A finales de la temporada pasada de la Fórmula 1 se anunciaba el inminente cambio de dueño de la serie. El campeonato más importante del automovilismo ahora sería parte de una compañía de telecomunicaciones estadounidense y con ello se platea un gran cambio en la forma en la que se vivirán los fines de semana.
Liberty Media, la nueva compañía dueña de la F1, ya mencionaba que quería explotar comercialmente el campeonato como no se había hecho en mucho tiempo, llegando a declarar para el Financial Times, que los eventos serán como un Super Bowl.
También se plantea una mayor presencia de la serie en Estados Unidos, planteando más de una carrera al año en ese país.
El punto es recuperar a la F1 de la caída en espectadores y popularidad que ha presentado en los últimos años. A grandes rasgos el plan es hacer de cada fin de semana una especie de festival, con espectáculos que logren atraer a más personas a los circuitos. Algo como lo visto en el GP de Estados Unidos el año pasado, que contó con el concierto de una estrella pop al que solo se podía acceder comprando boletos para el Gran Premio.
Además de ello, Liberty Media, planea crear un nuevo departamento de marketing que ayuda a manejar mejor las rivalidades que existen en la categoría, en pocas palabras crear casi una historia para agrandar el espectáculo más allá de las declaraciones y acciones vistas en pista. Que tan lejos pueda llegar, aún no se sabe.
2017 será un año de transición y comenzaremos a ver cambios poco a poco, a partir de 2018, puede que las diferencias con la F1 actual se vean muy marcadas.
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