Manejamos el Subaru Forester 2019, un talentoso SUV que sólo pide un voto de confianza
Ni Subaru ni sus clientes lo han pasado bien en México. Su historia de terror la escribió un importador que se preocupaba mucho por vender... pero muy poco por el servicio posventa. Afortunadamente no hay mal que dure 100 años ni cuerpo —marca— que lo aguante. Subaru quiere reivindicarse de la mano de un nuevo importador y con la supervisión directa del corporativo en todas sus acciones. ¿El primer paso? Mantener al día su line-up. El Subaru Forester 2019 llega con una nueva generación dispuesta a reescribir esta historia.
Naturalmente, contar con productos de última generación no define el éxito de una marca de autos en México. La atención al cliente es un factor crucial para triunfar en nuestro país. Subaru está enfocando su esfuerzo en fortalecer su red de concesionarios: abrirá nuevas agencias en las principales ciudades del país y cerrará aquellas que no dieron resultados. Trabajará, además, en la capacitación de su personal y el funcionamiento de un nuevo centro de distribución y almacenamiento de refacciones.
Todos los Subaru tienen 5 años o 100,000 kilómetros de garantía.
Con estas ganas de quedar bien ante el consumidor mexicano, Subaru ahora le da un giro a su estrategia, enfocándose mayormente en SUV y con una gama de precios mucho más adecuada; ya no juega a ser premium con productos de volumen. El nuevo Forester, de hecho, llega con la etiqueta correcta para convertirse en uno de los SUV compactos más interesantes del momento. Nos fuimos de excursión para ponerle las manos encima.
Una nueva generación bastante conservadora
El Subaru Forester 2019 corresponde a la quinta generación. Se trata de un modelo totalmente nuevo, aunque su apariencia no lo sugiera así. Es la tercera generación que la marca ofrece en México y para este nuevo episodio se renueva desde una postura bastante conservadora, ofreciéndonos las mismas fortalezas de siempre, aunque desde componentes nuevos.
A simple vista parece mucho más grande que la generación anterior, aunque sólo crece 15 mm a lo largo. Se debe principalmente a la percepción del diseño. La nueva forma que toman las calaveras, la superficie acristalada y los pasos de rueda resaltados por una línea de estilo crean este efecto de SUV de tamaño superior.
La cabina es espaciosa. El portón trasero abre rápidamente y la cajuela tiene una boca ancha y baja.
Los rasgos tan cuadrados que sigue la parte trasera obedecen a un tema de versatilidad. El portón de la cajuela ahora es más ancho, dando lugar a una "boca" más grande que facilita la carga de objetos e incrementa el volumen a 935 litros. Subaru presume la apertura eléctrica más rápida del segmento, porque aunque no lo creas, una de las principales quejas de sus clientes era que el modelo anterior abría muy lento.
El Subaru Forester 2019 ahora utiliza la nueva plataforma global de la marca. Sus principales beneficios se resumen en una marcha más cómoda, reducción de vibraciones, incremento en la rigidez para proteger a los pasajeros en caso de accidente y un mayor aprovechamiento del espacio interior, aun cuando las dimensiones no cambian drásticamente respecto a la generación pasada.
Utiliza la nueva plataforma global de la marca, que refuerza confort, seguridad y conducción.
Durante el evento de lanzamiento viajamos toda la ruta con cinco pasajeros y en ningún momento nos invadió la odiosa sensación de "coche lleno". Con 4.62 metros de largo, el Subaru Forester ofrece buen espacio para todos los pasajeros, tanto a lo largo, como a lo ancho. Quizá personas muy altas podrían encontrar el techo muy cerca, aunque en general es muy amplio.
Algo que me llamó mucho la atención del Forester fue su discreción y la atención a las soluciones versátiles. No es un SUV demasiado ostentoso ni con un factor wow en su diseño y, sin embargo, no está dirigido a un cliente utilitario, sino a un conocedor que responda a dos características: que sepa de la existencia de Subaru y entienda qué los hace competitivos.
Tan discreto como tecnológico
Recorro cada rincón de la cabina del Subaru Forester e intento encontrarle ese "factor wow" que hay en modelos de la competencia, como un cuadro de instrumentos digital o piezas que respondan a la palabra capricho... pero no lo encuentro. Continúo mirando y busco algún motivo para ponerle un "pero", pero tampoco lo encuentro.
El Subaru Forester 2019 es un SUV bastante bien planeado. Su tablero no obedece a ningún capricho de diseño ni viste de colores llamativos; es discreto, sensato y altamente funcional. Los acabados son de tacto gomoso, los botones presumen una operación sencilla y los ajustes entre piezas dejan muy buena impresión. La calidad percibida en la cabina del Forester es alta, incluso desde los asientos traseros, donde los paneles de las puertas con superficies acolchadas hacen notar la constancia en la calidad de la marca.
El equipamiento es muy completo. La versión mejor balanceada es la intermedia.
El equipamiento es abundante, aunque no inmune a críticas. Por el precio nos hubiera encantado encontrar un cargador inalámbrico para smartphones, aunque lo compensa con cuatro puertos USB, dos en la consola central y otro par para los asientos traseros. En el tope de gama se incluyen de serie faros de LED con alumbrado en curva, asiento del conductor con ajuste eléctrico, tapicería en cuero, freno de estacionamiento eléctrico, climatizador de doble zona con ventilación para la segunda fila, un quemacocos grande —aunque no panorámico— e infotenimiento con navegación y sonido Harman Kardon de 8 bocinas, compatible con Android Auto y Apple CarPlay.
Es el SUV con más asistencias de conducción en el segmento C y sin disparar el precio.
Su mejor carta de presentación llega al hablar de la carga tecnológica. Es, sin pensarlo dos veces, el C-SUV mejor dotado en lo que respecta a asistencias de conducción, fuera del mercado premium. Subaru bautiza como EyeSight a toda esta suite de funciones, comandadas por dos cámaras instaladas en el parabrisas; la mayoría de los autos en el mercado únicamente cuentan con una cámara.
Entre sus múltiples sistemas se incluye control de velocidad crucero adaptativo, monitor de punto ciego con alerta de tráfico cruzado trasero, alerta de abandono involuntario de carril, freno autónomo de emergencia con detección de peatones y, como cereza del pastel, una función que te avisa cuando el coche de adelante ya arrancó: ideal para los que se distraen en el semáforo viendo el teléfono.
Motor bóxer y tracción integral: un Subaru en definición pura
Espacioso, bien equipado y cargadísimo de seguridad... ok, ¿pero qué hay del manejo? Cuando hablamos de algún Subaru, uno de los puntos más interesantes es su peculiar configuración mecánica. En primer lugar, sobresale el sistema de tracción integral, que constantemente monitoriza las condiciones del camino para distribuir el poder en las ruedas que más lo necesiten, en favor de una conducción más confortable y segura en distintos tipos de superficies.
Todas las versiones llevan el motor bóxer de 2.5 litros y tracción integral.
La mayoría de la ruta que Subaru preparó para el lanzamiento del Forester 2019 incluía terracería pesada. El sistema Symmetrical AWD es capaz de bloquear por completo la entrega de poder en una llanta si detecta que no tiene tracción; la envía a aquellas ruedas que puedan ayudarle a salir del asfalto. No hay caja reductora ni es un todoterreno en su máxima expresión, pero entre los modos de conducción Snow/Dirt y Deep Snow/Mud, el Forester se convierte en el SUV compacto con mayor capacidad off-road a ese precio.
Naturalmente, la mayor parte de sus clientes no lo meterán a terracería así de exigente, pero la prueba demuestra que obstáculos menores, como tierra resbalosa y asfalto mojado son pan comido para el Forester.
Se echa de menos la opción de un motor turbo como en la generación pasada.
Hablemos ahora de su oferta mecánica. Para esta nueva generación, la firma japonesa descartó el motor turbo del modelo anterior, de modo que el único propulsor disponible es atmosférico de cuatro cilindros horizontalmente opuestos —tipo bóxer— con 2.5 litros de desplazamiento, capaz de generar 182 hp y 176 lb-pie de par.
Sus cifras, en principio, suenan modestas... y lo son cuando en realidad buscas un SUV de conducción deportiva. Lo cierto es que para ofrecer esa potencia y no recurrir a un turbo, el motor es lo suficientemente enérgico para mover al Forester sin mayor dificultad; lo comprobamos con cinco pasajeros todo el camino.
La transmisión CVT cumple, aunque no ayuda a exprimir al máximo el desempeño del motor.
Como buen motor japonés, su mejor momento se encuentra al rebasar las 4,000 revoluciones en el tacómetro; abajo de ese régimen la cantidad de par es algo limitada, aunque nunca como para que el Forester se sienta torpe. El conjunto es operado a través de una transmisión CVT, puesta a punto para buscar siempre el mayor rendimiento de combustible —Subaru promete 16.6 km/l en ciclo combinado— aunque no para exprimir el máximo desempeño del motor.
La transmisión realiza los cambios con suavidad y admite operación manual con paletas al volante. A diferencia de otras CVT odiosas, esta no da la impresión de estancarse en algún punto del tacómetro o de "patinarse" al simular un cambio. De hecho, es bastante buena embajadora de este tipo de transmisiones. Su único pecado es que ni en modo deportivo es capaz de mantenerse a altas revoluciones: tan pronto sueltes el acelerador, la transmisión volverá a su zona cómoda de 1,500 a 2,500 revoluciones.
En términos generales, la conducción del Subaru Forester es bastante confortable y el centro de gravedad no se siente tan elevado como un SUV lo sugeriría, aunque la suavidad de la suspensión nos habla de un mayor enfoque al confort que a la deportividad. En todo caso, Subaru piensa en la seguridad al volante y lo demuestra con una prueba del alce en comparación con el modelo anterior, con una notoria disminución en la inclinación de la carrocería.
Sólo necesita de un voto de confianza para triunfar
El Subaru Forester es un SUV altamente competitivo: buen manejo, acabados de calidad, equipamiento completo, gran espacio interior y una enorme carga de seguridad. Su único obstáculo, en realidad, es su propio apellido: Subaru. La mayoría de los consumidores ignoran la existencia de la marca; los que la conocen no son indiferentes a su desastroso historial.
Subaru sigue pagando la penitencia de haber confiado en un importador poco profesional. Hoy, con un nuevo importador aliado y la supervisión directa del corporativo, los japoneses quieren llevar a la marca a lo que debió haber sido desde un principio, a través de una garantía de 5 años o 100,000 kilómetros y con un nuevo centro de almacenamiento y distribución de refacciones en México.
¿Recomendamos al Subaru Forester? Sí. Por el precio puede ser una gran alternativa a KIA Sportage, Nissan X-Trail e incluso a Honda CR-V, principalmente por la amplia oferta de asistencias de conducción, sin sacrificar equipamiento. En México, sus precios van de 459,900 a 569,900 pesos, pero desde el intermedio —de 429,900 pesos— ya incluye toda la tecnología EyeSight.
El próximo año será decisivo para la marca. Subaru quiere vender 100 unidades mensuales de Forester y reforzar su presencia en el segmento SUV con la llegada del Ascent y el lanzamiento del modelo 2019 del XV. Su gama la complementan los BRZ y STI. El Impreza queda fuera de México... y del mundo, en general; la marca redujo su producción a nivel global para abrir paso a los SUV.
Los gastos correspondientes al viaje para asistir a esta presentación han sido asumidos por la marca. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas.