Infiniti QX80, a prueba: un buque cargado de lujo y tecnología
¡Háganse a un lado, que voy a pasar! Y traigo un mastodonte bajo mi control, sí, me tocó probar el renovado Infiniti QX80, una opción entre cada vez menos SUV que respetan el término full-size y presenta dimensiones descomunales, ideales para sus siete u ocho pasajeros, pero no tanto a la hora de convivir con la ciudad que nos rodea.
La mayoría de los automovilistas me ceden el paso, no me sorprende, me rodean casi tres toneladas de carrocería del mismo color que la champaña, con rines deslumbrantes de 22 pulgadas, brillando bajo el sol, y con frente de pocos amigos, pero con semblante muy elegante. El nuevo diseño de QX80 le queda mucho mejor con su imagen lujosa y de marca premium.
Todo para llevar
Debido a su estatus de marca premium, Infiniti debe ofrecer el mayor equipamiento posible, y que éste sea de serie. Con el inmenso QX80, no era tarea fácil, ya que incluso con todos los botones del mundo, el interior parecería vacío. Así que la mayoría de los controles se concentraron en dos pantallas centrales, una para los mapas, y otra para controlar el clima, audio, computadora de viaje extendida, estatus de vehículo y más.
Sin embargo, Infiniti también ha decidido conservar un reloj análogo, cuyo funcionamiento es obsoleto, y no por ser de manecillas, sino porque tanto en el tablero de instrumentos, como en la pantalla central, hay dos relojes digitales. La computadora de viaje del conductor sigue siendo la misma desde la época del 350Z, que es como si tuvieras un iPod con pantalla monocromática y te sorprendieras porque ya no es compatible con el mundo actual.
Es urgente una actualización de todo el sistema de infoentretenimiento para darle cabida a una nueva interfaz de conexión con la que se pueda aprovechar mejor el excelente sistema de audio de 13 bocinas y doble subwoofer.
Enfoque familiar
Hay dos factores importantísimos para un vehículo familiar, primero está la seguridad. En este apartado, QX80 se lleva cinco estrellas, literal y metafórcamente, ya que con el sistema Infiniti SafetyShield, que incluye algunas funciones de manejo semiautónomo, visión periférica, retrovisor digital, 10 bolsas de aire y todas las asistencias de manejo necesarias, estamos cubiertos.
El acceso a la tercera fila es muy sencillo y amplio, se puede guardar la posición del asiento del conductor, y ambos delanteros tienen también ventilación.
El segundo factor es el confort y entretenimiento, y ahí también destaca QX80. Detrás de las cabeceras delanteras hay dos pantallas de alta definición con reproductor de DVD y entrada HDMI con audio independiente y un par de audífonos inalámbricos incluídos. La amplitud se nota, la tercera fila es estrecha pero ofrece mayor espacio que la mayoría de sus rivales, y los cuatro pasajeros que ocupen los asientos tipo capitán pueden disfrutar de calefacción y ajuste eléctrico.
El climatizador tiene tres zonas de ajuste distintas, hay nueve portavasos y cuatro portabotellas, sistema Forest Air de filtración y recirculación de aire, cuatro tomas de corriente de 12 V, un puerto USB y acceso y encendido sin llave.
El lujo presente
Además de los nueve colores exteriores, tres interiores y dos de acabados de madera, las vestiduras de piel vienen capitonadas (acolchadas), que en conjunto con los grandes sillones, pueden mantenernos cómodos por mucho tiempo, para llegar más lejos, que es uno de los principales propósitos de este SUV.
Para el conductor la vida es fácil. Obviamente la posición de manejo es alta, pero el asiento baja lo suficiente para conductores de talla grande y así no nos sentimos como en cabina de tractocamión. Luces (y cambio de luces) y limpiadores son automáticos, de día la visibilidad es buena hacia tres de cuatro coordenadas, y con el SRM (Smart Rearview Mirror) podemos activar una cámara con ángulo panorámico para compensar la obstaculizada visibilidad trasera cuando las cabeceras de la tercera fila están en posición de uso. Las cámaras laterales tienen sensor de movimiento y se activan cuando algo se acerca demasiado por los flancos, en la ciudad, es ideal para localizar motociclistas y peatones que pasan entre carriles.
Sensaciones gigantes
El tamaño importa. Infiniti lo sabe y ha hecho lo posible por que el manejo del QX80 fuese sencillo y se sienta ligero, y lo lograron. El motor es muy potente, aunque a decir verdad, en la CDMX la merma de potencia es demasiada. La dirección es lenta pero los giros del volante en maniobras lentas están muy bien calculados. Los frenos merecen mención aparte, detienen al QX80 en menor distancia que algunos sedanes medianos.
Cuenta con modo off-road de manejo con reductora y también modo nieve.
El balanceo de la carrocería se hace presente arriba de los 60 km/h, sin embargo, la marcha se percibe bien plantada y con mucha adherencia en todo momento gracias a la tracción integral permanente y a la distribución de potencia variable entre ejes. Para crecer el nivel de intimidación, le hace falta un sonido más musculoso de motor y escape, pero el silencio se aprecia al circular en autopista, no se cuela ni el rodar de las llantas con enormes rines cromados de 22 pulgadas.
Es imposible reducir el consumo, así que dejando esa preocupación a un lado, y sabiendo que al tanque le caben 98 litros, podemos disfrutar de la moderna transmisión automática de siete velocidades con función Downshift Rev-Matching, que ayuda mucho a evitar transferencias bruscas de peso antes de enfrentar una curva.
Puede remolcar casi cuatro toneladas, aunque en México el único equipo opcional es el paquete de remolque, y se puede manejar por horas y kilómetros antes de que el cuerpo pida una pausa, que es, repito, para lo que está pensado el QX80.
Aciertos y errores
Eso es QX80, una bizarra combinación de tecnología de manejo de última generación, acabados de súper lujo, superiores a los de otras marcas más reconocidas, potencia, seguridad y confort, acompañados de controles viejos, botones que caducaron hace 10 o más años, un sensor de presencia idéntico al del Nissan March, motor sin desconexión de cilindros, y un sistema de infoentretenimiento del pasado.
Sus rivales principales son:
- GMC Yukon Denali: $1,344,000
- Cadillac Escalade ESV Premium: $1,861,000
- Lincoln Navigator Reserve Larga: $1,827,000
- Mercedes-Benz GLS 500 CGI Biturbo: $1,774,000
Y Lexus RX, que no se vende en México y es una versión lujosa de Toyota Sequoia. De esta lista, todos los rivales tienen motores más modernos y/o más potentes, y mejores opciones de conectividad con smartphones y sistemas operativos.
Infiniti QX80 7 pasajeros
$1,450,900
- Motor: V8, 5.6 litros
- Potencia máxima: 400 hp @ 5,800 rpm
- Par máximo: 413 lb-pie @ 4,000 rpm
- Transmisión: Automática de 7 velocidades
- Tracción: Integral permanente con reductora
- Frenos: Discos ventilados adelante y atrás
- Peso: 2,735 kg
- Velocidad máxima: 209 km/h
- Aceleración de 0 a 100 km/h: 7.2 segundos
- Suspensión delantera: Independiente de brazos transversales dobles
- Suspensión trasera: Independiente multi-link
- Longitud: 5,290 mm
- Cajuela: N.D.
- Consumo urbano: 6.7 km/l
- Consumo en carretera: 10.9 km/l
- Consumo mixto: 8.6 km/l
- Emisiones de CO2: N.D.
- Capacidad del tanque: 98 litros
7.6
A favor
- La comodidad y el espacio interior son destacables, se cuela poco el ruido y los sillones son mejores que algunos de casa.
- El equipo de sonido, video y reproducción de consolas externas es ideal para viajes muy largos.
- Todo es eléctrico: el portón, la tercera fila de asientos, ciertos movimientos de la segunda... cero calorías quemadas.
En contra
- Gasta demasiada gasolina sin importar el estilo de manejo, a todo régimen va dando tragos cual universitario a su cerveza.
- El espacio de la cajuela detrás de la tercera fila es menor que en hatchbacks compactos, es forzoso el uso de accesorios exteriores para equipaje.
- Sin Apple CarPlay ni Android Auto, urge actualizar el sistema de infoentretenimiento de Nissan/Infiniti