Volkswagen Tiguan R-Line 2.0, a prueba: un SUV con más poder, lujos y el mismo gran espacio de siempre
Cuando el Volkswagen Tiguan se actualizó hace algunos meses lo conocimos con motor de 1.4 litros dejándonos realmente con buenas impresiones, aunque en esa ocasión no pudimos ponerle las manos encima a la variante tope de gama con motor de 2.0 litros y tracción integral. Hoy cambiamos esa narrativa porque ya hemos logrado manejar al Volkswagen Tiguan R-Line 2.0, acompáñanos a conocerlo a detalle.
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La influencia del Golf VIII
Poco a poco Volkswagen va poniendo al día a su alineación para seguir los pasos del Golf, que básicamente es la piedra sobre la que se sostiene el progreso de su alineación de más popularidad. Como te decía, para 2022 este modelo se pone al día así que vamos a recapitular rápidamente cuales han sido los cambios.
Primero hay que dejar claro que este modelo es una actualización de media vida, sigue usando la plataforma MQB común y no la EVO que ya lleva el Golf VIII o el nuevo SEAT León. Por ello es que los cambios se centran más en el apartado estético.
De primera instancia lo que más notas es el nuevo frente más estilizado, suave y moderno. Quedan atrás esos faros cuadrados. Hablando de faros, sí son de LED, pero podrás notar que ahora los mismos extienden las cejas de luz por toda la parrilla y hasta el emblema de la marca. Algo que instauró el nuevo Golf y que también iremos viendo en más modelos de la marca. Las fascias también se afilaron un poco más, pero en el caso de este modelo en específico veremos que las “tomas de aire” son más grandes, esto es porque se trata de un nivel R- Line. En esta alineación desapareció el Tiguan Highline y ahora tendremos un R-Line 1.4 TSI y un R-Line 2.0.
La razón de esto es simple. Volkswagen nos contaba que muchos clientes de Tiguan buscaban el nivel de equipo del Highline, pero les gustaba más los tintes deportivos del diseño de los R- Line que antes se colocaba un poco más abajo. Así que ahora tenemos un R-Line 1.4 como el que ya conocíamos, más un R-Line 2.0 con el equipo que llevaba el Highline.
Los costados son prácticamente iguales, salvo por un pequeño detalle. El color de los rines. En ambos es el mismo diseño y tamaño de 19”, pero en el 2.0 TSI, los rines van en color negro. La parte trasera lleva un ligero ajuste en la firma de las calaveras y también la placa 4Motion que nos indica que este modelo sí tiene tracción integral.
Como puedes ver, sí hay cambios notorios, pero tampoco son una diferencia del día y la noche, solo lo esencial para mantener la línea. Es por ello que también conserva las mismas dimensiones de 4.7 metros de largo, siendo uno de los más grandes de este segmento y eso se nota en el espacio interior, así que vamos a la cabina a ver qué hay de nuevo.
Toques necesarios para su última mitad de vida generacional
Por dentro la historia es parecida, con retoques que rejuvenecen la apariencia y mejoran la conectividad. En cuanto a diseño, el tablero es el mismo, aunque ya estrena el volante nuevo de Volkswagen. La calidad de materiales y demás está bien, tienes piel sintética, plásticos suaves, plásticos duros, una mezcla adhoc al segmento de los compactos. Incluso opta por texturas que simulan madera y contrastes de color para elevar esa percepción de calidad. Hasta el momento no hay queja de rechinidos, crujidos o algún plástico que vibre. Incluso el aislamiento de sonido es bueno. No perfecto, pero a la par de los mejores del segmento.
En equipo Tiguan siempre ha estado en un buen nivel y ahora hace más por mantenerse en ese lugar. Frente al conductor, ya tenemos el conocido cuadro de instrumentos digital, bien terminado, fácil de entender, buena información, todo cool. Del lado derecho el sistema de infotenimiento de 8” compatible ahora con CarPlay y Android Auto de forma inalámbrica o también alambrica a través de cable USB-C. No está mal, pero justo hace una semana me bajaba de probar un Audi Q5 y ese coche tiene un USB-A común y un C, para facilitar la transición, pero pues en Tiguan solo tenemos C.
Tenemos un sistema de audio tradicional de 8 bocinas, claro y decente, pero no tan bueno como los Fender que a veces colocaba la marca. Hay cargador inalámbrico para smartphone y también A/C automático de triple zona. Excelente el tener tres zonas, pero lo que me choca es esa persecución que a mi parecer es innecesaria de querer hacer todo táctil. Ok se ve moderno, se ve tecnológico, pero no es tan práctico. Antes con el puro tacto identificabas la perilla del A/C o el botón ideal. Ahora tienes que deslizar el dedo para colocar la temperatura precisa y la velocidad del ventilador. Cosa que hace que quites la mirada del camino por más tiempo.
Ah y no solo eso. Para apagarlo lo tienes que hacer a través de la pantalla. No sé si yo sea anticuado o qué, pero al igual que dije con el infotenimiento del SEAT León: esto crea pasos innecesarios para cosas que antes eran más simples y que funcionaban perfecto. Todo en pro de dar la apariencia de progreso...
También aquí tendremos calefacción y ventilación para los asientos delanteros, que por cierto son de ajuste eléctrico y el del conductor incluso lleva memorias, un poco más abajo tenemos freno de estacionamiento eléctrico y un selector de modos de manejo específico que nos da acceso a algunos modos pensados en superficies resbalosas gracias a la tracción 4 Motion, incluso con un modo configuraba a nuestro gusto.
Entre otros detalles tenemos iluminación LED arriba, techo panorámico e iluminación ambiental en puertas. El espacio en descansabrazos y puertas es promedio, no es el más amplio de la categoría, pero sí destaca que en las puertas hay acolchado para evitar ruidos incomodos. Atención al detalle le dicen.
En seguridad es otro de los puntos donde Volkswagen puso mucho empeño. Ahora toda la gama, desde el Trendline, hasta este R-Line 2.0 llevan: Freno autónomo de emergencia, alerta de punto ciego, cámara de reversa sensores de proximidad delantero y traseros, detector de cansancio y control de velocidad crucero adaptativo más 6 bolsas de aire. Aquí lo que de verdad importa esta al 100 en cualquier versión y que bueno. Lo demás es mero equipo de vanidad. Eso sí. Para haber sacado un 10 absoluto tal vez me hubiera gustado ver un asistente de mantenimiento de carril, pero aún sin él, lo que ya tiene es más que ideal. Bien.
El Tiguan se ha caracterizado por tener siempre espacio. En la segunda fila nadas en él. Cómodo en cualquier dirección y con ameniadades como un puerto USB-C, la tercera zona de A/C, descansabrazos y asientos suaves.
Cabe aclarar que el Tiguan sigue teniendo opción tercera fila de asientos, aunque ahora solo para la versión comfortline, todos los demás son de dos filas. Hablando de tener solo dos filas, eso da mucho espacio en la cajuela misma que se puede abrir manos libres y tiene capacidad de hasta 760 litros con todos los asientos en posición.
Más ágil, pero manteniendo el enfoque familiar
Ok, vámonos en orden. Cifras: motor turbo de 4 cilindros, 2.0 litros con 180 hp y 236 lb-pie de par. Este poder va a las cuatro ruedas a través de una caja DSG de 7 cambios, no de 6 como en los Tiguan 1.4 y el sistema de tracción integral 4Motion exclusivo de este modelo.
La respuesta es notoriamente mucho más rápida que la que tendríamos en el modelo 1.4, se siente menos el lag y como te decía, claramente ganas velocidad a un mejor ritmo. Ojo, no estoy diciendo que es deportivo o algo así, no. Por algo es un R-Line y uno un Tiguan R. Mucho más ágil que un 1.4 TSI, sí.
Ahora la suspensión deja ver perfectamente que su enfoque es familiar. Y si bien siempre se siente plantado, transmite confianza y tiene un peso que te hace sentir en un coche solido, la realidad es que al pasar topes o baches sientes un pequeño lancheo. Cabe destacar que a penas sentirás el golpe de un bache por esta misma razón, tal vez notes más la seriedad del bache por el sonido que provoca que por lo que te moverá dentro.
Esto mismo se traduce en algo de balanceo de carrocería cuando tomas curvas rápidas, no tan marcado como en una X-trail, Outlander o Koleos, pero sí lo llegas a notar. La dirección igual. Completamente suave, fácil de llevar y técnicamente sin vibraciones. Entonces como vehículo familiar pasa todas las pruebas de confort que podrías pensar.
Dinámicamente ya te decía, tampoco decepciona y está en una posición en la que si bien no te enganchas en el manejo, trazando curvas; sí reconoces perfectamente que el trabajo en chasis y puesta a punto es bueno. Además con la tracción 4Motion puedes acelerar un poquito antes en la salida de la curva y mantiene su compostura.
Eso sí, esos detalles tienen penalidades, un motor más grande y la tracción en las cuatro ruedas hacen que este Tiguan sea más pesado y que también ponga más resistencia al rodamiento. Eso lo vas a notar especialmente en los consumos. Con trafico pesado no tendrá problema alguno en hundirse entre los 6 km/l. Ya en un día no tan caótico, lo normal será estar rondando entre los 8 y 9 km/l en ciudad.
Más equipado, más seguro, más Tiguan
El Volkswagen Tiguan 2022, se vuelve más interesante, conectado y mantiene su buen nivel de auto familiar. Realmente creo que es uno de los mejores SUV compactos de su segmento, pero... antes de que empiecen los haters, no es perfecto. Su mayor contra es el precio y es que indudablemente se disparó. Esta variante R-Line 2.0, que como te decía, es el equivalente al Highline de antes del facelift, tiene un valor de $762,927.
Por ese precio ya estás en terreno de Toyota Highlander de acceso, de una versión bien equipada de KIA Sorento o Mazda CX-9. ¿Entonces por qué un Tiguan con esa etiqueta? La respuesta es simple: si eres alguien que sale mucho a carretera, vive en zonas donde tal vez los caminos en invierno o temporada de lluvias se vuelven realmente difíciles, no quieres algo sumamente llamativo y no necesariamente requieres el espacio de una camioneta mediana. Entonces este Tiguan tiene mucho sentido, por su tracción, por el motor turbo, el buen nivel de equipo en todo sentido y hasta cierto punto por tamaño.
Si necesitas espacio de sobra y tus actividades no necesariamente te harán depender de un apoyo extra de tracción, entonces ve a ese segmento mediano. En realidad en la alineación de Tiguan el modelo que más me convence y creo que vale la pena es el de acceso. Tienes buen motor, todo lo de seguridad que necesitas para tu familia y lo necesario para conectar tu celular y tener navegación. Todo lo que añaden las demás versiones es puro elemento de confort y vanidad. Está bien si quieres eso, pero si buscas optimizar tu gasto, he ahí la opción. De hecho si el espacio no es factor tan relevante, podrías pensar en Taos aunque sacrifiques algo de refinamiento y sensaciones de manejo. O bien algo más accesible que este R-Line 2.0 y muchísimo más eficiente un Toyota RAV4 Hybrid.
8.8
A favor
- Gran nivel de equipamiento
- Marcha cómoda
- Transmite seguridad al volante
En contra
- Consumos que se disparan facilmente
- El precio ya está en terreno de una categoría superior
- Rutas innecesarias y largas para funciones que antes se cubrían con un solo botón
Volkswagen Tiguan R-Line 2.0 TSI
$762,927
- Motor: Motor 4 cil 2.0 turbo
- Potencia: 180 hp @ 3,940 RPM
- Torque: 236 lb-pie de par @ 1,500 RPM
- Transmisión: DSG 7 cambios
- Tracción: 4Motion (AWD)
- Frenos: Disco/disco
- Peso: 1,914 kg
- Velocidad máxima: N.D
- Aceleración 0-100 km/h: N.D
- Suspensión delantera: Independiente
- Suspensión trasera: Independiente Multlink
- Longitud: 4,728 mm
- Cajuela: 760 litros
- Consumo urbano: 12 km/l
- Consumo en carretera: 16.2 km/l
- Consumo mixto: 13.2 km/l
- Capacidad del tanque: 58 litros
- Lugar de fabricación: Puebla, México