El BMW M2 CS es un festín de fibra de carbono con 450 hp listos para la acción
Si el M2 Competition ya había sido catalogado como uno de los Eme más puros y deseados de nuestra década, el BMW M2 CS puede coronarse —con perdón de cualquier M3— como el BMW M más codiciado de nuestra época: tracción trasera, carrocería coupé, transmisión manual, motor sobrado de poder, baño de fibra de carbono… ¿sigo?
El M2 CS nace como despedida de la generación actual del coupé más pequeño de la marca. Lo hará como una serie limitada a sólo 2,200 unidades para todo el mundo, cada una de ellas puesta a punto para convertirlo en un auténtico coche de carreras, pero que puedes matricular para su uso en calle.
Su vocación deportiva comienza con una rigurosa dieta de fibra de carbono, presente en un cofre totalmente rediseñado, techo, difusor, splitter, alerón y carcasas de espejos. Con ello se logra reducir el peso —aunque BMW no ha dicho cuánto— y se logra una apariencia realmente deportiva. La pintura Misano Blue metálica, por cierto, es exclusiva para el M2 CS.
El uso de fibra de carbono llega también a la cabina; toda la consola central y las agarraderas de las puertas están fabricados en este material. BMW combinó con gracia varias piezas en Alcántara, incluidas partes del tablero, el volante, el forro de palanca de velocidades y freno de mano, paneles de puertas y el contorno de los asientos, que son de diseño ligero y heredados del M4 CS.
Alto desempeño y prestaciones de escándalo
Cada detalle, por insignificante que parezca, hace al BMW M2 CS tan especial. La fibra de carbono cobra un papel importante, pero el verdadero protagonista es el tren motriz, que logra lo que creíamos imposible: eleva de nivel al de por sí adictivo chasís del M2 Competition.
De serie se incluye suspensión adaptativa M, para poder llevarlo con relativa comodidad en trayectos urbanos y exprimir su lado más fiero en circuitos. A ello se suman frenos más grandes que el M2 Competition: discos de 400 mm al frente con calipers de 6 pistones y de 380 mm atrás con calipers de 4 pistones. Opcionalmente se puede solicitar con frenos carbonocerámicos.
La simbiosis entre mecánica y electrónica logran un alto nivel de precisión bajo una conducción demandante. Un papel crucial lo juega el diferencial activo M, controlado electrónicamente para optimizar tracción y ayudar a conservar la trayectoria. El control electrónico de estabilidad ofrece distintas programaciones según las necesidades del camino. En M Dynamic Mode permite cierto deslizamiento de las llantas y un comportamiento más juguetón. Desde luego es posible driftear con este auto.
El toque final lo ponen rines 9J x 19” al frente y 10J x 19” atrás, con peso de 9 y 10 kg respectivamente. Van montados en llantas Michelin Pilot Sport Cup 2 desarrolladas especialmente para el M2 CS y con una misión específica en cada eje. Las 245/35 ZR 19 del frente se encargan del control lateral, la estabilidad direcciones y el tacto de la dirección; las 265/35 ZR 19 de atrás optimizan tracción, control lateral y estabilidad direccional.
Vamos ahora con los datos más jugosos. El BMW M2 CS hereda el motor del M4 Competition: un bloque turbocargado de seis cilindros en línea y 3.0 litros, capaz de generar 450 hp y 406 lb-pie. El poder puede llevarse al eje trasero a través de una transmisión automática de doble embrague de siete cambios, o para puristas, mediante una caja manual de seis velocidades.
De acuerdo con números de BMW, el M2 CS tarda sólo 4.0 segundos en llegar a 100 km/h con transmisión DCT; con caja manual lo hace en 4.2 segundos. De serie se incluye el paquete M Driver, lo que extiende la velocidad máxima a 280 km/h, limitada electrónicamente.
BMW realizó algunos ajustes para mantener estable el flujo de aceite en condiciones normales de uso urbano o extremas de conducción en pista. Las tomas de aire del cofre, por su parte, ayudan a expulsar el aire caliente y mantener la temperatura adecuada del propulsor. Finalmente, el sistema de escape mejora el sonido respecto al M2 Competition —se puede configurar desde el selector de modos de manejo.
Un clásico instantáneo
Con una producción limitada a tan pocas unidades y especificaciones tan atractivas, el BMW M2 CS se volverá un clásico instantáneo: un auto por el que coleccionistas o amantes de la marca estarán dispuestos a pagar mucho dinero. El precio rondará los 87,000 euros, es decir, alrededor de 1.85 millones de pesos al tipo de cambio actual. No se sabe si habrá unidades disponibles para México —aunque creemos que sí. Las entregas comenzarán en abril del próximo año.