Manejamos el Audi Q8, un jaque-mate al BMW X6 en su propio juego
No, no es un coupé. El Audi Q8 es producto de la acertada mezcla entre el estilo de un SUV y algunas características específicas de un coupé; no la silueta ni el número de puertas, pero sí su estilo hedonista. La firma de Ingolstadt entra tarde al juego del BMW X6, pero lo hace con una sólida manifestación tecnológica, dinámica y, por supuesto, estética.
Para ponerle las manos encima, Audi nos convocó a una ruta que le hace justicia al empeño que se puso en la puesta a punto del Q8. Las curvas de la sierra que lleva a la Huasteca Potosina fueron testigo de nuestro contacto con los primeros Audi Q8 que llegan a México. ¿Te quedas a saber qué hace tan extraordinario a lo nuevo de la firma alemana?
Un diseño con alta capacidad de seducción
Hay una constante al hablar del diseño del Audi Q8: a casi todos nos gustó. El capricho estético con el que la firma de los cuatro aros inaugura el lenguaje de diseño de los futuros integrantes de la familia Q se plasma en un Q8 que imponente, y mucho, con elementos que ya habíamos visto antes en una infinidad de modelos de Audi, pero ahora interpretados como nunca.
La armonía entre lo pintado al color de la carrocería y las piezas oscuras nos remiten a lo artístico de un prototipo. Esa máscara negra del frente —opcional sin costo— es indudablemente el foco de atención, aunque la inclinación del medallón también contribuye al atractivo del Q8. Su silueta no es tan exagerada como la de un X6 o de un GLE Coupé, pero la inclinación del medallón pinta su raya respecto a lo discreto de un Q7. El trabajo estético se remata con una espectacular iluminación de LED con calaveras en una sola pieza, que recorren todo el portón trasero.
Si en fotos ya se ve como un SUV colosal, en persona lo es todavía más. El cofre es alto y largo, los pasos de rueda son enormes y el tamaño de las luces no buscan disimular en lo absoluto los 4.99 metros de largo que mide el Q8. Curiosamente, es 67 mm más corto que un Q7, pero su distancia entre ejes es 35 mm más larga y sólo tiene dos filas de asientos.
El 'ocho' es sinónimo de tecnología
El número ocho siempre ha significado lo más top de la gama Audi. El Q8 porta su nombre con orgullo a través de una cabina tan conectada y tecnológica como la del A8. En primer lugar vamos a encontrar un cuadro de instrumentos totalmente digital, de uso intuitivo y con gráficos llamativos. En segundo, un display de 10.1 pulgadas que funciona como pantalla principal del sistema de infotenimiento. En tercero, frente a la palanca de velocidades, veremos una pantalla de 8.6 pulgadas destinada a la información del climatizador y a la entrada de texto: con tu dedo puedes dibujar letras para navegar entre contactos o direcciones del navegador.
Otro de los juguetes tecnológicos que destacan en el Q8 es el sistema de iluminación Matrix LED en los faros: se puede circular todo el tiempo con las luces altas encendidas sin deslumbrar a otros conductores, pues apaga selectivamente las luces donde detecta otro auto. A la lista se suma un sistema de sonido Bang & Olufsen con efecto 3D, climatizador automático de cuatro zonas, monitor de punto ciego, servicios de infotenimiento a través de Internet, entre otros.
Quizá hubiera sido interesante que Audi incluyera de serie más asistencias de conducción, como alerta de colisión frontal, freno autónomo de emergencia, asistente de mantenimiento de carril, control de velocidad crucero adaptativo o asistente de estacionamiento automatizado. Curiosamente, el head-up display también es equipamiento opcional.
Un SUV sin miedo a la velocidad
Pocos SUV manifiestan tanta confianza a altas velocidades. El Audi Q8 acelera sin titubear. No es propiamente un R8, claro está, pero su capacidad de ganar velocidad y el nivel de seguridad que trasmite al volante es digno de destacarse. Por ponerte un ejemplo: el chasís se lleva tan bien con velocidades altas y la cabina está tan bien aislada, que en autopista yo creía circular a 110 km/h... hasta que vi los 185 km/h que marcaba el velocímetro. Mi mejor aliado durante este trayecto fue el limitador de velocidad —asociado al control de velocidad crucero— para que esta situación no se repitiera.
El Audi Q8 es un vehículo muy bien logrado desde el punto de vista del confort o del desempeño. Se trate de curvas o rectas, la suspensión absorbe de maravilla las irregularidades del camino. La amortiguación regula su firmeza según el modo de manejo seleccionado; en modo Comfort realmente se preocupa por la tranquilidad de los pasajeros.
Ahora bien, desde la perspectiva del dinamismo, el Q8 resulta igualmente interesante. Es increíble cómo la electrónica puede lograr que un SUV de 2.2 toneladas se mueva con tanta facilidad entre curvas. Las transferencias de peso son diestramente manejadas por la buena puesta a punto de la suspensión, el tacto de la dirección, la tracción integral y —opcional— la dirección en las cuatro ruedas. Y si nos excedemos, el control de estabilidad no sufre para regresar todo a su sitio.
El único motor disponible para México es un V6 TFSI de 340 hp y 368 lb-pie al que, admito, me mostraba un tanto escéptico pensando que debía cargar con más de dos toneladas. Su facilidad para ganar velocidad hizo añicos mis dudas. Prácticamente no hay retraso en la entrega de par y llegar a 100 km/h le toma sólo 6.2 segundos.
La transmisión merece mención honorífica. Antes de revisar la ficha técnica, llegué a pensar que podía tratarse de una caja de doble embrague por la rapidez con la que actuaba. Al recordar la cantidad de par de este motor y ver que en algún momento circulé en octava velocidad, caí en cuenta que se trataba de una "tradicional" Tiptronic, tan eficaz, que se mimetiza con las intenciones del conductor: exprimir el máximo desempeño del vehículo u obtener el mejor rendimiento de combustible —que un motor de estas características pueda ofrecer.
Sobre la línea de eficiencia, el Q8 tiene un as bajo la manga: tecnología mild-hybrid que combina un sistema eléctrico, una batería de 48 V y un alternador que apoyan al motor de combustión e incluso llegan a sustituirlo por un breve periodo, cuando a velocidad crucero no vamos oprimiendo el acelerador, por ejemplo. No es un híbrido en toda la extensión de la palabra, pero el gobierno lo considera así, por lo que goza de benficios fiscales como exención del pago de ISAN y verificación.
Extrovertido, tecnológico y de vocación deportiva
Yo tampoco soy fanático del término "SUV coupé", pero la definición se ha puesto de moda para aquellos SUV de silueta más atractiva y enfoque más lúdico. El Audi Q8 cumple a la perfección con esa descripción: es todo lo que el Q7 no se atreve a ser, un SUV extrovertido y entregado a la pasión, sin descuidar la tecnología ni la practicidad.
La gama del Audi Q8 en México va de 1,399,900 a 1,499,900 pesos antes de cualquier opcional. Su apariencia, el nivel de prestaciones y la carga tecnológica es capaz de sonrojar al X6. La nueva generación del ejemplar de BMW viene en camino para dar batalla desde una renovación total, pero ten por seguro que, aún bajo el talento del nuevo X5, al próximo X6 le va a costar trabajo borrarte del mente al impactante rostro del Q8.
Fotografía | Audi