Los Toyota se venden como pan caliente, mientras a los Stellantis se les va juntando el polvo: estos son los autos nuevos más fáciles y difíciles de vender, según un estudio

Si la relación entre oferta y demanda se desequilibra, inevitablemente habrá problemas de disponibilidad o de exceso de inventario, según sea el caso. Así funciona el mercado. En el mundo de los autos hay modelos más difíciles de vender que otros, y un estudio señala cuáles son hoy los autos que apenas pisan el concesionario y cuáles se quedan guardados en bodega mucho tiempo.

Car Edge analizó las ventas y el inventario de los autos disponibles actualmente en Estados Unidos. La mitad de los 10 modelos que más trabajo cuesta vender son de Stellantis, y el primero es el Hornet, un SUV derivado del Alfa Romeo Tonale del que hay 14,596 unidades sin dueño. Al ritmo al que se está vendiendo, tardaría más de un año en agotar inventario. 428 días, en concreto. Mismo caso con el Jeep Grand Wagoneer.

La mayoría de los modelos en esta lista tienen por delante un inventario que cubriría sus ventas por alrededor de un año. En ella se encuentran Mercedes-Benz EQB, Maserati Levante, Lincoln Aviator, Land Rover Discovery Sport, Maserati Grecale, MINI Cooper de cuarto puertas, Jeep Grand Wagoneer L y Acura ZDX.

En el polo opuesto, Car Edge también mostró cuáles son los autos que se venden con mayor rapidez. El ganador indiscutible es Toyota, con la mitad de las posiciones en el top 10 —seis si consideramos a Lexus—. El líder es el Highlander, que agotaría su inventario completo en cuestión de 23 días. Le siguen Toyota RAV4, Toyota Camry, Honda Civic, Alfa Romeo Stelvio, Toyota Corolla Cross, Toyota Corolla, Lexus RX Hybrid, Porsche 911 y Chevrolet Traverse.

Que un auto sea fácil de vender por el concesionario no está totalmente relacionado con que sea uno de los modelos más vendidos del mercado. Lo que señala este estudio, en realidad, es la efectividad de las marcas al calcular la producción de sus modelos, en relación con la demanda. Por ejemplo, Alfa Romeo sabe que el volumen de ventas del Stelvio no es alto, por eso tampoco satura bodegas con ellos. Mismo caso con el Porsche 911.