¿Se necesita ser de marca premium para competir con modelos premium? 7 casos demuestran que no siempre
El lanzamiento del Mazda CX-60 revivió el debate sobre si una marca de volumen puede o no competir contra una premium. Lo que plantean los japoneses con su CX-60 parece tener toda la intención de ir tras BMW: plataforma de tracción trasera, motor longitudinal y alternativas electrificadas. ¿Es justa la comparación?
Preguntémonos rápidamente qué hace premium a un auto, además del logo. ¿El motor? Quizá, pero un Duster lleva motor de Mercedes. ¿El equipamiento? Un forte puede tener más que autos el doble de costosos. ¿La plataforma? Un Caddy comparte entrañas con algunos Audi. ¿Los acabados? La cabina del Civic es maravillosa. Pero ninguno de ellos es premium.
Acotar la definición de auto premium es complejo por la cantidad de factores y variables a tener en cuenta. Quizá la norma más general sea un auto con un muy buen nivel de manejo, motores de alto nivel, mucho equipamiento (y bien presentado), interiores atentos al detalle y un diseño distinguido. La pregunta entonces es: ¿importa la marca o importa el producto? Reunimos siete casos en los que el logo pasa a segundo plano. Autos premium "sin pedigree".
Volkswagen Phaeton
El Phaeton es una de las más grandes pruebas de que para ser premium no hace falta un logo. Este auto fue desarrollado por orden directa de Ferdinand Piëch, quien era director de Grupo Volkswagen en aquel momento. Su instrucción fue clara: crear un sedán igual o mejor que los modelos premium de más alta gama de Audi, BMW o Mercedes-Benz. De hecho, cuenta la leyenda que el Phaeton fue la respuesta de Volkswagen hacia el lanzamiento del primer Clase A; si Mercedes entraba al terreno de los autos accesibles (dominado por Volkswagen), entonces Volkswagen le picaría el orgullo con un sedán al nivel de su Clase S.
El Phaeton llegó a equipar motores de hasta 12 cilindros y tecnologías poco usuales para la época, como una pantalla a color, reproductor de DVD, monitor de punto ciego, control de velocidad crucero por radar y hasta conexión telefónica a bordo. Su plataforma fue compartida con modelos de la talla del Bentley Continental GT.
Toyota Supra
Deportivo no es sinónimo de premium, pero el Toyota Supra encaja perfectamente con el concepto porque es, en esencia, un BMW. Este auto fue desarrollado en conjunto con la firma alemana, al grado que el chasís, el motor, el infotenimiento y hasta la fábrica donde se produce son compartidos con el Z4. Cada modelo pasó por el departamento de ingeniería de sus propias marcas, pero los componentes son los mismos.
Jeep Grand Wagoneer
Hace tiempo que Jeep dejó de hablar solamente de todoterrenos. El Grand Wagoneer fue desarrollado explícitamente para competir contra modelos premium de alta gama, con interiores de primer nivel, la opción a una pantalla frente al copiloto, asientos tipo capitán, sistema de sonido de 23 bocinas, suspensión neumática, climatización de cuatro zonas independientes y motores de hasta 471 hp. Es un SUV premium en toda la extensión de la palabra... incluido el precio: 2.3 millones de pesos.
Peugeot 3008
Peugeot no es una marca premium. De otro modo no podríamos explicarnos la presencia de modelos como 301 o Rifter en su gama, pero eso no le impide que algunos de sus productos en particular puedan resultar en una alternativa interesante frente a competidores premium. Tal es el caso del Peugeot 3008, que reúne un interior bastante refinado, una conducción ágil, motores de buen nivel y un equipamiento que cumple hasta con ciertas excentricidades, como aire acondicionado con aroma. Es una alternativa interesante a BMW X1 o Audi Q3.
KIA Stinger
Hoy quizá los años lo han alejado de sus "rivales" premium, pero al momento de su lanzamiento, el KIA Stinger suponía una alternativa razonable a lado de un BMW Serie 4 Gran Coupé o un Audi A5 Sportback. El nivel de equipamiento, los acabados interiores y, sobre todo, el desempeño dinámico, lo volvían un auto que, sin ser premium, se podía defender ante competidores "con pedigree". Además, como dato curioso, su diseñador es el mismo que el del Audi TT, y su responsable de ingeniería antes fue director de desarrollo en BMW M.
Volkswagen Touareg
Faros matrix LED, pantalla de 15", dirección en las cuatro ruedas, suspensión neumática, diez modos de manejo, sistema de estabilización con barras antivuelco controladas electromecánicamente, cámara de visión nocturna y una variante de alto desempeño con hasta 455 hp. El Touareg podrá tener el mismo logo que un Vento, pero también la misma plataforma que un Lamborghini Urus y motivos de sobra para considerarlo alternativa premium.
CUPRA Formentor
Cuando CUPRA dejó el nido de SEAT, no sólo fue en busca de independencia para crear sus propios modelos, sino también para ganar un punto de exclusividad. No alcanza a ser una firma premium como tal, pero modelos como Formentor encajan con el concepto por su diseño tan llamativo, la opción a una pintura mate, motores de hasta 390 hp e interiores bastante refinados. Puede ser una alternativa muy interesante a un BMW X2 o un Audi Q3.