Todas las cosas relacionadas a la seguridad en el automovilismo vienen de un pasado en el que tener un accidente durante una carrera era casi una sentencia de muerte, afortunadamente, este rubro del deporte motor también ha mejorado y ha permito salvar muchas vidas con cada avance que se introduce y hoy gracias a Donut Media veremos el pasado de los cascos.
Tal y como antes del cinturon de seguridad lo único que te detenía era el asiento y tus manos aferradas al volante, en el caso de los cascos comenzamos con coberturas de pura tela para evitar ensuciarse la cabeza con hollín, tierra y algunos insectos en nuestro camino...
Después se llegó al cuero y finalmente a finales de la Segunda Guerra Mundial aparecieron los materiales duros para absorber impactos, sin embargo, tales cascos seguían dejando varias áreas al descubierto y no tenían una gran capacidad de defensa.
No fue hasta 1957, cuando la ya conocida compañía estadounidense Bell, desarrollara el primer casco que sería producido en masa, antes de ello ya tenía fama al proveer cascos para algunos pilotos de Fórmula 1. Con el paso de los años se añadieron diferentes partes, incluyendo visores diseñados especialmente para los cascos, más tarde llegarían los cascos cerrados y las mejoras que permitirían a los pilotos beber agua, comunicarse, recibir más ventilación al interior y hacer uso de materiales ligeros y resistentes con componentes anti fuego.
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