"Cumplir o no cumplir, esa es la cuestión". Si Shakespeare hubiera vivido el nuevo milenio en la Ciudad de México, probablemente su dilema no hubiera sido el de ser o no ser, sino cumplir o no cumplir con las leyes de tránsito. Fueron creadas para facilitar hacer menos caótica la convivencia vial entre los que nos hemos vuelto dependientes al auto, pero... ¿Imaginas un México donde todos las respetemos?
Pasarse el alto, dar vueltas prohibidas o meterse en sentido contrario son algunas conductas que caracterizan a los sub-normales que ponen en riesgo su vida y la de los demás al ignorar el reglamento de tránsito. La otra parte de la población, que si las respeta, se divide en dos: los que cumplen "porque tienen que cumplirlas o los multan" (obedeciendo a la ética), y los que cumplen porque saben que al hacerlo todos salimos beneficiados (obedeciendo a la moral).
Conducir no es un juego. Puede serlo, siempre y cuando contemos con los aditamentos de seguridad necesarios y tengamos el escenario perfecto... y no, Periférico no es una pista de carreras. Los autos, aunque a los petrolheads nos sepa agridulce, fueron creados para transportarnos de A a B. La aparición de modelos deportivos y de la Fórmula 1 es sólo una bonita consecuencia. Quien se dice conocedor de la industria automotriz sabe que, como dice José Alfredo Jiménez, no hay que llegar primero, pero hay que saber llegar.
Si en este país todos usáramos el cinturón de seguridad porque sabemos que puede salvar nuestra vida (y porque, de no hacerlo, la bolsa de aire podría asesinarnos), respetáramos la línea peatonal para así facilitar el cruce de transeúntes, cediéramos el paso, no abusáramos del claxon y no nos estacionáramos en doble fila, seguro que los índices de estrés disminuirían de manera considerablemente.
Si usted es uno de esos sub-normales que cree que las reglas fueron creadas para romperlas, aún está a tiempo de rehabilitarse. Haga el intento, ponga las direccionales para avisar que cambiará de carril o que dará vuelta, y si no pasa, no avance, aunque tenga el siga. Le aseguramos que los demás conductores se lo agradecerán.
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