A lo largo de la historia automotriz hemos visto miles de innovaciones que buscan facilitarnos la vida, emocionarnos más, mantenernos siempre conectados, etc. El diseño también se ha transformado para mejorar la eficiencia o simplemente para atrapar nuestra mirada y es justamente el diseño de algunos autos alemanes los que llamaron la atención en los 90 e inicios de los 2000. Más allá de las formas extremadamente sobrias de esos autos, destacaban sus espejos retrovisores asimétricos, pero ¿por qué eran así?
Autos como el Volkswagen Golf, Jetta, Transporter; Audi A3, A4, A8; SEAT León, Cordoba, Ibiza; Mercedes-Benz W124 (incluso anterior a los 90),entre muchos otros, portaban esta curiosa solución. Dicha asimetría se componía del espejo retrovisor del lado del conductor con un tamaño convencional, mientras que el espejo del lado del copiloto era considerablemente más pequeño. Lo suficiente para que al verlos totalmente de frente se notara una gran diferencia.
La razón no fue ni el buscar marcar tendencia por crear diseños vanguardistas o un esfuerzo excesivo por reducir la superficie frontal del auto para ofrecer menos arrastre y elevar los números de eficiencia. Nada de eso. El motivo real, es que los autos han estado sufriendo de gigantismo...
Sí, si comparamos el primer Volkswagen Golf con un Golf de cuarta generación que llevó esos espejos asimétricos, encontraríamos una diferencia abismal en dimensiones. Un MK1 medía solo 3.7 metros de largo, mientras que un MK4 llegaba ya a los 4.1 metros, lo mismo sucedía a lo ancho. Y hablando de **anchura, ahí tenemos la clave. Los autos se hacían cada vez más grandes, pero los caminos no.
Por esa sencilla razón muchas marcas alemanas idearon el colocar un espejo más pequeño para facilitar el tránsito por zonas urbanas de toda Europa que típicamente tiene calles y carreteras muy estrechas por la forma y espacio en el que se desarrollaron las primeras comunidades del viejo continente.De esta manera no cocharían los espejos y habría más espacio para maniobrar.
Desafortunadamente esta solución no fue bien recibida del todo, con muchos clientes buscando repuestos de mercados donde el volante estaba invertido para sustituir su espejo pequeño por uno normal y así devolver la simetría a sus autos.
Esta medida vivió pocos años, en su lugar algunas ciudades hicieron mejoras de infraestructura o reglas de tránsito para intentar facilitar el tránsito de los autos que hasta la fecha siguen creciendo en cada segmento.
Cabe destacar que la asimetría no es ajena a la industria automotriz, al paso de los años hemos visto autos como el Hyundai Veloster, Mini Clubman o el Nissan Cube.
