SEAT Ibiza 2022, a prueba: la receta que cambia solo donde realmente lo necesita

Cuando conocimos a la quinta generación del SEAT Ibiza dijimos que se trataba del iPhone de los subcompactos en México, tenía cierto nivel de refinamiento, un manejo bueno para su tamaño, el equipo estaba muy bien y la capacidad nada mala para llevar a cuatro o cinco personas. Vaya hasta tenía una carrocería en color Rose Gold que ellos llamaban “Magenta Místico".

Desde aquella ocasión ya pasaron cuatro años y ahora es turno de conocer la actualización de media vida de este modelo icónico. Aquí vale preguntar: ¿Los cambios han sido suficientes para que siga siendo ese producto que muchos quieren tener? Pusimos a prueba al SEAT Ibiza 2022.

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De ser un pilar a gozar de sus éxitos del pasado

El primer Ibiza es la razón de existir de la SEAT que hoy conocemos, tanto apostaron por él que contrataron a Porsche para darle motores, a la Italdesign de Giorgietto Giugiaro para el diseño y a Ghia para industrializar a la marca a un nuevo nivel. Una apuesta sumamente riesgosa donde todo estaba en juego y ahora décadas después, los frutos siguen llegando. Hoy el Ibiza tiene su nombre grabado en la historia, con lo que se puede permitir no tomar tantos riesgos en pro mantener una estabilidad de ventas.

Eso creo que es más que claro en el exterior, ya que realmente tienes que sacar el microscopio para encontrar lo que cambió respecto al modelo previo a la actualización.

Sigue teniendo un diseño sencillo, pero atractivo, con faros de LED afilados, contrastes de cromo en parrilla, rines de 17” de nuevo diseño, espejos en color gris para contrastar, techo panorámico, calaveras LED y la segunda cosa nueva que lo delata como modelo actualizado en el exterior, además de los rines; el anagrama trasero con la nueva fuente de la marca.

Con 4,059 mm de largo es un vehículo pequeño, pero que aprovecha cada rincón para ofrecer un interior amplio para su segmento, todo gracias al gran trabajo que hizo Volkswagen en desarrollar su plataforma MQBA0.

Retomando el camino correcto para su interior

En el interior SEAT ya había aprobado la materia de comodidad, espacio y conectividad, pero siendo sinceros, nos había quedado a deber en cuanto a percepción de calidad. Los Ibiza de cuarta generación claro que tenían plásticos duros en casi todos lados, pero al menos el tablero tenía un plástico suave que ayudaba un poco a mejorar la apariencia. Los primeros de quinta generación sustituyeron todo por un plástico duro que si bien no era realmente malo, sí era un retroceso en lo que conocíamos.

Afortunadamente para la actualización SEAT reconoció que podía hacerlo mejor y nos traen un rediseño con formas algo más verticales, materiales suaves y un poco de color extra en las ventilas. Gracias a un detalle pequeño como ese, la percepción se ve afectada para bien. Ya en ensamblados y demás, SEAT ha ido mejorando mucho especialmente desde la cuarta generación en adelante donde todo se siente más solido y los rechinidos, vibraciones y demás tardan mucho más en aparecer o de plano ni están presentes.

Yo mismo tengo un Ibiza de cuarta generación y tras 5 años de uso todo sigue en su lugar y funcionando sin problema alguno.

Ahora en equipamiento, al menos de conectividad, creo que estamos más que bien. Vayamos primero con el sistema de infoentretenimiento que ahora se actualiza para llevar una pantalla de 9.2” con una nueva interfaz que en este caso es la que creo que todos los SEAT deberían tener, es decir: de nueva generación, rápida y simple de entender, porque no tiene todos y cada uno de los comandos esenciales integrados a la pantalla. El aire acondicionado tiene su modulo por separado, por ejemplo.

Pero bueno, antes de seguir, hay que dejar claro que tiene compatibilidad con CarPlay y Android Auto de forma inalámbrica, cuenta con radio, bluetooth, y si te quieres conectar vía cable a ella, tienes dos puertos USB-C.

Esta es una versión Xcellence que es casi el tope de gama, ese lugar lo ocupa el FR y los cambios son pocos. En este caso el Xcellence mantiene un cuadro de instrumentos análogo con pantalla monocromática, mucha info, sí, pero desplegada de la forma más sencilla del mundo.

También ya lleva el nuevo diseño de volante que integra controles de audio, llamada y velocidad crucero directamente. Continuamos con un sistema de audio tradicional de 6 bocinas, que suena bien a secas, ni de juguete como algunos de KIA, pero tampoco sorprendente, la media pues.

También hay cargador inalámbrico para celular, aire acondicionado automático de doble zona, freno de mano tradicional, espejo electrocrómico, techo panorámico, asientos en tela con ajuste manual e iluminación ambiental sencilla que ilumina los contornos de ventilas, reposapiés y las puertas delanteras. Vaya para el segmento y contra quien compite, me parece que tiene todo lo necesario.

Atrás el espacio no es que digas abundante para ir a tus anchas, pero definitivamente es suficiente para ir cómodo. Hay que decir que el túnel de escape sí es algo intrusivo y que como es costumbre en la mayoría del segmento, no tenemos ni salidas de A/C, descansabrazos central o puertos USB para la parte trasera.

Eso sí, aquí atrás vas mucho más cómodo que en un Swift y el espacio de cajuela es de 355 litros. Ligeramente por encima de la media.

Hablando de seguridad, estamos bien, con lo meramente esencial, aunque hay algo que la verdad sí me hizo falta, especialmente por el precio. Lo que sí tenemos son 6 bolsas de aire, frenos ABS, control electrónico de estabilidad, alerta de cansancio del conductor, asistente de ascenso en pendiente y sensores de proximidad traseros, ok, bien ahí, relativamente.

Pero teniendo en cuenta el precio y el segmento, de verdad me parece un error que no tenga cámara de reversa. Yo sé que todos son unos masters al volante y demás, pero cuando un Renault Kwid 100,000 pesos más accesible que el Ibiza puede llevar cámara de reversa y 3/4 de sus rivales directos la tienen, pues no sé por qué no dársela al Ibiza. ¿Contención de costos, crisis de chips?

A su vez, creo que es tiempo de ver una mayor presencia de asistencias avanzadas, vaya al menos un freno autónomo de emergencia.

El Ibiza de toda la vida

Al volante del SEAT Ibiza 2022 la verdad es que no hay cambios, al menos el motor sigue siendo el mismo de 4 cilindros, atmosférico de 1.6 litros con 110 hp y 112 lb-pie de par, es de tracción delantera y ese poder llega a las ruedas gracias a una caja automática de 6 velocidades.

Este tren motriz, súper conocido, es el mismo que movía a la generación anterior, bien probado y con respuesta suficiente. Vaya, en aceleraciones y demás, te mueve, pero no vuela, es la medida justa y necesaria para llevar a cabo tus tareas diarias y nada más.

Aquí a la altura de la Ciudad de México, de vez en cuando te hace ser más prudente con las distancias para poder incorporarte o rebasar ya que la falta de oxigeno de nuestra altura sobre el nivel del mar le quita algo de punch.

En carretera sucede lo mismo, puede andar a un buen ritmo, pero sientes como rebases y subidas le pueden llegar a costar algo de trabajo, especialmente si llevas el A/C encendido y vas cargado de pasajeros y equipaje. Te repito, no se ahoga, pero si que le cuesta un poco más lograr lo que le pides.

El motor 1.0 turbo que llegó a tener el FR en algunas ocasiones me parece el motor ideal para este coche, infinitamente más eficiente, buena respuesta y un gran complemento para la plataforma que es de lo mejor que tiene este Ibiza. Aunque como siempre, añadirlo le pegaría al precio fuertemente, entonces dudo que lo veamos de regreso pronto.

Justo gracias a la rigidez de la plataforma y una buena puesta a punto de la suspensión el Ibiza tiene un manejo agradable, no inclina tanto, se agarra bien, es fácil de dirigir y es difícil hacer que se sienta nervioso, inestable, pues.

No hay que negar que tiene algo de firmeza, no incomodo, al menos no como los FR de la generación pasada en los que sentías todas las vibraciones y grietas del camino. Los frenos muy bien, como me gustan, con una respuesta algo fuerte desde el inicio. La dirección con un peso fácil de manipular, pero tampoco completamente suelta.

Ya para acabar, los consumos, que son decentes. A ver, en ciudad cuando te hundes en lo peor del tráfico bajas a unos 10 km/l, pero con condiciones más relajadas rondas entre los 12.5 km/l y 13 km/l. Por algo digo que el 1.0 TSI es el ideal, cuando lo manejé le pegaba constantemente a los 15 km/l.

¿Sigue siendo el iPhone de los hatchback subcompactos?

Al paso del tiempo, el SEAT Ibiza ha logrado mantenerse como uno de los rivales más fuertes de su grupo y tal y cómo te decía al inicio, sigue siendo el iPhone de los hatcback subcompactos con todo lo bueno que eso implica, pero también con algunas de las cosas malas.

Me explico, en diseño por fuera, sigue casi igual desde hace cuatro años, por dentro es donde realmente lleva los cambios fuertes y vuelve a subir el nivel de refinamiento y a colocarse como uno de los referentes en conectividad. El desempeño sin ser el más poderoso de todos, sigue cumpliendo, pero al igual que un iPhone, hay elementos esenciales que no vienen dentro de su caja.

Y así como el iPhone más nuevo ya no incluye audífonos ni cargador, el Ibiza no tiene ni cámara de reversa, motor turbo o al menos un par de asistencias más avanzadas para hacer la diferencia.

¿Vale la pena? Claro que sí, especialmente si te interesa el espacio, refinamiento de marcha, calidad de interiores y conectividad. Esta versión Xcellence es de lo mejor en su gama, aunque la que realmente es la mejor oferta de valor es la variante Style. En este Xcellence ya te llevas detalles agradables a la vista, pero son solo eso, extras estéticos y de confort no esenciales, si te quieres y puedes dar el gusto, adelante.

Si esa no es tu prioridad, y no te importa sacrificar bastante espacio y refinamiento en todo aspecto, en favor de tener mejores consumos y una oferta de valor más atractiva respecto al costo y equipamiento, entonces el Suzuki Swift es la otra alternativa realmente relevante, especialmente el Boosterjet.

Mazda 2 también podría ser una opción, al igual que el KIA Rio, aunque esos dos cada vez dejan ver más que el tiempo no les ha pasado en vano.