Las actividades rutinarias del aeropuerto internacional de San Francisco fueron interrumpidas luego de que la rueda de un Boeing 777-200, que se dirigía a Osaka, Japón, se desprendió justo cuando el vuelo 35 de United, despegaba. Ante ello, el avión fue desviado rápidamente al aeropuerto de Los Ángeles, donde aterrizó de manera segura.
¿Y la rueda? Después de desprenderse del avión, aterrizó entre dos autos estacionados, antes de rebotar sobre una cerca metálica y detener su marcha en un estacionamiento perteneciente a una agencia de renta de coches. Uno de los testigos, Gary Glass, comentó al medio ABC7News que quedó en shock durante 15 minutos después de presenciar todo el percance.
"Miré hacia arriba y vi un neumático que giraba a gran velocidad. Rebotó en el estacionamiento del personal y rebotó sobre un auto, un auto pequeño y compacto, y pensé que iba a aplastar ese auto y quedarse allí, pero en realidad rebotó de nuevo muy alto, y luego aterrizó en un Tesla rojo que aplastó por completo”, comentó Gary Glass.
Agregó que estaba agradecido de que no hubiera nadie en el lote de autos en ese momento, ya que la rueda “habría aplastado a alguien como una uva” si lo hubiera golpeado. Dijo que el tamaño y la fuerza del impacto de la rueda lo sorprendieron.
Aún no está claro qué causó el incidente, pero las autoridades están investigando. Aunque incidentes como estos son extremadamente raros, los expertos dijeron a AB7News que creen que es más probable que el problema se haya derivado de una cuestión de mantenimiento, más que un problema de fabricación del avión.
