Nunca pensé odiar diciembre, pero el tráfico de CDMX me ha convertido en Grinch
Diciembre. Oh, diciembre... esa bonita temporada del año en que Reforma se decora con nochebuenas, Starbucks saca sus vasos rojos y la ciudad entera se decora con lucecitas de colores. Es, además, el momento de reunirse con viejos amigos y pasar una noche de risas, recuerdos y comida. Mucha, muchísima comida. Diciembre... oh, diciembre: te odio.
¿Quién pudo haberle hecho tanto daño a este subnormal? Te preguntarás mientras piensas en lo bonitas que son estas fiestas. La respuesta está en ti, en mí y en el resto de los 4.7 millones de automovilistas que circulamos por Ciudad de México. Si nuestras vialidades ya son un desastre, en diciembre simplemente colapsan.
Entre 390 ciudades, en Ciudad de México es donde más se prolongan los trayectos.
Quienes hemos vivido en primera persona el tráfico de Ciudad de México no necesitamos ningún estudio que nos confirme lo congestionadas que están nuestras avenidas, pero igual existe. TomTom monitorea el tráfico de 390 ciudades y nuestra capital se corona en lo más alto de la lista de atascos: nuestros trayectos duran un 66% más de lo que deberían. ¿Hace falta que explique cómo actúa el factor diciembre o aquí me detengo?
El mes que sólo tiene una noche de paz
De cualquier forma, según TomTom, el día más congestionado del año pasado no fue en diciembre; fue el viernes 18 de noviembre... sí, el de El Buen Fin. Pero eso no quita que durante el último mes del año nos toquen más embotellamientos de los usuales. Es la temporada en que más salimos, que con amigos, que con la familia, que con compañeros de trabajo, que con el pretexto que quieras.
No es que seamos muchos... bueno, sí, pero es que además estamos mal distribuidos: todos en centros comerciales, restaurantes y supermercados.
Si hay alguien con autoridad suficiente para señalar cómo estamos acabando con nuestra salud mental en el tráfico durante diciembre, es Waze. Según un informe publicado por esta aplicación, el tráfico aumenta un 50% respecto a un día normal en las inmediaciones de centros comerciales entre las 11:00 y 13:00 horas; un 35% rumbo a supermercados de 10:00 a 15:00 horas; un 55% cerca de restaurantes entre 9:00 y 13:00 horas e incluso un 46% entre las 11:00 y las 15:00 horas rumbo al aeropuerto.
No hay certeza de que en diciembre haya más autos en la calle. Así como hay gente que en días normales no saldría, hay otros que están de vacaciones, lo que podría equilibrar la balanza. Lo que sí es un hecho, como apuntan nuestros colegas de Excelsior, es que estamos concentrados en los mismos lugares. En palabras de El Canto del Loco, "vamos al mismo sitio todos, aunque luego ni entres". ¿O quién nunca ha hecho fila para entrar al estacionamiento de un centro comercial en diciembre?
En ese mismo informe, Waze nos dice, palabras más, palabras menos, que el 23 y el 24 de diciembre son el mismísimo infiero. Vamos, que si odias a alguien, mándalo a comprar algo entre las 13:00 y las 17:00 o las 17:00 y las 22:00 horas de esos días. Ahora, que si lo que quieres es estrenar tu velocímetro, el 25 de diciembre no hay ni un alma en la calle... aunque esto, por supuesto, no sorprende a nadie.
Diciembre nos está matando de todas las maneras posibles
Hablemos de calidad de vida y de cómo se nos van 227 horas al año en el tráfico. 227 horas que podríamos aprovechar durmiendo, trabajando o simplemente divirtiéndonos. ¿Cuántas veces no hemos cancelado planes simplemente con tal de no meternos a un embotellamiento? El tráfico ha llegado a condicionar nuestra vida social y diciembre, en concreto, también pone en riesgo nuestra salud.
La lista de razones por las que diciembre quiere matarte se inaugura con un incremento del 20% en accidentes de tránsito, en los que el alcohol y el exceso de velocidad tienen mucho que ver.
De lo que nadie se escapa es de los índices de contaminación. De acuerdo con estadísticas de la Dirección de Monitoreo Atomsférico de Ciudad de México, históricamente —entre 1988 y 2016— diciembre es el mes con la peor calidad de aire: se registran los niveles más altos de CO y NO2 de todo el año, con 2.01 y 35.3 ppm, respectivamente. En otras categorías de gases es apenas superada por enero y, en el caso del ozono, por los meses más cálidos del año.
Ante el combo que arrastran las fiestas decembrinas, no queda más remedio que tomar precauciones. Quizá fue precipitado decir que odio diciembre cuando en realidad me fascina despedir el año con amigos y en familia —y comer como si no hubiera mañana—, pero razones para detestarlo, la verdad, no me faltarían. Al final, ante esta situación, lo único que podemos hacer es evitar salir en horas pico, planear compras con anticipación y ser corteses al volante. De nada sirve contagiarnos de histeria... es el mes de repartir felicidad, ¿no?