En un documento presentado al Comité de Negocios del Parlamento de Inglaterra, Honda hace público que no podría pagar un impuesto del 10% extra que afectaría a sus modelos después de que el Reino Unido se separe de la Unión Europea. “Una tarifa del 10% haría a nuestros vehículos menos competitivos e impondrá costos que no podemos absorber”. El documento no especificaba qué pasará si se impone esta tarifa, pero la empresa podría abandonar al Reino Unido.
Esto son malas noticias ya que Honda emplea a 3,400 personas en su planta de Swindon, donde fabrica el Civic y el CR-V. Como es de esperarse, Honda no es el único fabricante de autos que está preocupado por esta situación, Vauxhall también le advirtió al comité que probablemente tendría que almacenar componentes para que su línea de producción no se tenga que detener súbitamente. Ford también apuntó que los cambios que vienen podrían tener “un impacto negativo en el flujo de capital”.
La salida del Reino Unido de la Unión Europea parece no ser la mejor opción a nivel comercial. La industria automotriz es sólo un pequeño ejemplo de las potenciales enormes pérdidas de empleo que mucha gente en la isla sufrirá debido a que las compañías preferirán dejar de fabricar ahí, sin mencionar los aumentos de precios de un sin fin de productos importados que tendrán que pagar aranceles.
De capitalizarse, la salida de Honda del Reino Unido sería una verdadera lástima, pero seguramente no será la única que decida dejar de fabricar sus autos ahí, lo cual podría cambiar el panorama de la industria automotriz en toda Europa, causando efectos secundarios que no sabemos hasta dónde llegarán, pero que seguramente sacudirán a la industria a muchos niveles.
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