Han pasado no pocos años desde que los fabricantes automotrices de todo el mundo comenzaron a presentar al mundo su visión de lo que será el futuro de la movilidad con vehículos que tienen la capacidad de conducirse por sí mismos, dejando libres a todos los pasajeros para realizar otras actividades mientras viajan a sus destinos, sin embargo, parece ser que el público no está tan encantado con la tecnología de conducción autónoma.
Es un hecho irrefutable que con la tecnología actual es completamente imposible alcanzar niveles de conducción autónoma de nivel 5 o siquiera de nivel 4, en tanto que para el nivel 3 de autonomía no existen lineamientos claros en ninguna parte del mundo, por lo que aún estamos lejos de llegar a ese punto de la movilidad en las grandes ciudades.
Por si esto fuera poco, el público no se ha mostrado realmente entusiasmado con la llegada de los vehículos autónomos a las calles, pues no quieren que una computadora les quite esa sensación de libertad que entrega el conducir por una autopista hacia la playa y por el contrario querrían que las marcas inviertan sus recursos en desarrollar otro tipo de tecnologías.
De acuerdo con una encuesta realizada por “Alix Partners” a 6,700 conductores de todo el mundo, los clientes no solo no están interesados en tecnologías de conducción autónoma, sino que esperan que los fabricantes automotrices inviertan en desarrollar de mejor manera las tecnologías de los sistemas de infoentretenimiento que se tienen actualmente.
Esta noticia no solo llega para dar un duro golpe a las inversiones millonarias que todos los fabricantes han hecho en el desarrollo de nuevos vehículos, sino también a reforzar las declaraciones que un alto mando de Daimler hizo recientemente, donde comentaba que nadie paga la innovación de los autos eléctricos y que las inversiones millonarias pueden no ser realmente rentables para los fabricantes, y al parecer la conducción autónoma seguirá el mismo camino de baja rentabilidad por el momento.
En dichas declaraciones el directivo de Daimler aseveró que la gente no está interesada en pagar más por innovaciones que no llaman poderosamente su atención y que la inversión no tiene un retorno asegurado, que en el caso de los sistemas de automatización de nivel 3 y 4 que se desarrollan actualmente encarece entre un 8 y hasta un 24 por ciento el precio final del vehículo, con clientes en los mayores mercados del mundo no dispuestos a pagar más de un 9 por ciento extra por este tipo de tecnologías.
Todo esto deja con un panorama poco alentador a la conducción autónoma que parece no tendría opciones de brillar, aunque también es cierto que con el paso del tiempo, la popularización de esta tecnología y la reducción en el costo de su producción, se podría conseguir que la gente se interese cada vez más, tal como está sucediendo paulatinamente con los nuevos coches eléctricos que se están lanzando al mercado.
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