Sí, sabemos perfectamente que hay millones de seguidores de los SUV y también estamos conscientes de que hay millones de detractores de estos vehículos que paso a paso están acabando con algunos segmentos del mercado, como los sedanes. Lo que sí es un hecho es que estos vehículos están convirtiéndose en la tabla de salvamento para algunas marcas, mientras que para otras significan un aumento considerable de ingresos, como en el caso de Cullinan para Rolls-Royce.
Cuando hablamos de marcas de súper lujo como Rolls-Royce hay aspectos de la industria automotriz que no son tan importantes para ellos como lo serían para otros fabricantes, tales como el volumen de ventas, que suele ser sumamente reducido y limitado debido al alto precio que se paga por estas máquinas, aunque eso no evita que haya grandes festejos cuando se consiguen nuevas marcas en estos rubros.
El pasado 2019 fue un año sumamente complicado para la industria automotriz en general, que vio cómo sus ventas caían rápidamente en una espiral sin fondo que ya lleva casi 30 meses, y aunque muchos fabricantes sufrieron estos estragos, Rolls-Royce cerró el 2019 como su mejor año en ventas en más de un siglo de historia.
Con 5,152 modelos colocados alrededor del mundo, Rolls-Royce puede decir que tuvo un año redondo y fructífero en este 2019 pues en sus 116 años de historia nunca había logrado vender tantos vehículos, superando por amplio margen los 4,107 automóviles vendidos en 2018 que eran su anterior marca.
El aumento fue generalizado en todos los mercados donde se encuentra Rolls-Royce y parte de este gran éxito es gracias a la llegada del nuevo Rolls-Royce Cullinan, el SUV del fabricante británico que ha tenido una gran aceptación alrededor del mundo y con el lanzamiento de su edición limitada Black Badge, los números crecieron rápidamente.
Con la consolidación de este SUV en la gama del fabricante uniéndose a los ya conocidos modelos Ghost (que desaparecerá momentáneamente de la gama), Dawn y Wraith, acompañados por el buque insignia para la marca, el Phantom, los británicos han obtenido un crecimiento exponencial en las ventas y todos sus vehículos crecieron números en 2019.
Además de la llegada del nuevo SUV, el fabricante atribuye este crecimiento de sus ventas a la reciente inversión que han realizado en su fábrica de Goodwood, donde se añadieron mejoras en las instalaciones para los procesos de equipamiento y fabricación, así como un nuevo espacio de más de 1,000 metros cuadrados que culminará su construcción durante este primer trimestre de 2020, dejando lista la planta para continuar con los buenos número de la marca.
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