Una noticia que ha comenzado a escucharse con insistencia en las últimas horas confirma que los SUV no tienen el mercado garantizado. El Mercedes-Benz Clase G podría desaparecer en el 2023 sin dejar un sustituto directo.
Lo anterior no debería de sorprendernos, dado que esta noticia se dejó escuchar desde meses atrás, cuando las leyes de emisiones contaminantes comenzaron a endurecerse en el viejo continente. Estas cada vez más estrictas normas están acabando con la posibilidad de que la marca de la estrella mantenga en el mercado uno de sus productos más reconocidos y longevos. Y aunque el rumor sobre la finalización de su producción era secreto a voces, fuentes cercanas a Mercedes-Benz parecen confirmarlo.
El Mercedes-Benz Clase G se estrenó en el mundo automotriz en 1979 como uno de los vehículos todoterreno más capaces en todo el mundo y desde entonces ha pasado por cuatro generaciones, la última de ellas estrenada en 2018 con mínimos cambios estéticos, como nos ha acostumbrado siempre la marca, pero mucha tecnología en el interior y profusas modificaciones a nivel motor para cumplir con las normativas vigentes.
A pesar de estas adiciones tecnológicas, el modelo ha avanzado muy poco desde 1990, pues incluso conserva el código de producción de aquellos años, W463, con un chasis compuesto por travesaños y largueros que han estado ahí desde su debut hace más de 40 años, aunque con mejoras para reducir el peso final del vehículo en 170 kilogramos.
Aún con esta innovación, el Mercedes-Benz Clase G no ha podido adaptarse correctamente a los tiempos modernos y es por esta misma razón que la firma alemana ya tiene planes para sacarlo de catálogo y según lo que ha trascendido ni siquiera alcanzará a cumplir un ciclo de vida comercial tradicional, de siete años, pues esta cuarta generación podría estar destinada a desaparecer en 2023. De acuerdo con fuentes cercanas a la marca, el vehículo no ha logrado cumplir con las emisiones de CO2 europeas y no están interesados en proveer este vehículo con un nuevo motor.
Por si fuera poco, los informes oficiales indican que el fabricante europeo no estaría interesado en llenar el hueco dejado por este modelo, al menos no con un modelo de combustión interna, aunque al final de cuentas, ese espacio podría ser ocupado por el Mercedes-Benz EQC, un vehículo que ya está en desarrollo.
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