Imagina que llegas del trabajo o de la universidad a tu casa, estacionas tu auto y, al cabo de un rato, sales a moverlo y descubres que algunas partes plásticas de la carrocería comenzaron a deformarse e inclusive a derretirse.
Es justamente lo que le sucedió a Elena Goldberg, una joven universitaria de Atlanta, con su Honda Civic 2022, quien regresó a casa, luego de asistir a clases, estacionó su auto en la entrada y poco tiempo después notó que surgieron algunos problemas, primero con la pintura de algunas partes plásticas del exterior del auto, la cual había comenzado a burbujear en ciertas áreas y, posteriormente, a derretirse, incluidos los espejos retrovisores.
Los daños más notables aparecieron en el espejo del lado del conductor, pero también la fascia delantera ya había comenzado a deformarse. Si bien se podría pensar que se trató de un defecto de fabricación, Honda señaló lo contrario. La joven acudió a un concesionario local de la marca y un asesor de servicio le explicó que lo más probable es que el sol se había reflejado en una ventana de la casa y había actuado como una lupa, derritiendo algunas de las superficies de plástico más débiles. Desafortunadamente, Honda señaló que su garantía para autos nuevos no cubre daños ambientales de este tipo.
"Es un hecho establecido desde hace mucho tiempo que la luz solar focalizada puede calentar las superficies y causar daños, dependiendo de la intensidad y el tiempo de exposición. Este tipo de daños no se limitan a los automóviles, ni a Honda en particular. En resumen, en las circunstancias adecuadas, aunque es raro, la luz solar reflejada puede causar daños, y las garantías limitadas de Honda no cubren los daños", indicó la compañía.
Ante la posibilidad de tener que pagar las reparaciones de su bolsillo, la familia de la joven presentó una queja ante la oficina corporativa de Honda, e incluso llevaron su caso ante la televisora local WSB-Atlanta2 para exponer su caso, ya veremos en qué termina este asunto. Por su parte, la Asociación de Fabricantes de Ventanas y Puertas comentó que decenas de millones de ventanas energéticamente eficientes se encuentran en hogares y edificios en este momento y que los problemas de derretimiento relacionados con ellos son extremadamente raros.
No es la primera vez que un fabricante se desentiende de un escenario similar, pues recientemente, al propietario de un Tesla se le dañó la batería de su auto por la lluvia y la marca no se hizo cargo porque había alerta amarilla.
