La Fórmula 1 vive una época de transformaciones y adaptaciones a un nuevo dueño que quiere devolverle el estatus que tuvo durante décadas. Sin embargo, algunos vicios internos han "echado tanta raíz" que pareciera imposible cambiarlo. Uno de ellos es lo difícil que se ha vuelto el proceso para dejar entrar equipos y proveedores de motores nuevos. Porsche ha sido el último en querer regresar sin poder concretarlo.
En 2017, acorde al jefe de la división de deporte motor, Fritz Enzinger, Volkswagen había ordenado a su división que crearan un motor V6 turbo híbrido aún más eficiente que el que usaban en su 919 Hybrid del WEC, pues en ese mismo año la marca alemana había abandonado el mundial de resistencia.
Enzinger cuenta que incluso ingenieros de Porsche habían ido a reuniones de la FIA con el resto de los equipos de F1 actual para discutir cómo serían los motores para la temporada 2021. En un inicio Porsche había decidido hacer su regreso pues se esperaba que para esa temporada los nuevos motores ya no hicieran uso de la recuperación de energía a través de los gases de escape, algo que baja el precio de los motores y abre posibilidades para adaptar de mejor forma lo aprendido en la pista a coches de calle.
Tras varias reuniones e incluso después de que Porsche ya había construido el motor y lo probaban en laboratorio, los fabricantes de motores de la Fórmula 1 actual, decidieron no cambiar el esquema de recuperación de energía, cosa que derivó en la cancelación del proyecto para Porsche.
Cabe destacar que Porsche ya había participado en Fórmula 1 como proveedor de motores, su mejor tiempo fue de la mano de McLaren en los 80 cuando sus motores llevaban el nombre de TAG, y con ellos se hicieron de dos campeonatos de constructores y tres de pilotos, dos de Alain Prost y uno de Niki Lauda.