Por más sofisticados que sean los nuevos autódromos en los que se corre la Fórmula 1 cada año, uno de los más esperados cada temporada es el Gran Premio de Mónaco, un circuito callejero en Montecarlo que se clausura al público y donde el Gran Circo ha dado más espectáculo a través de la historia.
Esta es la escena tal y como la vivió Checo desde la cabina de su monoplaza de Racing Point, donde debe pasar justo entre dos comisarios de pista mientras sale del carril de los pits, un momento extremadamente peligroso que afortunadamente no pasó a mayores.
Después de este momento, estoy muy contento con mi día! Que todos podemos volver a casa con nuestras familias. Espero que no vuelva a pasar por la seguridad de los marshals! 🙏 #MonacoGP #Checo11 pic.twitter.com/jBhLgMqFVd
— Sergio Pérez (@SChecoPerez) 26 de mayo de 2019
Después del accidente de Leclerc, varios pilotos ingresaron a los boxes, y al salir para la vuelta 11 de carrera, Checo se encontró con estos dos sujetos que limpiaban la pista de los restos del Ferrari número 16, y que por poco impacta en el carril de aceleración. Uno de los comisarios aceleró el paso para resguardarse en el muro, mientras otro se detiene permitiendo el paso del coche de Pérez. Fue su agilidad que evitó una tragedia.
El trazado de Mónaco siempre ha sido controversial, debido a sus características, la FIA debe permitir acciones que serían impensables para otros circuitos. Por ejemplo, ésta es la única carrera del año donde no se recorren ni 300 km en competición y donde las pruebas libres se realizan en jueves. Otro punto muy criticado por la prensa y el público es la dificultad de realizar rebases, lo que convierte al Gran Premio en un desfile a alta velocidad. Sólo los pilotos con los autos más veloces o con mayor necesidad de puntuar realizan maniobras peligrosas para adelantar a sus rivales, se debe cambiar esta situación pronto, antes de que Mónaco cobre otra vida humana.