Probamos el Chevrolet Cruze, esta generación quiere de vuelta su corona

Chevrolet está en plena etapa de renovación, y el Cruze era uno de los modelos a los que más le hacía falta cambiar. La generación pasada estaba bien y cumplía con lo necesario, pero siempre sentimos que le hacía falta algo para sobresalir dentro de un segmento sumamente competido, y esta nueva generación parece tener ese “algo”.

El diseño exterior es completamente nuevo, pero nos sigue recordando al modelo que sustituye, al mismo tiempo que se une al nuevo estilo general de la marca. Digamos que es algo así como un Malibu compacto, pero con detalles que lo hacen único en la gama. Vayamos por partes.

Nueva generación, nueva imagen

El frente ahora cuenta con la nueva parrilla doble, en donde los faros alargados están a la altura de la parte alta de la parrilla. Todo el conjunto frontal se nota más afilado y esto se acentúa gracias a que el perfil del auto es más estilizado. Los pilares A y C tienen un mayor ángulo de caída y la parte trasera se siente algo levantada, haciendo que el nuevo frente se note más agresivo.

El interior, de entrada, se siente más amplio que en la generación anterior. Los asientos son cómodos y la banca trasera ahora está mejor capacitada para llevar a tres adultos. No estamos diciendo que sea lo óptimo, pero irán más cómodos que en el Cruze anterior. Todo el interior se siente mejor logrado en cuanto a espacio, incluyendo las plazas delanteras. La posición de manejo es buena, otorgando buena visibilidad en todas direcciones, y el volante tiene muy buen agarre.

Nuestra unidad de pruebas era la tope de gama, Premier, en la cual la consola central está completamente dominada por la nueva pantalla táctil de 8 pulgadas, desde podemos controlar el sistema de infotenimiento. Como es de esperarse en un auto de esta época, cuenta con Apple CarPlay y Android Auto. El sistema utiliza la interfaz MyLink que ya conocemos, pero aunque fuera algo nuevo, es bastante intuitiva y fácil de entender.

Al ser la versión más equipada, aparte de la pantalla más grande, también cuenta con el sistema de audio Bose con 9 bocinas. El volante tiene todos los botones necesarios para controlar el sistema de audio y la computadora de viaje, por lo que prácticamente no hay motivos para soltarlo.

El tablero muestra relojes de buen tamaño y fácil lectura, y la antes mencionada computadora de viaje nos deja saber todas las medidas pertinentes, desde consumos promedio e inmediato hasta presión de llantas o tiempo restante antes del próximo servicio. El equipamiento en general es bastante completo, ya que a todo lo antes mencionado también se le agregan acceso sin llave, encendido con botón, quemacocos, vestiduras de piel, asientos delanteros calefactables, cámara de reversa y vidrios, espejos y seguros eléctricos.

Hasta ahora todo va bien. Podemos decir que, en general, el Cruze aumentó de tamaño y de aspiraciones, y no... todavía no empezamos con lo mejor, con ese "algo" que le hacía falta.

La mejor parte del Chevrolet Cruze es el motor

La generación pasada del Chevrolet Cruze siempre se sintió un poco lenta cuando equipaba el motor 1.8 litros de 138 caballos. Parecía que los rebases le costaban trabajo y había que optar por la versión con el motor turbo para encontrar un auto con un carácter un poco más alegre y que no le costara tanto trabajo alcanzar la velocidad suficiente para adelantar a otros autos.

Afortunadamente, para esta generación se unificó el motor en todas las versiones y ahora sólo utiliza un 1.4 litros turbo con 153 caballos de fuerza y 177 lb-pie de torque. Lamentablemente —para quienes somos fanáticos de los tres pedales— sólo en la versión base se puede equipar con una caja manual de seis velocidades, en todas las demás viene acompañado por una automática también de seis marchas.

La entrega de potencia del nuevo motor es pareja durante la mayor parte del rango de revoluciones y el turbo comienza a hacer su trabajo desde la parte baja de tacómetro, eliminando lo más posible el turbolag. La programación de la caja automática le ayuda bastante a lograr esto y los cambios se sienten lo suficientemente rápidos para el tipo de auto que es el Chevrolet Cruze. Cuenta con opción para cambios manuales, pero la verdad creemos que es mejor dejar que la computadora haga su trabajo, así el funcionamiento general del motor será más eficiente.

La seguridad está cubierta gracias a los frenos de disco con ABS en las cuatro ruedas y a las seis bolsas de aire que equipa el Cruze Premier; todas las demás versiones sólo cuentan con cuatro bolsas de aire. También tiene sistema de control de tracción electrónico y viene equipado con OnStar, que nos ayudará en caso de sufrir cualquier tipo de percance.

El manejo del Chevrolet Cruze es bastante cómodo. Las recuperaciones del motor son buenas sin ser bruscas y a pesar de contar con una dirección electrónicamente asistida, la retroalimentación de lo que sucede en el camino es aceptable. Al igual que la gran mayoría de los sedanes compactos, su comportamiento natural es el de subvirar, pero habrá que entrar muy rápido a una curva para que el auto haga algo extraño o para que los sistemas de seguridad se activen. La verdad se siente bastante neutral y bajo un régimen de velocidad normal en carretera se siente con aplomo en las curvas.

La nueva generación del Cruze es mejor por donde se le vea

El Chevrolet Cruze creció en todos los sentidos para esta generación, desde un mejor motor, mejores acabados y más espacio en la cabina. Podemos decir que esta vez el auto sí pertenece al segmento que dice.

Gracias a sus varias versiones, el rango de precios se extiende bastante, desde $280,000 para la versión base, hasta $364,400 para el Premier. Puede que el precio de la versión más equipada suene un poco alto, pero tomando en cuenta todo lo que ofrece, sumado al motor turbo y el sistema OnStar, nos parece adecuado.

Ficha técnica del Chevrolet Cruze

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