Manejamos el Mazda CX-50, un SUV de Mazda para cuando se termina el asfalto 🏔
Mazda está preparando la llegada de varios SUV a México. El primero de ellos será el Mazda CX-50, un SUV compacto que, contrario a lo que podrías pensar, no nació para reemplazar al CX-5, sino para complementarlo. Mazda tendrá dos modelos en la misma categoría, pero uno de ellos se abrirá paso con un espíritu más aventurero. Viajamos a Vancouver para conocerlo antes de su llegada a México.
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Para entender al Mazda CX-50, inevitablemente hay que ponerlo a lado del CX-5. Ambos son SUV compactos, pero el CX-50 mide 4.72 metros de largo, es decir, 14.5 cm más que un CX-5. También tiene mayor altura respecto al piso, aunque curiosamente la carrocería es 5.5 cm más baja y 7.6 cm más ancha con el fin de conseguir un aspecto más robusto.
Más allá de las proporciones, el mismo diseño del CX-50 se aleja del carácter elegante del resto de la gama, para perseguir un aspecto más campero. Su silueta es más cuadrada, los trazos son más toscos y todo el perímetro del auto va enmarcado por enormes piezas de plástico sin pintar. Muy off-road.
Al interior también llega ese sabor aventurero. El tablero tiene un aspecto más tosco que el resto de la gama y se decora con costuras en contraste, en tonos "muy terrosos". Como en todo Mazda contemporáneo, hay un montón de piezas suaves y texturas agradables, aunque confieso que se extrañan insertos de cuero en la consola central —como CX-30— y un acabado diferente en la zona cercana a la palanca de cambios. En un vehículo tan amante de la tierra, un plástico negro brillante quizá no es la mejor idea.
Un SUV que se entiende igual de bien dentro o fuera del asfalto
Aclaremos algo: que el CX-50 sea el SUV más aventurero de Mazda no significa que sea un todeterreno. Es, en todo caso, un todocamino. No tiene las capacidades de un Jeep Wrangler o de un Suzuki Jimny —ni lo pretende—, pero sí ayudas electrónicas para lidiar con caminos de poca adherencia, como nieve, pasto o terracería. Es un SUV para llegar a tus actividades recreativas, no para cruzar un desierto.
Dicho esto, hablemos de qué está hecho. A diferencia del CX-5, el Mazda CX-50 utiliza la plataforma de 7ª generación de la marca —CX-5 usa la de sexta—, compartida con Mazda3 y CX-30. Con ello gana un nivel superior de refinamiento, un alto grado de aislamiento y sensaciones de manejo superiores.
Es curioso que, aun sin perseguir alguna pretensión deportiva, el CX-50 tiene esa chispa que nos gusta a los conductores entusiastas. La dirección tiene el peso exacto, la suspensión opta por una configuración ligeramente firme —jamás áspera ni incómoda— y, en general, la dinámica convence mucho. Se apoya bien en curvas, inclina poco y transmite mucha confianza.
El motor también ayuda mucho. Encontraremos el conocido motor turbo de 2.5 litros, ahora twin-scroll, capaz de generar 228 hp y 310 lb-pie, llevados a las cuatro ruedas mediante una transmisión automática de seis cambios. Este motor, como en otras aplicaciones, gusta por lo lineal de su respuesta —no hay nada de turbolag— y por siempre sentirse holgado de poder.
Una de las claves del CX-50 es el sistema de tracción integral, que se apoya en la tecnología G-Vectoring Control y en un nuevo programa Off-Road —exclusivo de CX-50— para cuando conducimos en superficies de poca adherencia. No hay bloqueos mecánicos de diferencial ni cajas reductoras, pero sí sistemas electrónicos para ayudarle a mantener el peso fuera del asfalto.
¿Cómo será el Mazda CX-50 que llegará a México?
El Mazda CX-50 se lanzará en México en marzo, pero la marca nos adelanta desde ahora algunas de sus especificaciones. Está confirmado que llegará a nuestro país con el motor turbo de 2.5 litros, con pinturas especiales como Polymetal Gray y Arena, y que incluirá —entre otras cosas— rines de 20", techo panorámico, cargador inalámbrico, pantalla de 10", sonido Bose de 12 bocinas, freno autónomo de emergencia y control crucero adaptativo.
Se ubicará entre CX-5 y CX-9, pero todavía no se confirman versiones ni precios. Nuestro pronóstico es que el Mazda CX-50 llegará a México con una etiqueta entre 640,000 y 780,000 pesos, para competir contra otros de los pocos SUV todocamino del mercado, como Toyota RAV4 Adventure. Ford Bronco Sport y Subaru Outback podrían ser alternativas aventureras interesantes —con capacidad off-road superior a CX-50— pero se acercan ya al millón de pesos. Habrá que esperar confirmación oficial de Mazda para sacar conclusiones.
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