En México lidiamos con muchos problemas de corrupción, pero basta con voltear un poco la mirada para (tristemente) darnos cuenta que no estamos "tan peor" y que en muchos otros lados del mundo, la gente sufre de este cáncer mucho peor que en nuestro querido país.
Como ejemplo basta mencionar al vicepresidente de Guinea Ecuatorial e hijo del dictador y presidente, Teodoro Nguema Obiang Mangue. Esta semana al pequeño Teddy le fueron incautados en Suiza tres hiperautos, un Lamborghini Veneno Roadster, un Koenigsegg One:1, y un Bugatti Veyron. Estimando el valor de los autos es cercano a los 8 millones de dólares. El One:1 es uno de siete que existen en el mundo, mientras que el Veneno es el chasis #111 y es uno de nueve existentes.
Como para reírse (o llorar), les recuerdo que en 2011 a Mangue mismo le incautaron en Paris un Ferrari Enzo, un Maserati MC12, un Porsche Carrera GT, un 599 GTO y dos Bugatti Veyron. Esto logró que Teddy desapareciera por un tiempo, solo para regresar con más autos pero esta vez a Suiza.
Las autoridades francesas culpan a Mangue de utilizar recursos públicos para financiar su exótico estilo de vida (el cual presume sin broncas en su cuenta de instagram), y están trabajando en conjunto con autoridades suizas pero no han dado declaración pública sobre los hechos acontecidos ni las razones.
El padre de Mangue, Teodoro Obiang Nguema Mbasogo se volvió presidente de Guinea Ecuatorial en 1979 al tomar el poder por fuerza. La dictadura con la que gobernó se volvió todavía más fuerte cuando se descubrieron yacimientos de petróleo en 1995. Los recursos generados por esto claramente se han usado para enriquecer algunos pocos, entre ellos la familia Nguema Obiang.
En el país la tasa de mortandad en niños es muy elevada, el acceso a agua potable es casi inexistente, mientras que los derechos civiles y humanos han sido calificados como los "peores de los peores".
