Si eres dueño de un Lamborghini clásico que requiera restauración o arreglos, siempre puedes enviarlo al taller certificado de su marca en Bolonia, Italia. Pero no se te ocurra pedirles alguna modificación para tunearlo, porque la respuesta negativa está asegurada de antemano.
La empresa fundada en 1948 por Ferruccio Lamborghini abrió en 2015 su propio centro de conservación y restauración de autos de la marca. Lamborghini Polo Storico centra su trabajo en cuatro pilares principales, que son archivos, certificación, restauración y piezas de recambio originales, como describe en su sitio web.
En The Drive entrevistaron al gerente de servicio de Polo Storico, Giuliano Cassataro, sobre la posibilidad de vender, por ejemplo, unidades del Lamborghini Countach tuneadas al gusto del consumidor, pero la idea quedó fuera de toda discusión.
“Existieron diferentes series del Countach, pero no tenemos permitido cambiar nada del auto. Si nació en tal año, con tal color, en tal configuración y con determinados interiores, debe ser tal y como fue concebido”, declaró el directivo de Polo Storico.
Aunque modificaciones como pantallas de entretenimiento, sensores de reversa, tubos de escape o luces de neón están descartadas en el centro de servicio de Lamborghini, algún dueño tenaz seguramente encontrará quien le haga el trabajito, si está dispuesto a dejar su auto en un taller ajeno a la marca.
Ni tuneados ni réplicas
El taller de Lamborghini tiene piezas originales para cualquiera de sus autos, a donde acuden bólidos de todo el mundo en busca de reparaciones especializadas. En papel, esto permitiría a la marca lanzar réplicas de modelos que ya no están en circulación, pues tiene la capacidad de armar un auto completo si lo quisiera. Pero esta es otra frontera que la italiana tampoco tiene pensado cruzar.
“No queremos cambiar la historia. Con el Revuelto, el Huracán o el Urus, estamos construyendo la herencia del futuro. Pero nuestra herencia es exactamente lo que es. Celebramos al Miura con el Aventador Miura Homage, pero no era una réplica. Eso es lo máximo que podemos hacer”, dijo Cassataro al medio.
Efectivamente, Lamborghini en 2016 ofreció 50 unidades de este vehículo con hizo homenaje al Miura, el primer auto de la marca en montar un motor V12. Aunque tenía ciertos guiños al Miura en sus colores y carrocería, no fue una reedición o réplica del celebrado vehículo, sino uno diferente.
También conocidos como continuation cars, algunas marcas no tienen mucho problema en vender réplicas de sus vehículos más populares, aunque eso sí, con un precio. Conseguir un Aston Martin DB5 Goldfinger, un Ford GT40 o un AC Shelby Cobra es posible, si tienes algunos cuantos millones de dólares que te sobren, pues el precio en el que cotizan algunas de estas réplicas.