Ya nos parece escuchar la voz de Volkswagen: “dirán misa, pero ahora soy la marca que más produce”. Hace apenas algunos días, la armadora alemana anunció que el año pasado registró pérdidas históricas por cerca de mil 600 millones de euros (mil 802 millones de dólares) como consecuencia del escándalo del DieselGate.
De acuerdo a la información que trascendió, al término de una reunión de su consejo de vigilancia en Wolfsburg, el Grupo VAG reconoció que tuvo que reservar unos 16 mil 200 millones de euros (18 mil 200 millones de dólares) para enfrentar las compensaciones para cada usuario afectado por la cuestión de las emisiones manipuladas.
Además, miembros del Consejo de la compañía confirmaron que tras el escándalo de manipulación, las gratificaciones a los directivos del grupo se reducirán 30 por ciento. Como se recordará, en septiembre del año pasado Volkswagen reconoció haber manipulado el software que regula la emisión de gases de un total de 11 millones de vehículos pertenecientes a diferentes marcas del grupo.
El escándalo se convirtió en una tremenda bola de nieve que generó, entre muchas otras consecuencias, la renuncia de su entonces CEO, Martin Winterkorn, así como el desplome de las acciones de la compañía que perdieron 20 por ciento de su valor en un solo día.
¿Amarga victoria para Volkswagen?
En este difícil entorno, Volkswagen recibe una noticia alentadora: ha logrado superar a Toyota como la marca más vendida, hasta el pasado mes de marzo, lo anterior derivado del terremoto que azotó a Japón y que provocó el cese de su producción, entre otros factore.
Toyota ha sido el líder de ventas de vehículos por cuatro años consecutivos y esa racha se hubiera extendido por más tiempo de no ser por varios eventos ajenos al fabricante nipón, que provocaron una caída en su producción. Primero la explosión y subsecuente incendio en una de sus plantas siderúrgicas, Aichi Steel Corp., lo que provocó que su producción automotriz disminuyera 17.4%.
Poco tiempo después, el peor terremoto sufrido por Japón en mucho tiempo, se tradujo en una caída de 80,000 unidades producidas, debido al cese de operaciones de las plantas de producción.
Derivado de lo anterior, los envíos de Toyota cayeron un 2.3%, lo que se traduce en 2.46 millones de vehículos. Mientras tanto, la recuperación de Europa Occidental y China permitieron que Volkswagen se colara a la primera posición, con aumentos del 3.5% y 6.4%, respectivamente. Lo anterior se traduce en un aumento de 0.8% hasta 2.5 millones de coches.
Para algunos analistas, esta es una victoria amarga para el gigante de Wolfsburg, debido a los 16,200 millones que ha reservado para cubrir los costes de su escándalo de emisiones en los motores diésel.
En tercer lugar del ranking se encuentra General Motors, quien ostentara el título del mayor fabricante de automóviles del mundo en el año 2011. El lento avance del mercado en Sudamérica y del segmento de vehículos comerciales en China han provocado que GM haya caído hasta la tercera posición.
Vía | Bloomberg
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