Fiat 500L, a prueba: la versatilidad en su faceta más chic
Cuando era pequeño, para que me tomara la medicina había que disfrazarla de juego. Ya sabes, el típico avión con la cuchara. Simplemente hay cosas que por sí mismas no tienen buen sabor. ¿A quién has escuchado emocionado porque su próximo auto es superamplio, antes que por otra cosa? En tiempos donde el corazón reina sobre la razón, el Fiat 500L persigue el éxito con una interesante —y poco conocida— combinación de estilo y utilidad.
Lo cierto es que ante el arrasante triunfo del SUV en México y el poco cariño que le tenemos a las carrocerías tipo monovolumen, como la del Fiat 500L, su pronóstico de ventas no es precisamente alto. Y si sumamos una etiqueta en torno al medio millón de pesos, la situación se vuelve realmente complicada. ¿Vale la pena? Lo hemos puesto a prueba.
El estilo retro como concepto de diseño
Fiat es una marca con mucha trayectoria. Sus primeros pasos datan de 1899 y algunos de sus años de gloria los vivió a finales de la deácada de los 50, cuando logró popularizar el Cinquecento en muchos mercados europeos. Hay quienes lo califican como el Vocho italiano. ¿Quién en aquel entonces hubiera imaginado que un 500 podría crecer al tamaño del 500L y que, además, la misma fórmula de diseño sería vigente?
En México está disponible en cuatro colores: blanco, naranja, azul y amarillo.
Desde que el Fiat 500 revivió en 2007, la firma italiana no ha hecho más que explotar su estilo retro con la expansión de la gama hacia versiones descapotables, un crossover y el monovolumen. De tal manera, el 500L recibe elementos de antaño como calaveras pequeñas y faros redondos —ahora con su debida luz diurna de LED— y una serie de piezas que rompen con la monotonía de una tradicional silueta cuadrada, como detalles cromados, tomas de aire y techo y espejos pintados en un color distinto al de la carrocería —blanco o negro, según el color principal.
Aparenta aún más espacio del que ya hay
Míralo bien. ¿Ya notaste la cantidad de cristales que lo rodean? Lo primero que llama la atención al subirse es justo eso. Gracias a la posición de manejo y al tamaño de las ventanas, el Fiat 500L se siente mucho más espacioso de lo que en realidad es. Hay un cristal a la altura del poste A y también otro para rematar el poste C, al estilo de una miniván. En cualquiera de las cinco plazas se percibe amplitud, porque además la superficie del techo panorámico es generosa.
Con sólo 4.27 metros de largo, el 500L aprovecha muy bien el espacio interior.
Como tal, el Fiat 500L no es un vehículo grande. A lo largo mide tan solo 4.27 metros y su distancia entre ejes no es muy diferente a la de un KIA Rio. Lo sorprendente es justo eso. Con tan poquita carrocería, el monovolumen italiano aprovecha de manera extraordinaria el espacio interior, con buen lugar para cabeza y suficiente para piernas. La cajuela anuncia capacidad de 412 litros, que puede crecer gracias a una segunda fila corrediza, aunque castigada por una pequeña repisa que forma un doble fondo.
Los acabados son correctos... si costara $350,000. Por una etiqueta de medio millón se puede ser más exigente.
La horizontalidad en el diseño del tablero también contribuye a generar la impresión de amplitud a bordo. Sus formas obedecen a las de cualquier modelo de la gama 500, con detalles ovales en cualquier rincón: contorno de la pantalla, controles del aire acondicionado o rejillas de ventilación. Hay múltiples espacios para guardar objetos, incluyendo un compartimiento con cubierta en la parte superior del tablero del lado del copiloto.
Lo menos afortunado del Fiat 500L son los acabados, y es que para cualquier B-SUV en torno a 350,000 pesos calificarían como adecuados, pero ante un producto que lleva su etiqueta ligeramente por arriba del medio millón de pesos, nos parece que hay demasiadas piezas rígidas en el tablero y a los ensambles les queda todavía un margen de mejora —sobre todo en la zona del techo panorámico. El plástico principal que recorre el tablero de esquina a esquina es el mejor logrado, con un tacto ligeramente acolchado y apariencia agradable.
Por medio millón de pesos, faltan uno o dos juguetes
Hablemos del equipamiento. La única versión disponible del Fiat 500L a la venta en México incluye suficientes amenidades para el día a día e incluso algunas que le ayudan a justificar su etiqueta premium, como el techo panorámico, el navegador o el sistema de sonido Beats. Lo cierto es que por 505,900 pesos —promocional, porque el precio de lista es de 524,900 pesos— se extraña una llave inteligente, asientos de ajuste eléctrico —sólo lo tiene para el soporte lumbar—, sensor delantero de proximidad, faros de LED, monitoreo de punto ciego y, por extraño que suene, encendido automático de luces —sí, son manuales.
Al rincón que mires encontrarás un emblema "500": asientos, tablero, consola central, rines...
En lo demás, encontraremos asientos tapizados en piel con los emblemas "500" tatuados en los respaldos, rines de aluminio de 17 pulgadas, climatizador automático bizona, espejo retrovisor electrocromático, control de velocidad crucero, cuadro de instrumentos con una pantalla de 3.5 pulgadas a color, cámara y sensor de reversa, siete bolsas de aire, control electrónico de estabilidad y monitoreo de presión de neumáticos.
El infotenimiento cumple con la calidad de cualquier coche de FCA equipado con sistema UConnect. Es compatible con Android Auto y Apple CarPlay, aunque bajo estas funciones se desaprovechan las 7 pulgadas de la pantalla táctil porque el menú del sistema nunca desaparece y, en proporción, se reduce el ancho y el alto de la información desplegada por CarPlay.
Al volante, el Fiat 500L es bastante cómodo
Pensemos al Fiat 500L como lo que es, un vehículo orientado al mercado familiar. Que bajo su cofre haya un motor turbo de 1.4 litros de 160 hp y 184 lb-pie no es sinónimo de deportividad. Su respuesta es buena en el rango de revoluciones correcto, sin embargo, presenta un notorio retraso en la entrada del turbo y el escalonamiento de la transmisión automática de seis cambios no ayuda del todo. Por el nivel de vibraciones y ruidos que produce, tuvimos que corroborar que el modelo 2018 conservara este motor; a veces da la impresión de ser uno atmosférico más grande y mucho menos refinado.
El motor es muy ruidoso y produce bastantes vibraciones. La respuesta es buena en el rango de revoluciones correcto.
El comportamiento del Fiat 500L está totalmente enfocado a la conducción urbana y a trayectos tranquilos en carretera y autopista. La suspensión es suave, pero de amortiguación algo seca. No es insufrible en zona de baches, aunque su andar saltón delata su desarrollo pensado en vías de primer mundo, donde el asfalto es impecable. La dirección es suave —ideal para maniobras en ciudad—, poco comunicativa y no tan rápida como nos gustaría.
Más allá del margen de mejora en la respuesta del motor y el comportamiento del chasís, el punto crítico del Fiat 500L radica en el consumo. Durante nuestra semana de prueba obtuvimos un promedio de sólo 6.5 km/l... ¡Y es un coche de cuatro cilindros! En modelos de cifras similares, como SEAT Ateca, hemos obtenido el doble de rendimiento y la sensación de que vamos en un coche de mejores prestaciones dinámicas. Una mejor transmisión ayudaría a mejorar la calidad de marcha y mejorar la economía de combustible. Ojo ahí, Fiat.
El Fiat 500L vive de su rostro
Cualquier persona que me pregunta sobre mi opinión respecto al Fiat 500 no acepta ninguna crítica. Los italianos han sabido inyectar tanto estilo en sus productos, que un buen puñado de clientes se encaprichan con sus modelos y los compran simplemente porque les gusta el diseño. El Fiat 500L es justo para ellos: los que gustan de un estilo chic, pero un Cinquecento convencional les queda chico.
Al final, si su diseño no te hipnotiza, habrá momentos en que el manejo, la calidad o el espacio te hagan cuestionarse si lo que estás pagando vale lo que realmente tienes. Por poco menos de 500,000 pesos, un SEAT Ateca Xcellence ofrece una cabina más amplia, buena dosis de equipamiento y mejores prestaciones; al nivel de precios del Fiat 500L, los MINI Clubman y Countryman más baratos pueden convertirse en alternativas difíciles de ignorar.
7.3
A favor
- Su estilo retro. Diferente a lo demás en el mercado.
- El espacio interior está muy bien aprovechado.
- Tiene 7 años de garantía.
En contra
- El motor es muy ruidoso y produce bastantes vibraciones.
- Hace falta equipamiento para justificar el precio.
- Algunos acabados pueden mejorar.
- El consumo de combustible es elevado.
Fiat 500L Trekking
$505,900
- Motor: 4 cilindros turbo de 1.4 litros
- Potencia máxima: 160 hp @ 5,500 rpm
- Par máximo: 184 lb-pie @ 4,000 rpm
- Transmisión: Automática de 6 vels.
- Tracción: Delantera
- Frenos: Disco / Disco
- Peso: 1,375 kg (est.)
- Velocidad máxima: N.D.
- Aceleración de 0 a 100 km/h: N.D.
- Suspensión delantera: Independiente tipo McPherson
- Suspensión trasera: Eje de torsión
- Longitud: 4,270 mm
- Cajuela: 412 litros
- Consumo en ciudad: 6.5 km/l
- Consumo en carretera: N.D.
- Consumo combinado: N.D.
- Emisiones de CO2: N.D.
- Capacidad del tanque: 50 litros