Cuando escuchas el termino coche híbrido lo primero que seguramente viene a tu mente es un Toyota Prius y es difícil quitarnos esa idea porque Toyota fue quien comenzó a producir los híbridos a gran escala y quien los popularizó tanto. A pesar de todo ese éxito, ellos no fueron quienes inventaron el coche eléctrico, pues ya existían las ideas y algunos prototipos desde finales de la década de 1890. Hoy conoceremos un poco más de aquellos tiempos y el híbrido que pudo cambiar la historia.
Porsche fue fundada en 1931, pero su creador ya era un genio mecánico desde décadas atrás
En nuestros días Porsche es un sinónimo de autos deportivos de la más alta calidad y una historia digna de recordarse por siempre. Aunque antes de llegar a la creación de dicha marca, su fundador Ferdinand Porsche tuvo un pasaje por muchas otras marcas incluyendo Auto Union (parte de Audi) y Austro-Daimler Pero, en quien nos enfocaremos hoy es en Lohner, una marca austriaca que a finales del siglo XIX e inicios del XX (entre 1890 y los primeros años de 1900) fabricaba vehículos en Viena.
Jacob Lohner, un industrialista de aquella época se fijó en el trabajo y facilidad para inventar elementos o dispositivos que usaban electricidad de Ferdinand Porsche, cuando él tan solo rondaba entre los 20 de edad. Por ello decidió llevarlo a trabajar a su compañía para que le ayudará a desarrollar mejores vehículos eléctricos.
Sí, mencioné vehículos eléctricos a finales del siglo 19 y es que si bien son el tema de nuestros días, en aquella época había una gran carrera en toda Europa y Estados Unidos para desarrollar vehículos, había quienes seguían firmes con la propulsión por vapor, mientras que otros apostaban por la gasolina y otros derivados del petróleo, aunque algunos arriesgaban más al enfocarse en la electricidad.
El primer híbrido en concepto, aunque más bien un eléctrico de rango extendido en función
El primer diseño que de cierta forma combinó el uso de motores de combustión interna a gasolina con baterías y motores eléctricos fue justamente el Lohner Porsche Semper Vivus (Siempre Vivo), al hacer referencia que podía usar el poder eléctrico por su cuenta o bien una combinación de electricidad y motor a combustión para funcionar.
En teoría y a grandes rasgos era un híbrido por esa combinación, pero su funcionamiento era mas como el de un eléctrico de rango extendido, es decir, usaba como fuente principal de movimiento el poder eléctrico, mientras que los dos motores a combustión que equipaba se usaban para mover un generador que a su vez cargaba las baterías de ácido de plomo y que movían a los motores eléctricos que se situaban directamente en las ruedas.
Aproximadamente cada motor eléctrico producía unos 2.5 hp y su velocidad máxima era tan sólo de 37 km/h que para una época donde casi todos los caminos eran de tierra y lodo, no está nada mal. Con este sistema apoyado por motores a combustión, Porsche había tratado de solucionar el problema del rango.
Algunos historiadores acreditan al Lohner Porsche Semper Vivus como el primer automóvil en usar tracción en las cuatro ruedas.
Ese primer modelo logró vender varias unidades, sin embargo, Porsche no se quedó ahí, desarrolló también modelos con cuatro motores, uno por rueda, y también fue modificando el vehículo para encontrar más desempeño y facilidad de uso. Todo ello derivó en el Lohner Porsche Mixte un par de años más adelante, que quitaba el motor a combustión del centro del auto y lo colocaba en la parte trasera, además añadía cofre y salpicaderas para, entre otros elementos que alejaban tanto el humo del motor a combustión, como el lodo que las ruedas pudieran lanzar a la cabina.
A pesar de esas mejoras dicho autos aún eran más como carrozas motorizadas, no había suspensión propia, la dirección era muy firme, los frenos no se asemejaban a lo que vemos hoy y el peso respecto a la potencia y capacidades era enorme, algunos documentos apuntaban a que podía pesar entre 1.4 y 2 toneladas que en suelos llenos de lodo con llantas sumamente delgadas, no eran la mejor solución.
El éxito de estos autos, puso a Ferdinand en la mira de varios emprendedores y empresarios, con los que logró entrar a Daimler y Auto Union, marcas con las que llegó desarrollar varios autos deportivos que tuvieron éxito en las primeras etapas de los Grandes Premios europeos.
Como sabemos la industria terminó por volcarse al uso de derivados de petróleo debido a los problemas de peso, tamaño y rango que tenían los sistemas eléctricos, por lo que esos avances tuvieron que esperar más de un siglo para que volvieran a cobrar relevancia y encontrar maneras más eficientes y baratas de llevarlos a más clientes.
