
Confiesa: ¿alguna vez fuiste a unos 123 km/h en una vía cuyo límite de velocidad eran 60 km/h? De haberlo hecho en Austria, la sanción hubiera sido confiscarte el auto para siempre, lo que le pasó al desafortunado conductor de un Bugatti Chiron. Y ni siquiera era el dueño del vehículo.
Las autoridades de Austria van muy en serio con su postura contra los excesos de velocidad. En un reciente caso que ha llamado la atención internacional, la policía confiscó un Bugatti Chiron valuado en aproximadamente 66 millones de pesos (tres millones de euros) cuando cacharon a su conductor yendo a 123 km/h en una zona donde el máximo eran 60 km/h.
A diferencia de otros países donde los infractores reciben multas o sanciones temporales, en Austria los vehículos de quienes superan los límites por un amplio margen pueden ser incautados de forma permanente. Auch.
Castigo ejemplar
Según cuenta el medio local Heute, el incidente ocurrió en la emblemática Ringstrasse de Viena, una vía histórica que rodea el centro de la capital austriaca. La policía, equipada con pistolas de radar, detectó al Bugatti que iba corriendo a más del doble del límite permitido.
Tras detener el vehículo, el conductor de 38 años afirmó que no era el dueño del auto, sino que pertenecía a un amigo. Sin embargo, la ley austriaca establece que la incautación puede proceder sin importar la propiedad del automóvil, lo que significa que el gobierno podría quedarse con el superdeportivo de forma definitiva.
El Bugatti Chiron es uno de los autos más exclusivos y potentes del mundo. Su motor W16 de 1,500 caballos de fuerza le permite acelerar de 0 a 100 km/h en apenas 2.5 segundos, lo que significa que el conductor probablemente solo pisó el acelerador unos instantes antes de ser detectado por la policía. Además, el costo anual de mantenimiento de este vehículo supera los 10,600 euros, un lujo reservado para unos pocos.
La política de incautación de autos no es la única medida drástica en Europa contra los excesos de velocidad. En Finlandia y Suiza, las multas se calculan en función de los ingresos del infractor, lo que ha llevado a sanciones de cientos de miles de euros para algunos millonarios. En España, los casos más graves pueden llevar a penas de cárcel. Sin embargo, Austria ha optado por la estrategia más severa: quitar definitivamente el vehículo a quienes ponen en riesgo la seguridad vial. ¿Valdrá la pena arriesgarse?