El Toyota Camry tiene el orgullo de decir que ha sido el sedán más vendido en los Estados Unidos por los últimos 14 años, y ahora por segundo año consecutivo, también es “el auto más americano” a pesar de pertenecer a una marca japonesa.
El portal Cars.com le otorgó el galardón por segunda ocasión, en gran medida gracias a sus resultados de ventas, el número de empleos que genera su fabricación y porque la gran mayoría de sus componentes son de origen americano. Este auto es tan gringo que se le permite correr en la NASCAR, categoría reservada únicamente para las marcas domésticas de Estados Unidos.
El auto ha evolucionado considerablemente desde su llegada al país norteamericano en 1983, convirtiéndose en un vehículo más grande, potente y seguro con cada generación que pasa. El modelo actual es el claro ejemplo que lo que puede hacer la marca japonesa cuando se da a la tarea de permanecer en el primer lugar de ventas, y parece que no planea abandonar su trono por ningún motivo.
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