BMW X3 M40i, a prueba: No es el todoterreno que sueña ser deportivo, es ambos
El BMW X3 estaba ahí, en los pisos de los concesionarios, para quien quisiera una camioneta de BMW, pero poco más. Rompía, incluso, con la propuesta de la marca encaminada hacia la velocidad y quedaba a la sombra de la frescura del X4, que era básicamente lo mismo, pero con motores más potentes y una diseño sensual.
La nueva generación del BMW X3 quiere reivindicarse y se baña con todo lo mejor de la división M. Ha decidido no seguir el paso del segmento: quiere marcarlo con una apabullante propuesta de potencia, equipamiento de última generación y una sofisticada electrónica que lo transforma en un SUV anfibio. No puede nadar (aún), pero se entiende igual de bien con asfalto que sin él.
No es mentira, el X3 M40i se comporta como un auténtico deportivo
Lograr destacar en un segmento donde casi todos acaban de renovarse no es para nada sencillo. Desde fuera, el X3 ha evolucionado sin ir muy lejos de lo que ya conocemos en BMW: estrena una apariencia a imagen y semejanza del Serie 7, pero con una personalidad propia dentro de la familia X. Con el paquete M Sport ahora, además, se viste de deportivo con elementos específicos en fascias, difusor y estribos. Aunque claro, quien siga prefiriendo una imagen más elegante, la versión xDrive30iA X Line está ahí.
Nosotros, en nuestra ruta hacia Guanajuato, tuvimos en nuestras manos al tope de gama: el X3 M40i, que además de una apariencia más atlética, lleva el motor más potente: un seis cilindros en línea de 3.0 litros, reprogramado desde fábrica para ofrecer 360 hp e inyectar emoción a una conducción que, sorprendentemente, puede ser tan ágil como confortable.
Puede ser tan explosivo como su apellido M Sport sugiere o tan apacible como un SUV de lujo.
Y es que si te decimos que el BMW X3 ahora es un SUV anfibio, es porque la suspensión adaptativa M marca una diferencia abismal entre sus modos de conducción. A ritmo de carretera, lo mejor es oprimir el botón Sport y aprovechar el endurecimiento de suspensión y dirección para lograr una conducción más precisa.
No es broma, el X3 se mueve como un auténtico deportivo y se comporta como a muchos sedanes les gustaría. En curvas rápidas, el centro de gravedad alto puede pasar su factura, pero en el 90% de las circunstancias no se maneja como un SUV. El chasís está preparado para lidiar de maravilla con la velocidad y se apoya muchísimo en la joya de la casa, el sistema de tracción integral xDrive, que reconoce inteligente y oportunamente las condiciones de manejo para dosificar la cantidad de poder necesaria en cada llanta para mantener el control y evitar sobre y subviraje. El comportamiento es neutral también, en buena medida, gracias a la distribución de peso perfecta entre cada eje.
¡De locura! Le toma 4.8 segundos alcanzar 100 km/h y los supera con una estabilidad que ya envidian algunos sedanes.
Hablar de prestaciones nos deja fríos: estamos ante un SUV que completa los 100 km/h en 4.8 segundos y lo hace de la mejor manera: con un sensacional sonido de escape, sin que se cuele excesivamente el ruido del viento y la rodadura a la cabina y, lo mejor, con una sensación de control omnipresente. Pero ojo, que el X3 M40i es engañoso, porque en un descuido creeremos ir a 110 km/h, pero el velocímetro nos mirará con ojos de imprudentes al marcar 160 km/h. La velocidad no se siente, así que más vale no ignorar el velocímetro ni las recomendaciones de seguridad.
La transmisión también merece mención honorífica por su versatilidad y respuesta. La electrónica permite reprogramar los cambios según el modo de manejo seleccionado, de manera que en modo Eco se optimiza el rendimiento de combustible y en Sport se adhiere a la zona alta del tacómetro para exprimir lo mejor del motor con cualquier roce del acelerador. Los cambios son rápidos y sutiles. No es de doble embrague, pero está tan bien pulida, que no lo necesita para cumplir con lo que le exijamos.
El X3 M40i es deportivo, pero también muy cómodo
Supongamos que no somos partidarios de la velocidad, pero igual tenemos un X3 M40i en el garaje. En modo Comfort, la suspensión se vuelve notoriamente más suave y la respuesta del motor es menos rabiosa debido a un acelerador ligeramente anestesiado —o menos sensible, como quieras verlo— y una transmisión menos agresiva. Seguiremos teniendo los 360 hp para cuando los necesitemos, pero bajo una conducción mucho más cómoda —aunque aún con una marcha algo firme para el gusto de los más aferrados al confort— donde aprovecharemos lo mejor las amenidades del habitáculo.
Los acabados son exquisitos. La piel Vernasca color café nos tiene fascinados.
Y es justo aquí donde vale la pena abrir un paréntesis para hablar de la exquisita fabricación del habitáculo del nuevo X3. El tablero va recubierto de piel de estupendo tacto y apariencia, además con costuras visibles. Hay también un acabado en aluminio cepillado con terminado en rombos, como los del Serie 5, aunque no vienen como equipo de serie: hay que pagar por ellos a la hora de configurar nuestro vehículo en la agencia.
Las palmas son para la tapicería de los asientos y las puertas: piel Vernasca color café que nos tiene fascinados al tacto, a la vista y hasta al olfato. Contrasta de maravilla con los tonos oscuros del resto del habitáculo.
Puede llevar lo que vimos en Serie 7: conducción semiautónoma e infotenimiento con control por gestos.
Las unidades que tuvimos disponibles llevaban alrededor de 200,000 pesos en puro equipamiento opcional. Nos encantó el tamaño y la resolución de la pantalla de 10 pulgadas, que alberga además una de las interfaces más avanzadas de la industria: con tráfico en tiempo real, sección de noticias, información de puntos de interés vinculado con Wikipedia, clima, correo, navegación web, servicio de concierge y comandos de voz. Cuenta, además, con control por gestos para no tocar la pantalla; únicamente mover la mano frente a ella para, por ejemplo, subir el volumen. Aquí el margen de mejora queda en la compatibilidad con smartphones. Por ahora sólo se integra a Apple CarPlay, pero no a Android Auto. En su defensa, al conectar el teléfono por USB reconoce la interfaz de Spotify.
El resto del equipo se resume en un head-up display muy completo, climatizador automático de triple zona, techo panorámico —bien logrado, pero no exento de crujidos bajo determinadas situaciones—, cuadro de instrumentos digital, Display Key y, como cereza del pastel, la posibilidad de llevar las asistencias estrenadas en los Serie 5 y 7: control de velocidad crucero adaptativo con reconocimiento de carriles —conducción semiautónoma—, alerta de colisión frontal con frenado automático de emergencia y detección de peatones, monitoreo de punto ciego, cámara de visión 360 con visión en 3D, estacionamiento automático, entre otros.
No sólo devora el asfalto, también le encanta el polvo
Aquí hay algo que nos dejó sorprendidos. La prueba de manejo no sólo implicó conducción en autopista, también pudimos probar a detalle sus capacidades todoterreno en zonas off-road de mediana dificultad: subida y bajada de pendientes, vados, terracería y piedras. ¿Off-road en un coche con emblemas M? Te preguntarás. Y lo mismo nos preguntamos. Y sí. La destreza del sistema de tracción integral no sólo le confiere buenos modos sobre el asfalto, también lo saca de apuros cuando sale de él.
El sistema xDrive está tan bien puesto a punto, que no hace falta indicarle que saldremos del asfalto. Solito se adapta.
Cuando detecta que alguna de las llantas está perdiendo tracción, el bloqueo de diferencial interviene y envía poder únicamente a aquellas que puedan moverse. El sistema dosifica la enormísima cantidad de par a la perfección, de manera que podamos salir rápido del atorón. Si es que alguna vez estuvimos atorados. La mejor parte, quizá, es que nosotros no le damos ni una sola instrucción al sistema. No activamos un modo off-road ni oprimimos nada. El sistema xDrive automáticamente entiende lo que está sucediendo.
No es un todoterreno tan radical como un Jeep Wrangler, pero sí puede con más de lo que imaginamos de un vehículo confeccionado para las pistas. Lleva, además, asistente de descenso para que bajemos las pendientes de manera más precisa y segura, haciéndonos cargo únicamente de la dirección.
Cuidado, GLC y Q5, porque el X3 viene fuerte
El BMW X3 inspira a hacer lo que nos apetezca. ¿Quieres llegar a un lago medio oculto en el bosque este fin de semana? Llegas. ¿Quieres ir a buen ritmo en autopista? Puedes. ¿Quieres disfrutar del equipamiento y confort en conducción urbana? Hazlo. El X3 es, quizá, uno de los SUV más polifacéticos del mercado, que va bien con lodo, asfalto, familias, solteros, ciudades, carreteras… todo. El tamaño, además, nos parece correcto y, quizá, el más razonable de toda la gama X de BMW.
La versión que probamos tiene un precio de 1,049,900 pesos, pero la gama arranca en 809,900 pesos con el X3 xDrive30iA. Si no te alcanza, calma, porque en diciembre se sumará una nueva versión de acceso con el motor de cuatro cilindros de 2.0 litros de 184 hp y tracción delantera, lo que deberá reducir de manera importante su etiqueta, incluso quizá a algo cercano a 650,000 pesos.
La competencia no es seniclla. En el panorama encontramos al Audi Q5, al Mercedes-Benz GLC e incluso al Porsche Macan, pero el BMW X3 lo tiene todo a su favor. Dentro de sus excesos, es un SUV equilibradísimo del que deberán cuidarse sus rivales, porque ignorarlo no será nada sencillo.