Luego de la presentación de un teaser por parte de Lamborghini a principios de mes, muchos pensaban que se trataba del sucesor híbrido del Huracán. Sin embargo, la duda quedó aclarada el día de ayer con la presentación del Lamborghini Terzo Millennio, un estudio de diseño que nos da una idea muy clara de que cómo será el futuro Lamborghini totalmente eléctrico.
Se aprecia simplemente impresionante, como debe ser un estudio de diseño que no llegará a la etapa de producción en serie (se vale llorar), pero que aporta las bases para construir un futuro superderportivo verde de la casa de Sant´Agata Bolognese.
Lamborghini Terzo Millennio denota el ADN de la marca a cada milímetro de su carrocería, muy similar, por cierto, a la del Lamborghini Centenario, aunque con claras líneas más futuristas.
Más allá de su sensacional diseño, Lamborghini Terzo Millennio cuenta con tecnología de punta que fue desarrollada por la propia casa italiana, Dinca Research Lab del Massachusetts Institute of Technology (MIT) y el Mechanosynthesis Group del departamento de ingeniería mecánica.
A decir de la marca, este modelo permitirá explorar el futuro del almacenamiento de energía, los materiales, la propulsión y el diseño. Parte de esa labor conlleva investigar** cómo se pueden fabricar** mejores estructuras de fibra de carbono e incluso ir un paso más allá, encontrando la forma para que estas estructuras “se reparen solas”.
El atractivo diseño del Lamborghini Terzo Millennio está, de acuerdo con las propias palabras de la marca: “totalmente dedicado al perfeccionamiento del flujo de aire”.
Un toro totalmente eléctrico
Este superdeportivo ecológico se impulsa gracias a cuatro motores eléctricos – uno colocado en cada rueda -. No obstante, en lugar de obtener su energía de baterías convencionales, Lamborghini Terzo Millennio usa supercondensadores más ligeros.
La marca italiana confía que en el futuro, este auto sea capaz de entregar grandes cantidades de energía y que incluya un frenado regenerativo de gran capacidad, suficiente para que los supercondensadores continúen alimentando los motores incluso mientras se recargan. Asimismo, desean asegurar que su autonomía no se vea afectada por la cantidad de veces que hay que cargar el coche.
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