El Volkswagen T-Cross nace como un B-SUV global de sangre millennial
Las marcas de autos no se hacen de oídos sordos cuando sus clientes piden más y más camionetas. La euforia por el SUV ha obligado a los fabricantes a expandir su gama con modelos inéditos. En Volkswagen, por ejemplo, la moda del SUV ha dejado su huella con el estreno del Teramont, del T-Roc y del Tiguan Allspace —entre otros. La base de toda esa pirámide de modelos la constituye el nuevo Volkswagen T-Cross.
El SUV más pequeño de la marca irrumpe en la categoría de los subcompactos dispuesto a plantar cara ante más de una docena de rivales para convencer a los consumidores más jóvenes de todo el mundo. De hecho, al ser un producto global, su lanzamiento se realizó en simultáneo en Ámsterdam, Sao Paulo y Shanghái.
Un SUV para millennials
Si quedan dudas del cliente al que Volkswagen tiene en la mira, echa un vistazo a los colores. Con tonos vibrantes y llamativos, el T-Cross va a la conquista de los millennials. Su propuesta de diseño rompe el molde de los modelos más tradicionales de la marca, sobre todo en la parte trasera, donde se dibuja una llamativa iluminación de LED en forma de C con calaveras anchas, cuadradas y que van por todo lo largo del portón de la cajuela.
Sus dimensiones son similares al SEAT Arona, con el que además comparte la plataforma MQB A0.
Con sólo 4.11 metros de largo, el Volkswagen T-Cross tuvo que recurrir a los viejos trucos de diseño para hacerse notar como un SUV y no simplemente un hatchback elevado. El frente es alto, la parrilla es grande y hay piezas de plástico sin pintar en salpicaderas —con pasos de ruedas anchos— y parachoques, así como protectores de bajos, rieles portaequipaje y una cintura musculosa bien marcada a la altura del poste C.
Un punto crítico fue el espacio interior. Los consumidores jóvenes no quieren vehículos grandes, pero sí amplios. Volkswagen se enfrentó al reto de aprovechar al máximo cada rincón del habitáculo del T-Cross sin extender demasiado la carrocería, que es sólo 5.4 cm más larga que la de un Polo. Por eso los asientos traseros se pueden recorrer hasta 14 cm, para incrementar el espacio en la segunda fila o el volumen de la cajuela —de 385 a 455 litros—, según se necesite.
El T-Cross fabricado en Brasil será 88 mm más largo que el europeo.
Cabe mencionar que el T-Cross latinoamericano será ligeramente más largo que el europeo, 88 mm en concreto, para aumentar el espacio para pasajeros, aunque curiosamente su volumen de carga será menor: entre 373 y 420 litros, según la posición de la banca trasera. La marca asegura que los 2,651 mm de distancia entre ejes son referentes en su categoría.
Mucha tecnología es equipo de serie
Volkswagen utiliza estas tres palabras al hablar de las características principales del nuevo T-Cross. Si estás familiarizado con el nuevo Polo, encontrarás que la cabina es prácticamente la misma, aunque algunos acabados son exclusivos del T-Cross, como la pieza brillante con trama de triángulos que recorre el tablero de esquina a esquina e incluso invade parte de los paneles de las puertas.
En términos de diseño, quizá lo más interesante es el nuevo volante. Luego de todos estos años, Volkswagen por fin nos plantea algo más llamativo y acorde con su nueva corriente estética, de ángulos bien definidos y líneas rectas.
Desde la versión base incluye freno autónomo de emergencia, asistente de mantenimiento de carril y monitor de punto ciego.
Entre los juguetes tecnológicos que podemos encontrar a lo largo del habitáculo, sobresale el cuadro de instrumentos digital, el sistema de infotenimiento con pantalla de 8 pulgadas y el sistema de sonido Beats. Según versiones, también puede llevar faros de LED, llave inteligente, asientos delanteros calefactables, cargador inalámbrico para smartphone y climatizador automático de doble zona. Curiosamente, no hay quemacocos ni techo panorámico entre las opciones.
Al menos para Europa, la carga tecnológica en materia de seguridad es de primer nivel. De serie, todas las versiones del Volkswagen T-Cross incluyen alerta de colisión frontal con freno autónomo de emergencia, detección de peatones, asistente de mantenimiento de carril y monitoreo de punto ciego. De manera opcional se pueden sumar control de velocidad crucero adaptativo, asistente de estacionamiento automático y alerta de atención del conductor.
Motores de 95 a 150 hp
Tanto para América, como para Europa, toda la oferta mecánica del Volkswagen T-Cross está compuesta por motores turbo. En el Viejo Continente se puede solicitar con el motor TSI de tres cilindros y 1.0 litro con dos salidas de potencia, 95 o 110 hp, según versiones. El tope de gama puede montar el nuevo motor TSI Evo de 1.5 litros de 150 hp. En todos los casos hay opción a transmisión automática de doble embrague o manual de seis velocidades. Existe una cuarta variante con motor TDI de 1.6 litros de 95 hp.
El T-Cross fabricado en Brasil también podrá llevar el motor turbo de 1.0 litro, puesto a punto para generar 125 hp. Habrá una variante más potente que adoptará el motor TSI de 1.4 litros de 150 hp que encontramos actualmente en Golf, Jetta, León o Ateca.
El Volkswagen T-Cross estará a la venta en 2019
La producción del Volkswagen T-Cross se llevará a cabo en distintos puntos del planeta. Para abastecer al mercado europeo, compartirá la fábrica del Polo en Navarra, España; para Latinoamérica, la producción quedará a cargo de Brasil, donde también se fabrican Polo y Virtus. Adicionalmente, una fábrica en China se hará cargo de su demanda en Asia.
El T-Cross podrá apartarse en Europa desde principios de diciembre, aunque las primeras entregas tendrán lugar hasta abril de 2019. La filial brasileña se encargará de nuestra región, sin embargo, no se ha confirmado su fecha de lanzamiento ni disponibilidad para México. Considerando el éxito de Kicks, Trax, Duster y demás B-SUV, Volkswagen no debería dejar pasar la oportunidad de vender el T-Cross en nuestro país, sin embargo, la demora en el lanzamiento de Polo y Virtus en nuestro mercado abre paso a las dudas sobre la llegada de T-Cross a México.