiqueta de 904,400 pesos, la Toyota Tundra 1794 Edition no es un vehículo que veremos mucho en las calles. Sus competidores conocen bien el mercado y no son rivales fáciles de vencer. En favor de la japonesa encontraremos el sabor a exclusividad y la fiabilidad mecánica inherente de los vehículos Toyota.