Michelin es una empresa milenaria. Los hermanos que le dieron nombre cuando terminaba el siglo XIX, fueron pioneros de la investigación, ingeniería, el infalible método de "prueba y error", y tal vez, sin darse cuenta, también del marketing. Cuando su negocio se centró en neumáticos vulcanizados, un día observaron una pila de llantas tiradas que parecía un hombre, y con sólo agregarle brazos y piernas, en 1898, nació Bibendum.
Los 114 mil empleados de Michelin fueron orgullosos testigos de el reconocimiento que otorgó el jurado de la Advertising Week, en Nueva York, cuando El Hombre Michelin fue nombrado como el Icono del Milenio, justo a tiempo para celebrar sus primeros 120 años de "vida".
Bibendum en el año 1900
Bibendum en París, 1908
Bibendum es más que una carismática figura asociada a la marca Michelin. Gracias a este hombre regordete que ha ido actualizando su imagen a lo largo de las décadas, es reconocida como una de las empresas de mejor reputación, avalado por el Reputation Institute (11ava posición a nivel mundial).