Electrizante, así fue el final de la primera carrera del nuevo serial de monoplazas eléctricos, la Fórmula E, que se celebró en las calles de Beijing, China, en un interesante gran premio eléctrico, o ePrix, de 25 vueltas que en sus últimos metros tuvo un dramático accidente entre Nicolás Prost (E. Adams Renault) y Nick Heidfeld (Venturi), quienes iban en primero y segundo lugar.
El hijo del legendario Alain Prost arrancó en la "pole position" y desde ese momento tomó el control de la carrera, mismo que mantuvo aún después del cambio de auto, que se dio en la vuelta 15, y cuando parecía que recibiría la bandera a cuadros, Heidfeld, que venía muy cerca de él intentó un rebase antes de la última curva, pero Prost simplemente le cerró la puerta, hicieron contacto y el auto ya descontrolado de Heidfeld levantó el vuelo al tocar el lavadero y pegó violentamente contra un muro de contención. Afortunadamente Heidfeld se bajó bien del auto, y tras el incidente fue el piloto brasileño Lucas Di Grassi (Audi Sport ABT) el que cruzó en primer lugar la línea de meta.
Fue una carrera entretenida, un buen inicio para una nueva categoría tan diferente, con autos que no hacen ruido, o al menos no el ruido al que estamos acostumbrados, es más bien como un zumbido, y con reglas diferentes, como la del cambio de auto a media carrera por la limitada capacidad de las baterías para almacenar energía, o el "fan boost", 40 hp extras que en esta ocasión recibieron Katherine Legge, Lucas Di Grassi y Bruno Senna, gracias a los votos del público.
El segundo lugar fue para el francés Franck Montagny (Andretti), y el tercero para Sam Bird (Virgin). Los 2 puntos que se dan a la vuelta más rápida de la carrera fueron para el siempre aguerrido japonés Takuma Sato (Amlin Aguri), que logró un registro de 1.45:101 ya al final de la carrera. La siguiente cita es el 22 de noviembre en Putrajaya, Malasia.
En Motorpasión México | Conéctate con la Fórmula E: todo lo que hay que saber