Coches rápidos ya hay muchos; los verdaderamente ágiles se cuentan con los dedos. Un auto con tal fama de divertido no podía quedarse fuera del garaje de pruebas de Motorpasión México. Por eso dedicamos una semana de nuestras vidas a ponerle las manos encima a la nueva generación del MINI Cooper S: Misma historia, diferente escritor.
Cuesta trabajo creer que del MINI Cooper del nuevo milenio ya se han comercializado dos generaciones antes que ésta. Lo mágico de los diseños retro es que si el concepto es sólido, los años prácticamente pasan de largo en la estética del auto. Podemos mirar un MINI Cooper 2001 estacionado junto a nuestra flamante unidad de pruebas y encontrarnos que las líneas no cambian; sólo evolucionan.
Las buenas ideas nunca mueren
Cuentan los rumores que el MINI Cooper original vio la luz gracias a un profesor de ingeniería, quien lo desarrolló simplemente por tratarse de una apuesta. Sea cierto o no, el MINI Cooper de los años 60 fue la solución a la crisis petrolera que afectó al Reino Unido; representaba un auto económico, versátil y ahorrador. Su éxito fue tal, que pronto llegaron variantes deportivas.
El concepto de MINI pasó de mano en mano hasta terminar como propiedad de BMW, quien aprovechó su vínculo con Rover (entonces propietarios del registro de diseño de MINI) para dar vida a la nueva era del modelo que todos conocemos, con aires retro, pero lejos del concepto de auto para el pueblo.
La nueva —y tercera— generación del MINI estrena ciertos detalles que, sin modificar las líneas maestras, le dan un soplo de aire fresco al pequeño hatchback angloalemán, tales como el completo sistema de iluminación con tecnología LED y unas calaveras que crecen en dimensiones junto con la carrocería, que ahora mide 3,860 mm de largo.
Todo con estilo
Admítelo, si has pensado comprar un MINI no es porque sea el coche más espacioso ni el más cómodo para andar por una ciudad con calles tan maltratadas como las nuestras; lo haces por dos razones: la diversión al volante (de lo que hablaremos luego) y porque todo el auto está lleno de estilo. Sí, hasta en el botón de encendido.
Lo primero que capta nuestra atención al colocarnos sobre el asiento del conductor es la posición de manejo. El volante queda más bajo de lo que acostumbramos, cual go-kart; los asientos, la visibilidad a través de los espejos y la vista del cofre desde la cabina crean la sensación de estar conduciendo un coche de caricatura, como si fuéramos Mr. Bean, pero un poco menos cómicos.
Lo siguiente que salta a la vista es el diseño del habitáculo. Como decíamos, el MINI no sabe hacer las cosas si no es con estilo; de ahí la filosofía retro de algunos mandos en la zona baja del tablero. El cuidado a los detalles continúa con el volante heredado de la familia John Cooper Works, los asientos deportivos y una interesante selección de materiales que desquitan el precio del vehículo. Lo que creemos que puede mejorar son los ensambles, que sin ser malos, producen leves ruidos al circular por calles maltratadas; el quemacocos, cuando se encuentra abierto, genera una fuerte vibración —como si el cristal pegara con la carrocería— cuando el pavimento es irregular. De ahí en fuera, sin quejas.
Todos queremos un amigo
Tal y como comentaba Maru Escobedo, Directora de MINI en México, el MINI Cooper es como un amigo... y todos queremos tener amigos. A diferencia de otros coches igual de equipados, el MINI Cooper S crea una relación más directa con su propietario al ofrecer un sistema de entretenimiento que va más allá de presentar la información necesaria y facilitar la integración con el smartphone.
El sistema MINI Connect, que resulta bastante sencillo de usar, tiene una interfaz donde el protagonista es el coche. Si accedemos a la completas funciones de la computadora de viaje, los gráficos muestran al MINI contento, cansado, con lentes de sol o con una pecera. Vale, al final del día es lo mismo marcar "Autonomía Baja" con un MINI cansado que con un signo de admiración, pero se agradece una interfaz tan amigable.
Muchas funciones pueden ser controladas a través de comandos de voz. La perilla que controla el sistema cuenta con un touchpad donde, literalmente, uno escribe con el dedo la letra de lo que buscamos, sin necesidad de mover la perilla. Así, introducir una dirección o encontrar un contacto no es mayor problema. La información del sistema de audio, navegación o teléfono, además, es desplegada en el head-up-display.
El resto del equipamiento se resume en un equipo de sonido Harman/Kardon, pantalla de 8.8 pulgadas, equipo eléctrico, 6 bolsas de aire, ABS, control de estabilidad, climatizador automático de doble zona, conexión Bluetooth, vestiduras en piel, sensor de reversa, asistente de estacionamiento semiautomático (el volante se mueve solo; el conductor sólo controla acelerador y freno), sensor de lluvia e iluminación ambiental. Lo único que echamos de menos fue un retrovisor electro-crómico, en lugar de uno de día/noche.
Continuará... Continúa.
Fotografía | Isabel Muñúzuri | Gerardo García
