Tal y como estaba planeado, el Mazda CX-50 expande su gama con la introducción de una nueva versión híbrida, que combina los valores de conducción y refinamiento propios de Mazda, con la eficiencia de la tecnología híbrida de Toyota. Sí, el CX-50 Hybrid echa mano de su alianza con Toyota para todo el sistema de propulsión.
La tecnología en cuestión es la misma que en Camry o RAV4: un motor de 2.5 litros de ciclo Atkinson con tres propulsores eléctricos, para llegar a un total de 219 hp y 163 lb-pie. Utiliza una transmisión CVT electrónica (eCVT), lleva tracción integral y promete un consumo combinado de 13.4 km/l.
Mazda hace énfasis en que, aunque el sistema híbrido provenga de Toyota, fueron sus propios ingenieros los que le dieron la sazón de su marca. Así, Mazda calibró detalles específicos, como la respuesta del acelerador para mantener la dinámica responsiva que caracteriza al resto de la gama del CX-50. También habla de una conducción refinada y suave.
En lo demás, el Mazda CX-50 Hybrid no es distinto a cualquier otro CX-50, al menos no a simple vista. Los cambio son sumamente sutiles: diseño específico de rines, una fascia ligeramente más baja y, al interior, la opción a tapicería roja que no está disponible en las demás versiones.
Esta versión híbrida del CX-50 deja claro que no era ninguna coincidencia que Mazda construyera su fábrica de Alabama en conjunto con Toyota. Ambas marcas han unido fuerza en diferentes proyectos alrededor del mundo, como el Yaris R con base de Mazda2 Sedán, o el Mazda2 europeo con base de Yaris.
Las ventas del Mazda CX-50 darán inicio en Estados Unidos a finales de año y, al menos en ese mercado, su precio será menor al de las versiones con motor turbo de 2.5 litros (de 33,970 a 40,050 dólares). Todo apunta a que estará llegando a México hacia comienzos de 2025.