Encerar, mano izquierda, pulir, mano derecha... Sería la técnica aprendida por el Karate Kid o bien la que muchos usaríamos para cuidar la pintura de nuestro auto, pero eso no es suficiente para cuidar el color y acabado tan peculiar que las nuevas pinturas mate requieren. CUPRA ha hecho de este acabado parte central de su imagen y por ello nos dan una guía para cuidar esa pintura, ya sea de un Formentor o León, o de cualquier otro auto con pintura mate.
Para demostrar sus cuidados, CUPRA se alió en Europa con Autoglym, quienes nos instruyen paso a paso para no perder sus cualidades.
Lo peculiar de una pintura mate
Para entender cómo cuidar de este tipo de pinturas es útil entender qué es lo que las hace especiales. Si miraremos una muestra de pintura tradicional, brillante, bajo un microscopio; notaríamos que en una pintura común su superficie es completamente lisa, lo que le ayuda a reflejar mejor la luz y darle ese acabado brilloso.
En el caso de las pinturas mate, su superficie es irregular, con picos y valles microscópicos que en vez de reflejar directamente la luz, la dispersan como si la absorbieran. De ahí ese acabado opaco.
Desde Autoglym explican que el secreto para mantenerla en buen estado es el evitar aplanar eso picos irregulares y no rellenar sus valles. Sustancias hechas para pulir y otros productos que contengan elementos abrasivos pueden aplanar dichos picos de forma irreversible, estropeando por completo el efecto opaco al darle brillo. De igual forma, las ceras en pasta rellenan los valles de la pintura, provocando también el mismo efecto brilloso. En caso de querer usar cera, se recomienda solamente la cera líquida, misma que solo protege con una capa muy delgada la superficie.
Otras punto muy importante, es enjuagar contundentemente el auto antes de lavarlo, especialmente para remover cualquier cosa como polvo, ceniza o cualquier elemento abrasivo que pudiera rayar la superficie.
Después se recomienda enjabonar con un guante de microfibra aplicando muy poca presión o bien cubrir el auto con espuma a través de una boquilla especial de las lavadoras a presión.
Para el secado y remoción de los remanentes de cera, se recomienda usar un trapo o guante distinto al que se usó para aplicar.