Volkswagen Nivus, a prueba: el SUV para los que no quieren el típico SUV
Podría parecer que entre T-Cross y Taos no quedaba hueco para otro SUV, pero de algún modo Volkswagen se las ingenió para hacerle un lugar al Nivus... y que su espacio en la gama encima tuviera sentido. En estos tiempos donde muchos SUV nunca son demasiados, el Volkswagen Nivus se presenta en México como una alternativa a los B-SUV clásicos. Lo hace con una silueta más atlética, motor turbo y sabor hi-tech. ¿Vale la pena? Lo tuvimos a prueba.
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No es la primera vez que un Nivus visita nuestro garaje, pero sí la primera que lo hace bajo la configuración con la que se vende en México. Así como lo ves, el Nivus ya está disponible en concesionarios y lo hace únicamente en versión Highline, con opción a un paquete Black como el que probamos. Añade detalles negros en carcasas de espejos y en techo, así como rines de aluminio de 17" oscurecidos.
Lo que hace tan peculiar al Volkswagen Nivus es que no se ve "tan SUV" a pesar de mantener una genética similar a la de T-Cross o de Taos. Tiene el ADN propio de la categoría, como rieles en el techo y piezas negras en pasos de rueda y parachoques, pero no lleva trazos tan cuadrados ni líneas tan toscas.
Nivus se queda como el paso medio entre un hatchback y un SUV. Volkswagen incluso dice que su silueta está inspirada en la de un coupé. Le digan como le digan, lo cierto es que esta mezcla de conceptos dio como resultado un modelo de aspecto juvenil y que se aleja del carácter familiar que tienen otros B-SUV.
Las pantallas a bordo se llevan toda la atención
Dado que el Nivus sólo llega a México en versión tope de gama, el interior luce bastante completo... y es curioso. La sensación de calidad a bordo depende completamente de las pantallas y del volante —que es el mismo que los modelos más costosos de Volkswagen—. Entre el cuadro de instrumentos digital, el acabado de la pantalla de 10" y su completa interfaz, el Nivus nos sumerge en la sensación de estar a bordo de un auto costoso, y desviar nuestra atención de una selección de materiales hasta cierto punto modesta.
Las perillas, los botones y la palanca de velocidades tienen buen tacto, y las diferencias de textura en los plásticos del tablero rompen con cualquier sensación de monotonía, pero a fin de cuentas todas las piezas de la cabina —salvo los descansabrazos— son rígidas. Se llegan a extrañar más superficies de tacto acolchado, sobre todo en el tablero.
La buena noticia es que la balanza se equilibra con una buena dosis de equipamiento. La versión Highline incluye llave inteligente, espejo retrovisor electrocrómico, cargador inalámbrico, climatizador automático, faros de LED, sensor de lluvia, cámara de reversa, sensores de estacionamiento delanteros y traseros, tapicería en piel, seis bolsas de aire y control electrónico de estabilidad. Quizá lo único que se extraña es un quemacocos.
El infotenimiento forma parte crucial de la experiencia tecnológica dentro de Nivus. Su interfaz es fácil de usar —similar a la de un smartphone— y es compatible de forma inalámbrica con Android Auto y Apple CarPlay. Lo interesante es que no se limita a sólo controlar la música. Según disponibilidad, se pueden instalar aplicaciones y sacarles provecho a través de tu paquete de datos móviles. También se puede acceder a distintas configuraciones del auto, a una completa computadora de viaje e incluso al manual del propietario.
La tecnología también está presente en las asistencias de conducción. Nivus incluye de serie alerta de colisión frontal con freno autónomo de emergencia, control de velocidad crucero adaptativo y detección de cansancio. También lleva un sistema de protección proactiva de pasajeros, que acciona los pretensores de los cinturones de seguridad delanteros en situaciones de riesgo, como frenados de emergencia, e incluso sube los cristales, dejando un pequeño hueco para que la presión de las bolsas de aire —en caso de desplegarse— no dañe los oídos de los pasajeros.
Ahora bien, en lo que respecta a espacio, el Nivus cumple. A pesar de ser ligeramente más grande que un T-Cross, la distancia entre ejes es menor y eso se refleja en un poco menos de lugar para piernas. El espacio sigue siendo competitivo, aunque no es tan amplio como los referentes de la categoría. La cajuela, por su parte, tiene capacidad de 415 litros.
Al volante es ágil y hasta divertido
Lo mejor del Nivus indudablemente está al volante. Tiene la ventaja de recurrir a lo mejor que tiene Volkswagen actualmente: plataformas. Comparte arquitectura con modelos como Virtus, T-Cross, el nuevo Polo, Ibiza, Arona y hasta Audi A1.
Lo que más me gusta es su sensación de agilidad, independientemente de la respuesta del motor —que ya llegaremos a eso—. El Volkswagen Nivus se siente ligero, reacciona rápido y transmite mucha precisión. La suspensión es suave, aunque no demasiado, de modo que tampoco inclina excesivamente la carrocería en maniobras rápidas. La dirección tiene un tacto ligero en el tráfico y firme a altas velocidades.
Todo esto me hace pensar que Nivus quizá sea, al día de hoy, el SUV más divertido de conducir en su categoría... quizá porque no es del todo un SUV. Es más alto que un hatchback, aunque tampoco alcanza una posición de manejo tan elevada como un Duster o un Seltos. Tiene un centro de gravedad más bajo y, por ende, mejor dinámica.
Hablemos ahora del motor. A diferencia de Virtus, T-Cross o Arona, aquí sí hay un motor turbo. Es de tres cilindros y 1.0 litro, y genera 114 hp y 147 lb-pie. Como sucede con algunos los motores de Grupo Volkswagen, en Nivus también hay un retraso importante en la entrada del turbo, aunque no es tan drástico como en otros modelos de la marca.
A ratos da la sensación de que el acelerador no responde con la inmediatez que nos gustaría, principalmente después de pasar topes, al querer ganar velocidad en una cuesta arriba o al buscar arranques rápidos, como al incorporarse en vías rápidas. La solución es hundir un poco más el pie en el acelerador para apurar al turbocargador o lograr que la transmisión baje uno o dos cambios.
Una vez que el turbo hace lo suyo, el Volkswagen Nivus tiene una buena respuesta. Se siente relativamente rápido y sobrado de poder para tratarse de un SUV urbano. Por la puesta a punto del chasís y la respuesta del motor, incluso diría que hay cierto sabor deportivo en su manejo.
Aun con un notorio turbolag, el motor 1.0 TSI de Nivus es mejor que uno atmosférico de 1.6 litros, como el de T-Cross. Los arranques probablemente sean muy similares, o quizá hasta un poco más lentos con el motor turbo, pero las cosas mejoras pronto en comparación con lo que hay que forzar a un motor atmosférico para conseguir esa respuesta.
Un aspecto que vale la pena mencionar es el comportamiento a baja velocidad, principalmente en maniobras de estacionamiento. En cuanto sueltas el freno, Nivus avanza rápido, sea hacia adelante o en reversa. Lo lógico es pisar ligeramente el freno para controlarlo, pero el auto no tarda en llegar al alto total, aunque sólo estés rozando el pedal. En cuanto lo sueltas, vuelves a sentir cómo el auto se avienta. Esto le resta precisión al estacionarse en espacios reducidos.
Para concluir, hablemos de consumo. Durante nuestra prueba promediamos 11.7 km/l en ciudad, que me parecen adecuados. Si eres paciente con el retraso en la entrada del turbo y no apuras los arranques con el acelerador, fácilmente se puede ir arriba de 12 km/l, rondando incluso los 13.
Un SUV alternativo
El Volkswagen Nivus cumple su misión: ser un SUV alternativo. No tiene la silueta clásica ni el enfoque familiar que la mayoría de los modelos en la categoría. Es, probablemente, de las propuestas más juveniles y frescas en el mercado de los B-SUV, no sólo por el diseño, sino por la experiencia tecnológica y el perfil de manejo.
La única versión disponible en México tiene un precio de 452,089 pesos. Por 10,000 pesos más se ofrece el paquete Black. La relación entre equipamiento, tecnología y motor lo hacen interesante por el precio, aunque quizá el efecto del turbolag no sea del encanto de todos y se lleguen a extrañar acabados interiores más suaves.
¿Vale la pena? Si quieres un SUV que no se parezca a los demás SUV, totalmente, sobre todo viendo cómo su categoría rápidamente se acerca a la barrera del medio millón de pesos. Entre sus rivales encontramos al Peugeot 2008, al Chevrolet Tracker, al Mazda CX-3, al Nissan Kicks, entre otros.
8.8
A favor
- Una conducción cómoda y precisa.
- El motor le queda holgado.
- Grata experiencia de tecnología.
En contra
- El motor presenta un notable turbolag.
- Acabados interiores sencillos.
- Sólo hay una versión disponible en México.
Volkswagen Nivus Highline Black
$462,089
- Motor: 3 cilindros turbo de 1.0 litro
- Potencia: 114 hp @ 5,500 rpm
- Par: 147 lb-pie @ 2,000 rpm
- Transmisión: Automática de 6 vels.
- Tracción: Delantera
- Frenos: Disco / disco
- Peso: 1,312 kg
- Neumáticos: 205/55 R17
- Suspensión delantera: Independiente tipo McPherson
- Suspensión trasera: Barra de torsión
- Longitud: 4,266 mm
- Cajuela: 415 litros
- Consumo en ciudad: 11.7 km/l
- Capacidad del tanque: 52 litros
- Fabricado en: Brasil