Mercedes-Benz A 200, a prueba: un sedán con todo lo que un compacto aspira a ser
La generación anterior del Mercedes-Benz Clase A no recibió los elogios que esperaba. Algo en sus acabados y en su manejo no terminaba de encajar con lo habitual en la marca. Era sólo un Mercedes accesible. Su nueva generación, que llega en formato sedán y hatchback, ya no busca ser un Mercedes accesible, sino el acceso a Mercedes —que no es lo mismo— sin bajar la guardia en ningún flanco.
La firma alemana jugó una estrategia muy poco usual para elevar el nivel de sus compactos: dejarlos estrenar tecnología antes que a otros modelos. Esta vez no fueron los hermanos mayores quienes cedieron sus desarrollos, sino al revés, el auto más pequeño de Mercedes estrenó eso que poco a poco fue llegado a los modelos de más alta gama.
Pero no nos adelantemos. Para hablar del Clase A Sedán, primero hay que explicar cómo queda frente al CLA. Mercedes-Benz decidió lanzar dos carrocerías de cuatro puertas para el mismo auto, persiguiendo objetivos diferentes. El Clase A Sedán está aquí, básicamente, para aquellos que se quejaban del asiento trasero poco práctico del CLA. El CLA, en cambio, va tras aquellos más preocupados por el estilo que por la practicidad.
Las proporciones del Clase A Sedán están muy bien equilibradas. En sus 4.54 metros de largo no sentirás que el cofre sea demasiado largo, que la trasera peque de corta, que los pasos de rueda luzcan exagerados o que la parrilla le quede grande. El A 200 Sport que pasó por nuestro garaje calzaba rines de 18" y portaba los accesorios AMG incluidos de serie.
El compacto con los mejores interiores
Si desde fuera convence, por dentro sorprende. El nuevo Clase A deja atrás el estilo conservador de su predecesor, para abrir la puerta a todo un universo de luces, texturas y pantallas. Basta echar un vistazo para entender por qué esta cabina ha coleccionado tantos premios en los últimos años.
La modesta selección de materiales también queda en el pasado. Al interior del Clase A predominan superficies gomosas y de muy buena apariencia, congruentes con el segmento premium. Las pantallas tienen una resolución alta, los insertos tipo aluminio realmente convencen y el tacto del cuero —que es Nappa en el volante— es muy agradable. Hay algunas piezas rígidas, como la zona baja de la consola central o de los paneles de las puertas, pero son superficies con las que se tiene poco contacto y es bastante habitual en esta categoría.
Hay dos elementos en particular que dan mucha vida a la cabina. El primero es el uso desmedido de luces para iluminación ambiental, que se puede configurar en 64 colores y admite algunas combinaciones. Encontrarás luz en puertas, tablero, piso, consola central y hasta dentro de las rejillas de aire acondicionado. A mí me fascina, aunque entiendo que habrá a quien no. En todo caso, es un componente que se puede configurar.
El segundo elemento, y el más importante, es eso de lo que hablaba al principio: lo que el Clase A estrenó antes de cualquier otro Mercedes y que marca una diferencia abismal respecto a sus competidores al hablar de tecnología: el sistema de infotenimiento MBUX con inteligencia artificial.
Su asistente de voz puede ayudarte con más que sólo realizar llamadas o introducir datos al navegador. Se pueden controlar distintas funciones del vehículo sin necesidad de hablarle en infinitivo como a un robot. No hay que decir "encender el aire acondicionado", sino "tengo frío" o "hace calor"; también puede cambiar de estación de radio o modificar el color de la iluminación ambiental. No hace falta tocar ningún botón para activarlo. Sólo dices "Hey, Mercedes" y te escuchará como lo hace Siri, Google o Alexa.
MBUX vive en dos pantallas de 10.25" —incluidas de serie— unidas en un solo marco para aparentar que se trata de una sola megapantalla. Ambas se pueden controlar fácilmente desde los pads del volante; no es tan intuitivo al principio, pero te acostumbras rápido. La pantalla izquierda muestra información el cuadro de instrumentos, donde tú eliges el estilo de los relojes —clásico, deportivo, minimalista...— y qué información quieres ver: tacómetro, navegador, música o hasta un medidor de fuerzas G. La pantalla derecha es para el sistema multimedia, compatible con Android Auto y Apple CarPlay.
Al hablar de equipamiento, la sorpresa es que muchos elementos ya se incluyen de serie. Este A 200 Sedán Sport cuenta con faros de LED, llave inteligente, espejos retrovisores interior y lateral izquierdo electrocrómicos, cargador inalámbrico para teléfonos, asiento del conductor con ajuste eléctrico y tres memorias, sonido de 9 bocinas, cámara de reversa, asistente de estacionamiento automatizado y alerta de colisión frontal con freno autónomo de emergencia. Como opción hay navegación, head-up display o techo panorámico.
Un sedán ágil, aunque más cómodo que deportivo
Al volante también hay una evolución importante. El modelo anterior se movía correctamente para ser un compacto, pero le faltaba ese no-sé-qué para sentirse Mercedes. Este A 200 Sport ya lo tiene. Es un sedán que busca el punto de equilibrio entre una conducción cómoda y una deportiva, con la balanza un pelín más inclinada a la primera.
Mientras su conducción no alcanza el grado de precisión ni la chispa del nuevo BMW Serie 1 —el hatchback, claramente—, su calidad de marcha sí se siente superior. El Clase A está muy bien aislado del exterior y su suspensión se entiende perfectamente con asfalto imperfecto. Pese a ser un vehículo pequeño, no llega a ser saltón; su andar, de hecho, es bastante sedoso y de mucho sabor premium.
Esta generación recibe una barra de torsión en el eje trasero, en lugar de una suspensión independiente. Tanto Mercedes, como otros fabricantes europeos, como Peugeot, SEAT, Renault o Volkswagen han adoptado esta arquitectura para las versiones menos potentes de sus modelos compactos. El Clase A recibe una suspensión trasera independiente a partir de la denominación 250.
La puesta a punto del A 200 Sedán consigue que nos olvidemos de la barra de torsión en el eje trasero. No llega a castigar ni el confort ni la fluidez de sus reacciones. Quizá al límite, en maniobras extremas de emergencia, haya una diferencia, pero en el día a día su comportamiento es grato. Hay cierta tendencia a subvirar, sin que llegue a espantar. Es un compacto donde domina la sensación de control gracias a una dirección precisa, a una amortiguación suave —mas no blanda— y transferencias de peso bien calculadas.
El motor es un cuatro cilindros turbo de 1.3 litros, capaz de generar 163 hp y 184 lb-pie. Fue desarrollado en conjunto con Renault en Europa. Para un compacto sin pretensiones deportivas, el motor le sienta muy bien. Hay poco retraso en la entrada del turbo, buena capacidad para ganar velocidad y una caja de doble embrague de siete cambios perfectamente programada. El único margen de mejora lo encuentro en el aislamiento, porque las vibraciones se cuelan en la cabina un pelín más de lo que me gustaría en un auto premium.
Un compacto más premium, aunque también más costoso
El nuevo Mercedes-Benz Clase A es un sedán premium en más forma, y eso tiene su precio. Su gama va de 720,900 a 786,900 pesos antes de opcionales. La buena noticia es que las dos pantallas de 10.25", algunas asistencias de conducción y elementos de gama alta, como espejo lateral electrocrómico, se incluyen de serie.
Sus competidores naturales son el BMW Serie 1 Sedán —cuya gama termina 30,000 pesos abajo de donde empieza la del A 200 más barato—, el Audi A3 Sedán que cambiará de generación próximamente y el Acura ILX que oscila entre ser y no ser premium. Casi no hay sedanes compactos premium y eso convierte al A 200 en uno de los favoritos.
Su competencia en realidad se encuentra entre sedanes medianos, cuyas propuestas mecánicas superiores quizá hagan dudar a más de uno. El A 200 se coloca justo en la frontera del Clase C y del Serie 3, e incluso pasa por encima a la del renovado A4 y del S60. Eso sí, ninguno de los cuatro alcanza el carácter jovial y tecnológico del Clase A. La decisión queda al gusto.
8.9
A favor
- MBUX es el sistema de infotenimiento más avanzado del momento.
- Mucho del equipamiento se incluye de serie.
- En la cabina se respira calidad y tecnología.
- Incluye alerta de colisión frontal y estacionamiento automatizado.
En contra
- Las plazas traseras son algo reducidas.
- Es considerablemente más costoso que el hatchback.
- No lleva monitor de punto ciego.
Mercedes-Benz Clase A Sedán A 200 Sport
$786,900
- Motor: 4 cilindros turbo de 1.3 litros
- Potencia: 163 hp @ 5,500 rpm
- Par: 184 lb-pie @ 1,620 rpm
- Transmisión: DCT de 7 vels.
- Tracción: Delantera
- Frenos: Disco / Disco
- Peso: 1,365 kg
- Velocidad máxima': 230 km/h
- Aceleración de 0 a 100 km/h': 8.1 s
- Suspensión delantera: Independiente tipo McPherson
- Suspensión trasera: Barra de torsión
- Longitud: 4,549 mm
- Cajuela: 420 litros
- Consumo en ciudad: 10.5 km/l
- Consumo en carretera': N.D.
- Consumo combinado': 18.1 km/l
- Capacidad del tanque: 43 litros
- Fabricado en: México
' Cifras anunciadas por el fabricante