Fiat Pulse, a prueba: un B-SUV latino que apuesta por tecnología a ritmo de 97 hp
Justo en el momento en el que pensabas que ya no había lugar para otro B-SUV en México, llega el Fiat Pulse. Con este modelo, la firma italiana quiere jugar a lo mismo que SEAT con su Arona, Nissan con su Kicks y Volkswagen con su T-Cross, sólo por mencionar a algunos de su más de docena de competidores. ¿Tiene con qué hacerles frente? Lo tuvimos a prueba.
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Fiat Pulse Impetus
$445,000
- Motor: 4 cilindros de 1.3 litros
- Potencia: 97 hp @ 6,000 rpm
- Par: 94 hp @ 4,000 rpm
- Transmisión: Automática CVT
- Tracción: Delantera
- Frenos: Disco / tambor
- Peso: 1,187 kg
- Aceleración de 0 a 100 km/h': 13.1 s
- Velocidad máxima: 172 km/h
- Suspensión delantera: Independiente tipo McPherson
- Suspensión trasera: Barra de torsión
- Longitud: 4,099 mm
- Cajuela: 364 litros
- Consumo en ciudad: 12.3 km/l
- Capacidad del tanque: 48 litros
- Fabricado en: Brasil
No es la primera vez que Fiat se trae un B-SUV a México. Hace algunos años probó suerte con el 500X, aunque su posicionamiento era más hacia una gama más alta. Lo que Fiat necesitaba era un modelo desarrollado para los gustos y necesidades específicos de nuestra región. De ahí nace el Pulse, desarrollado y fabricado en Brasil con el ojo puesto en toda Latinoamérica.
Quizá uno de los aspectos más llamativos del Fiat Pulse es su estilo. Aunque el desarrollo corrió a cargo de Brasil, en el proceso de diseño estuvo involucrado el equipo de Italia, dando como resultado un frente de apariencia agresiva, una parrilla de buen tamaño, algunos detalles de sabor todoterreno, la posibilidad de llevar una carrocería bitono —en su versión tope de gama— y una trasera, a mi parecer, muy atractiva, con cierto estilo europeo.
Curiosamente, pese a lo robusto de su imagen, las proporciones del Fiat Pulse no son las de un SUV per se; oscila entre un hatchback y un SUV. Además, con 4.09 metros de largo se convierte en uno de los modelos más pequeños de la categoría, con una talla similar a la del Toyota Raize y del SEAT Arona.
Su fuerte está en la tecnología
Por dentro, en términos generales, el Fiat Pulse deja buen sabor de boca. Hay elementos que me parecen de lo mejor de la categoría y otros con margen de mejora. Vamos por partes. Su pantalla de 10.1" es de las más interesantes entre los B-SUV, tanto por su resolución, como por la interfaz que, por cierto, es compatible de forma inalámbrica con Android Auto y Apple CarPlay en todas las versiones, aunque en las más accesibles se incluye una pantalla de sólo 8".
Otros aspectos bien resueltos en la cabina del Fiat Pulse son el volante —de buen tacto y con botones correctamente colocados— y la cantidad de espacios para colocar objetos. Hay bandejas en la consola central para poner el teléfono, las llaves o tarjetas, y espacios de almacenamiento en puertas y consola central.
Donde hay un margen de mejora es en la calidad. Los materiales a bordo son mayormente rígidos, aunque de algún modo esquivan la sensación de economía a través de diferentes texturas y combinaciones de tonos. Donde sí se debió prestar más atención es en los ensambles, que aún dejan algunas rebabas y zonas que no se llegan a sentir tan sólidas.
Hablemos ahora de equipamiento, que es una de sus principales cartas de presentación en México. Esta versión tope de gama lleva iluminación interior de LED, espejo retrovisor electrocrómico, llave inteligente con encendido remoto de motor, climatización automática, faros de LED, sensor de luz y de lluvia, cargador inalámbrico para teléfonos, control de velocidad crucero, tapicería en piel ecológica, cámara de reversa, sensores de estacionamiento delanteros y traseros, y espejos laterales plegables eléctricamente. Salgo por el quemacocos, no hay algo que se llegara a extrañar.
En seguridad, en cambio, sí hay un elemento que se echa de menos: las bolsas de aire tipo cortina. Es curioso que Fiat incluyera asistencias avanzadas de conducción —y no sólo para la versión tope de gama— como freno autónomo de emergencia, asistente de mantenimiento de carril y luces altas automáticas, pero se limitara a configurar al Pulse con sólo cuatro airbags —de serie en toda la gama, junto con el ESC—, cuando el estándar de la categoría es de seis.
Para terminar con el repaso de la cabina, hablemos de espacio. El Fiat Pulse es uno de los B-SUV más pequeños, y aunque por eso no podemos esperar un interior que sorprenda por su amplitud, el espacio está muy bien aprovechado para tratarse de un SUV de sólo 4.09 metros de largo. El lugar para piernas es correcto; para cabeza es algo más apretado. La cajuela tiene capacidad de 362 litros, el promedio de la categoría.
¿97 hp son suficientes para el Fiat Pulse?
El Fiat Pulse fue desarrollado a partir de la misma plataforma del Argo, y eso se nota al conducirlo. Todas sus reacciones son sumamente suaves. Me queda claro que es un B-SUV urbano perfectamente pensado para las condiciones del asfalto en Latinoamérica, sobre todo por la puesta a punto de la suspensión, que amortigua con destreza y transmite sensación de robustez. Mismo caso con la dirección, ligera e ideal para el tránsito de la ciudad.
Si lo entiendes como el B-SUV urbano que es, el manejo del Fiat Pulse te agradará; si buscas una conducción más entusiasta, quizá no te termine de convencer, no sólo por lo anestesiado de sus reacciones, sino por el motor. Todas las versiones que llegan a México vienen con un motor de 1.3 litros de 97 hp y 94 lb-pie, asociado a una transmisión automática CVT, salvo por la versión más accesible, que lleva una caja manual de cinco cambios.
Este motor, a decir verdad, le queda algo apretado. Analizando sus números, el Fiat Pulse es el modelo menos potente de su categoría, con cifras similares a las de un Toyota Raize, aunque sin el apoyo de un turbo, por lo que irá perdiendo potencia conforme se gane altitud sobre el nivel del mar. En Ciudad de México, por ejemplo, pierde el 22% de su poder.
Lo anterior da como resultado un SUV que cumple entre calles y avenidas, pero que llega a sentirse algo escaso de poder al momento de rebasar o de incorporarse a vías rápidas. En pendientes y carretera hay que forzar constantemente el motor para mantener el ritmo, y en ese momento es donde más sale a relucir la configuración de su caja CVT, que tiene el clásico efecto de este tipo de transmisiones: da la sensación de estancarse en algún punto del tacómetro con tal de aprovechar el mejor momento del motor, que ronda las 4,000 rpm.
La programación de la transmisión no persigue en lo absoluto una conducción entusiasta, pero sí el ahorro de combustible. En ese sentido, con el Fiat Pulse promediamos 12.3 km/l, que podrían extenderse a poco más de 13 km/l si se es más cuidadoso con el acelerador —y paciente con el motor—. Con el modo Sport activado, la caja se torna un poco más agresiva y tolera más revoluciones antes de realizar el cambio.
7.6
A favor
- Diseño llamativo.
- Rendimiento de combustible.
- Buen equipamiento de tecnología.
En contra
- Motor muy justo de potencia.
- No lleva airbags tipo cortina.
- Margen de mejora en algunos ensambles.
El Fiat Pulse juega sus cartas de estilo y tecnología
El Fiat Pulse marca con palomita algunos de los aspectos que más le importan al cliente potencial de un SUV urbano: muy buen nivel de conectividad, un interesante grado de tecnología, buen equipamiento, un estilo llamativo y motor eficiente, pero también tiene un margen de mejora: algunos ajustes entre piezas no se sienten tan sólidos, le faltan los airbags de tipo cortina y un motor más potente no le sentaría nada mal.
El precio del Fiat Pulse 2023 en México parte de 355,000 pesos y llega hasta 445,000 para la versión Impetus que probamos. Su amplio espectro de precios lo pone a competir con una gran cantidad de modelos, desde MG ZS, JAC Sei 3 Pro o Chevrolet Groove en las versiones base, hasta SEAT Arona, Volkswagen Nivus y Chevrolet Tracker en las más equipadas.