Ahora sí no queda ninguna duda de que el futuro de Volkswagen es completamente electrificado. Hace algunas horas, el último vehículo con motor de combustión interna salió de la línea de producción de la planta Volkswagen de Zwickau.
Antes de que entres en pánico es conveniente recordar que esta decisión obedece a que, desde finales del año pasado, esta factoría alemana se convirtió en la sede central de la producción de los nuevos modelos eléctricos de Volkswagen, desde donde saldrán los ID.3 e ID.4.
De hecho, aunque el Volkswagen ID.3 comenzó a producirse desde noviembre de 2019, las líneas de ensamblaje se estaban compartiendo con el Golf Variant, impulsado por motor de combustión. Pero a partir de hoy, esa tecnología quedará en el pasado, por lo menos en la factoría de Zwickau.
Hace un par de días emergió de las líneas de ensamblaje el último auto impulsado por combustibles fósiles: un Volkswagen Golf Variant. De esta forma se cierra un capítulo en la historia de esta fábrica, que desde 1990 y hasta 2020 construyó poco más de seis millones de unidades este modelo familiar.
A partir de ahora y luego de una inversión de 1,200 millones de euros, la planta Volkswagen de Zwickau se dedicará exclusivamente a la manufactura de coches eléctricos, entre ellos los Volkswagen ID.3 y ID.4, así como el Audi Q4 e-Tron y el SEAT el-Born.
La idea del gigante de Wolfsburg es que luego de la inyección de capital, estas instalaciones pueden aumentar su producción diaria de 1,350 a 1,500 unidades a partir de 2021.
De igual forma, parte de esta estrategia contempla producir al menos seis modelos basados en la plataforma MEB, exclusiva para modelos electrificados.
De hecho, no solo Zwickau se dedicará a la producción de modelos eléctricos, también las plantas de Emde, Hannover y Dresde harán lo propio en el transcurso de los próximos meses. Incluso se habla de que la planta de Chatanooga, en Estados Unidos, sufrirá modificaciones para poder fabricar, al menos, dos coches eléctricos que llegarán al mercado en el futuro.
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