Toyota RAV4 Hybrid, a prueba: un C-SUV que consume menos gasolina que un Yaris
Toyota puede presumir, sin falsa modestia, ser la marca de autos que más está impulsando las alternativas híbridas en México. Tan solo el año pasado lograron vender más de 11,000 unidades de este tipo, y todo apunta a que en 2019 continuará el crecimiento, en buena medida gracias a la introducción de la nueva generación del Toyota RAV4, que no discrimina entre versiones tradicionales o híbrida a la hora de presentarse en México.
Su venta comenzará en breve. Días antes de su lanzamiento se pasó por nuestro garaje para demostrar cómo es que la firma japonesa logra materializar las cualidades de la plataforma TNGA en un vehículo híbrido del segmento C-SUV, sin penalizar comodidad, espacio o estilo... porque sí, el RAV4 se reinventa con una personalidad mejor definida que nunca. ¿Te quedas a conocerlo?
El RAV4 Hybrid se viste con estilo
La nueva generación del RAV4 Hybrid nace de una hoja en blanco, aunque su diseño es inconfundiblemente Toyota. Desde algunos ángulos coquetea con un estilo arriesgado, tal y como le gusta a la marca. Su concepto de diseño robusto parece heredado de las pick-ups de la casa, con faros colocados en una posición elevada, grandes tomas de aire, parachoques con muchos vértices y, por supuesto, una cintura elevada.
Hay algunas piezas de plástico sin pintar para enfatizar su carácter todoterreno y disimular algunos arañazos cuando alguien quiera aventurarse fuera del asfalto. También viste decoraciones deportivas o elegantes, según sea el caso, como los rines de 17 pulgadas, el discreto alerón sobre el medallón e iluminación de LED en faros y calaveras.
A nivel visual, lo que me resulta más interesante del RAV4 Hybrid es que no es un Prius. Me explico: no necesita de un diseño extravagante para presumir su eficiencia ni de líneas atípicas para conseguir un buen desempeño aerodinámico. Desde su concepción, este SUV fue desarrollado para venderse con propulsores tradicionales o híbridos, sin mayores efectos en su apariencia o en el aprovechamiento del espacio en la cabina.
Las baterías no roban espacio a la cajuela ni a la cabina.
Tal y como lo hemos visto en otros modelos de Toyota, como el Camry Hybrid, las baterías van colocadas bajo los asientos traseros, lo que mantiene intacto el volumen de 733 litros en la cajuela —igual al de todas las versiones. El espacio para pasajeros tampoco se ve afectado. A decir verdad, una de las principales cualidades de la cabina del RAV4 2019 es la habitabilidad; hay buen lugar para piernas y cabeza, aunque tres personas podrían viajar incómodas en el asiento trasero por el espacio para hombros. Ayuda que el túnel central es prácticamente plano. Hay salidas de aire acondicionado para la segunda fila y dos puertos USB de carga.
En lo que respecta al diseño del interior, Toyota sigue la tendencia de colocar la pantalla táctil a manera de tablet y optar por la cantidad mínima de botones. Me gusta que la marca quiera romper la sobriedad de la cabina utilizando distintos colores; en el caso de nuestra versión de prueba, la superficie de algunos espacios para guardar objetos iba pintada en color café. Las uniones entre piezas denotan un cuidadoso trabajo de ensambles y los acabados son agradables al tacto; las perillas tienen una textura gomosa muy bien lograda.
Por fin hay un SUV que realmente gasta poco
Al hablar de autos híbridos en esta categoría, nuestra única referencia era el Nissan X-Trail, que aún gastando menos combustible que en su versión convencional, no ofrece el rendimiento que esperaríamos de un vehículo híbrido. Con el Toyota RAV4 Hybrid la historia es disinta. De algún modo lograron que un vehículo de 4.6 metros y 1,700 kg consuma menos combustible que un Yaris.
RAV4 Hybrid es más potente que el resto de las versiones: 219 hp vs 204 hp.
El motor de combustión interna es de cuatro cilindros, 2.5 litros y ciclo Atkinson. Desarrolla 176 hp y 163 lb-pie, que junto con la asistencia del propulsor eléctrico llega a la cifra final de 219 hp. Su respuesta es buena, principalmente por la disposición inmediata de par en el motor eléctrico. Su reacción induce arranques rápidos y aliviana la carga del propulsor térmico; hay que recordar que el arranque es de lo que más energía requiere —sea gasolina o electricidad.
La sinergia entre ambos motores demuestra la experiencia que tiene Toyota desarrollando vehículos híbridos. El propulsor eléctrico siempre asiste al de conducción, pero puede funcionar en solitario si al arrancar no hundimos demasiado el pie sobre el acelerador. A velocidad máxima en vías rápidas —80 km/h— es posible circular sólo en modo EV si rozamos el acelerador con la única intención de mantener la velocidad.
En ciudad, y sin esfuerzo, conseguimos un rendimiento de 17.5 km/l.
El resultado de lo anterior se plasma en una cifra de 17.5 km/l en ciudad, sin esfuerzo y sin necesidad de estar cuidando el acelerador todo el tiempo. Hay tres programas de gestión de energía —cuatro si consideramos el modo EV, aunque su autonomía sólo alcanza para un par de kilómetros. El modo ECO resta sensibilidad al acelerador para cuidar el consumo, sin convertir al RAV4 Hybrid en un SUV lento; de hecho, me parece el modo ideal para el día a día. En modo Normal hay poco que agregar: un equilibrio entre respuesta y rendimiento. En modo Sport, ambos motores dan lo mejor de sí, y sin llegar a ser totalmente explosivo, se nota ágil. No se avienta al primer roce del acelerador como sucede en el modo PWR de Prius, pero sí se siente más poderoso que el resto de las versiones no híbridas.
Es justo eso lo que más interesante me resulta: el enfoque que Toyota le está dando a sus vehículos híbridos. Los está colocando como las opciones de más altas prestaciones dentro de la gama, tanto de RAV4, como de Camry. Ojo, no por eso quiero decir que la versión Hybrid cubra el espacio de alguna variante Sport ni que su conducción cubra las expectativas de los más entusiastas, simplemente es demostrar la ventaja que supone contar con un motor eléctrico en maniobras rápidas.
Ahora bien, en términos de conducción, hay dos cosas que me parecieron particularmente curiosas. La primera es la silenciosa participación del motor de combustión, que a veces comienza a trabajar sin que algún ruido o vibración lo delate con facilidad. Lo segundo es la afinación del control de tracción, y es que se activa con facilidad y discreción al arrancar rápido o circular en superficies resbalosas para mantener todo bajo control; a veces sólo sabes que está actuando por el testigo destellando en el tablero.
Su calidad de marcha es sobresaliente. Al igual que en Camry, da la impresión de ir circulando sobre una alfombra. Las reacciones de RAV4 Hybrid son muy suaves, siempre con el confort como prioridad. Su comportamiento no apunta en lo absoluto a la deportividad, pues tiende a haber body-roll, aunque la posición de las baterías —y, por ende, el centro de gravedad bajo— facilita mantener la trayectoria. La dirección es, quizá, lo que más debe trabajar Toyota: tiene un tacto muy artificial y, aunque cumple, a veces se siente sobreasistida.
Buen nivel de confort y equipamiento
El Toyota RAV4 Hybrid sólo está disponible en México en una versión llamada Limited, la más equipada de la gama. Su nivel de amenidades es bastante completo, incluye: techo panorámico, climatizador automático bizona, asientos calefactables, cargador inalámbrico para smartphones, infotenimiento con pantalla de 8 pulgadas, compatibilidad con Apple CarPlay —aunque no con Android Auto—, tapicería en piel, espejo retrovisor electrocromático, llave inteligente y una pantalla a color en el cuadro de instrumentos.
El equipamiento nos parece muy completo, aunque todavía hay elementos que echamos de menos. Por algún motivo, ni RAV4 Hybrid ni ninguna versión de la gama cuenta con monitor de punto ciego o alerta de tráfico cruzado; sólo hay cámara de visión trasera —sin sensores de proximidad, por cierto. El su cuadro de instrumentos tampoco hay una herramienta para visualizar el velocímetro digital.
Un SUV para olvidar la angustia por el consumo
El Toyota RAV4 Hybrid se estrena en México sin falsas promesas de eficiencia. Toyota logró que su SUV obtenga un rendimiento de combustible que pueden envidiar hasta algunos subcompactos, sin sacrificar confort, comodidad, espacio ni diseño. Reúne lo que más gusta de su categoría en un formato de bajo consumo.
La versión híbrida del Toyota RAV4 se coloca como la más costosa de la gama, con un precio de 578,900 pesos, muy interesante si partimos de una diferencia de sólo 19,000 pesos respecto a la versión Limited. Su único competidor sería el Nissan X-Trail Hybrid, que queda un paso adelante en tecnología de seguridad, pero tres atrás en rendimiento de combustible.
8.7
A favor
- Cumple lo que promete: un bajo consumo de combustible.
- Su conducción es suave y muy confortable.
- Ofrece buen espacio interior.
En contra
- La versión híbrida sólo está disponible como tope de gama.
- No hay monitor de punto ciego ni sensores de proximidad.
Toyota RAV4 Hybrid Limitd
$578,900
- Motor de combustión: 2.5 litros de ciclo Atkinson
- Potencia máxima: 176 hp @ 5,700 rpm
- Par máximo: 163 lb-pie @ 3,600 rpm
- Potencia eléctrica: 118 hp
- Par eléctrico: N.D.
- Potencia total: 219 hp
- Par total: N.D.
- Capacidad de las baterías: 6.5 Ah
- Transmisión: Engranaje planetario
- Tracción: Delantera
- Frenos: Disco / Disco
- Peso: 1,700 kg
- Velocidad máxima': 180 km/h
- Aceleración de 0 a 100 km/h': 8.4 s
- Suspensión delantera: Independiente tipo McPherson
- Suspensión trasera: Independiente de doble horquilla
- Longitud: 4,600 mm
- Cajuela: 733 litros
- Consumo en ciudad: 17.5 km/l
- Consumo en carretera: N.D.
- Consumo combinado: N.D.
- Emisiones de CO2: N.D.
- Capacidad del tanque: 55 litros