Uno de los mayores desafíos de cualquier gran ciudad es mover diariamente a millones de personas. El transporte público casi siempre es de las opciones más accesibles y eficaces, por lo que muchas ciudades le han destinado un carril exclusivo a los autobuses. ¿El problema? Hay automovilistas que lo invaden, entorpeciendo el flujo de circulación con tal de ahorrarse uno o dos minutos. La solución que Ciudad de México ha probado por años llega por fin a Nueva York: usar a los propios autobuses para multar a esos conductores.
Los 623 autobuses que recorren cinco distritos de Nueva York utilizarán una tecnología similar a la del metrobús de Ciudad de México. A través de las cámaras instaladas en cada unidad, el sistema detectará la placa del auto que invada el carril confinado, lo enviará a la policía y la autoridad correspondiente emitirá la multa correspondiente.
Sorpresivamente, la multa por invadir el carril exclusivo para autobuses en Nueva York es más barata que en Ciudad de México. En la Gran Manzana es de 50 a 250 dólares (968 a 4,843 pesos), mientras que en la capital de nuestro país va de 4,342 a 6,514 pesos, además de seis puntos en la licencia de conducir o uno de la matrícula vehicular.
La razón detrás del carril exclusivo
Los datos que ha obtenido Nueva York con este sistema de multas ponen en evidencia la importancia de mantener despejado el carril exclusivo para transporte público. De acuerdo con la Autoridad Metropolitana del Transporte (MTA) de la ciudad, el servicio de autobuses se vuelve más fluido, permitiendo ganar hasta 10 minutos en un trayecto de 40 minutos. También ha reducido las emisiones de gases contaminantes y la tasa de accidentes, a la vez que mejora la puntualidad y la frecuencia, lo que a su vez incentiva, cuando es posible, a dejar en auto en casa para optar por transporte público. En Nueva York a aumentado un 12% comparado con 2021.
La posibilidad de una multa ha logrado disuadir la invasión del carril confinado por parte de los automovilistas. Al menos en Nueva York, sólo un 9% de los conductores reinciden. En Ciudad de México, además de cámaras en autobuses, la Secretaría de Seguridad Ciudadana se apoya en radares móviles, arcos de infracción y operativos en puntos estratégicos.
Fotografía | Gobierno de la Ciudad de México | Mikkel Bendix